Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Suspenden, oootra vez, corridas de toros en la Plaza México Secuestran “por error” a coordinador de campaña de partido local en Chihuahua ¡Todo listo! Se definieron los partidos de la Kings World Cup Blindan Coahuila por violencia en carreteras de Zacatecas Multan a Morena por opacidad en solicitudes de Transparencia

Zócalo

|

Clasificados

|

Información

< Clasificados

Clasificados

Llegan mochilas al rincón olvidado

Por Yadira Leos

Publicado el lunes, 25 de septiembre del 2017 a las 08:00


Se organizan para trasladar a menores grandes distancias y puedan estudiar.

Ocampo, Coahuila.- Con gran sorpresa y admiración abrían los ojos a más no poder con emoción los estudiantes de las comunidades Jaboncillos, Norias de las Boquillas, Boquillas del Carmen, San Vicente y la Unión cuando recibieron mochilas nuevas.

A casi un mes de iniciado el ciclo escolar, más de 130 estudiantes de estas comunidades aún no cuentan con materiales completos y, en la mayoría de los casos, la mochila que llevan a sus escuelas tiene hasta tres años de uso.

El gran obstáculo son las distancias, pues para que los padres se trasladen al municipio más cercano a adquirir lo necesario para el regreso a clases tienen que recorrer de tres a cinco horas en terracería, la mayoría de los pobladores de estos ejidos no cuentan con los recursos para hacer esta travesía.

Zócalo Saltillo visitó estas comunidades para llevar a los niños mochilas nuevas donadas por la comunidad saltillense de la campaña 42K con Causa.

Con gran emoción recibieron estos pequeños los regalos que dan una luz de esperanza pues la situación en casa es difícil, sólo el gasto para trasladarlos a otras comunidades oscila en los 380 pesos diarios, además de sus padres faltar a la jornada laboral.

“Un padre de familia compra una bota, galón de gasolina de 20 litros, cuesta 380, con este va a la comunidad vecina a llevar a su hijo, ahí lo espera afuera de la escuela y cuando sale se regresan, se invierte un día de trabajo y el dinero”, compartió Isabel, una madre de familia.

Las comunidades no son mayores a 40 familias, son pocos los chicos que estudian, debido a ello las escuelas federales no quieren brindar el servicio educativo y recurren al Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).

HACEN ESFUERZO POR ESTUDIAR

Para poder estudiar en otra comunidad tiene que formarse un grupo de al menos cinco alumnos, así será una vez a la semana que el papá pague la gasolina y pierda un solo día de trabajo. En caso contrario, que sean menos niños, las posibilidades de estudiar son remotas.

“Un padre no puede cubrir los casi 2 mil pesos por semana de pura gasolina para llevarlo, además no puede perder toda la semana de trabajo, aquí se trabaja por destajo en la lechugilla”, agregó la entrevistada.

Sin embargo, los padres de los 130 menores de estas comunidades se las arreglan para enviarlos puntualmente a la escuela pues saben que sólo así podrán tener acceso a una mejor calidad de vida.

Es la lejanía que existe entre los pueblos y los propios municipios la que no permite que los padres adquieran a precios accesibles los útiles escolares, las mochilas, el calzado y hasta la comida. Estas comunidades carecen de luz, agua potable y drenaje.

Para ayudarse económicamente los padres echan mano de programas sociales como Prospera, no obstante, estos tienen reglas de operación complicadas y además casi nunca llegan a tiempo o en ocasiones ni llegan.

Para padres e hijos de estos ejidos las distancias y los pocos recursos económicos con los que cuentan no son limitantes para salir adelante y con afán los empujan haciendo de lado la indolencia de las autoridades.

Notas Relacionadas

Más sobre esta sección Más en Clasificados