ESTIMADOS LECTORES Y LECTORAS:

Esperando que se encuentren gozando de salud plena. Ya esperando con ansias seguro las vacaciones de verano.

Les quiero compartir mi experiencia, el pasado domingo, en el 15 aniversario de la Ruta Recreativa, donde les platiqué que fui invitada para el relevo olímpico por parte del Instituto para las Mujeres del Municipio, que agradezco la distinción de tal invitación, pues éramos 15, entre ellos el amigo alcalde Javier Díaz, y el diputado Jericó Abramo, que fueron los últimos en el recorrido para encender la gran flama de tan significativo aniversario de la Ruta donde hablaron, si no me equivoco, como de una gran cantidad de personas que hemos disfrutado de este espacio familiar. Hablaron de millones, no quiero dar una cifra por miedo a dar una información errónea, pero estoy muy agradecida con Dios porque, al invitarme mi querida amiga, e incansable y talentosa, Vanessa Tonone. Siempre empática con las mujeres, sin duda. Así mismo, nuestro amigo alcalde Javier Díaz y su linda esposa Luly, y aprovecho para mandarle saludos afectuosos y mi reconocimiento a su labor.

Pues les cuento que tuve una semana para activarme y entrenar, pues siempre había caminado, corrido unos años atrás en el lago de la Deportiva, temprano en las mañanas, pero, hace algunos años me diagnosticaron un problema en la columna, la cual me ha limitado en gran parte ciertas prácticas deportivas, y sobre todo actividades del día con día, lo cual fue muy difícil par mí, con lo activa que siempre he sido, entonces, este año me cuidé mucho, o lo más posible, y bueno, pues empecé a caminar, y luego trotar un minuto, luego dos, y tres, hasta llegar a poder trotar los 400 METROS QUE SE REQUERÍAN, obvio, pude haber caminado, pero dije, sólo son 400 metros, y TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE. Tuve que tomar glucosamina tres veces al día, obvio comprar tenis para correr y amortiguar, y que no me fuera a lastimar, todo fue con mucho cuidado y responsablemente de mi parte, no fue fácil, fue un reto personal con las medidas debidas, y el domingo, no contaba con que era de subida mi recorrido, y con el sol, aunque fue muy temprano, cambiaron el horario de 8:30 a las 7:00 am, aun así, se sentía mucho calor, al menos para el minuto, yo ya sentía que me cocía (jaja). En el minuto 4 dije ya empezaré a caminar, pues sentía las piernas ya muy pesadas, y en eso escucho atrás de mí: ¡ tú puedes, Vero, ánimo! Y volteo rápido y veo a mi hermana Elba (Melvy le he dicho) y con eso tuve para poder terminar con éxito mis 400 METROS. Gracias, mi querida hermana Elba, pues me inyectaste amor en esa pequeña, pero gran frase llena de amor, qué importante fue para mí que me acompañaras, hermana, en este momento, estoy con la lágrima, gracias a Dios que tengo a mi familia, y ahora que ya decidiste después de 25 años de trabajo, dedicarte a ti misma y a tu familia de lleno, ahora como abuela, de dos bellos nietos. De niña le pedía a Dios que cuando fuera mamá me diera tres hijas, como mis hermanas y yo, pues para mí siempre fueron mis ejemplos a seguir pues me llevan unos añitos. Melvy me enseñó muchísimas cosas, pues compartíamos el cuarto, y mi otra hermana tenía su cuarto sola, y fueron las mejores hermanas que pude tener, aunque se me fueron muy pronto a Monterrey a estudiar, pero iba a visitarlas y la pasábamos fabuloso, hasta me llevaban a la universidad y me hacía amiga de sus amigas, que hasta la fecha cuando me las encuentro nos saludamos con mucho gusto y cariño, algunas presencial y otras por las redes sociales, unas hasta me hice más amiga ahora de grande. Pensaba en aquel entonces, sueños de niña, llamarlas igual que mis hermanas, fui tan feliz con ellas, que quería que mis hijas se amaran y se ayudaran y vivieran como nosotras.

Finalmente, no les llame como ellas, pues como yo me casé primero que ellas, dije, pues que les pongan ellas sus nombres a sus hijas, si Dios así lo dispone. Y pues sólo mi otra hermana mayor, sí le puso Mirna a su hija, que por cierto extrañamos mucho porque se fue como su hermano mayor Valentín a estudiar a Moscú, Rusia. Qué importante es la familia, queridos lectores y lectoras, sé que a veces la vida es difícil, y no todos contamos con esas redes familiares tan importantes, esa red de contención para apoyo en momentos difíciles y también de compartir momentos de éxito, como éste para mí. Decía mi abuelita materna, SÓLO DIOS Y YO, NIÑA, cuando le preguntaba que cómo estaba, que como se sentía. Gracias infinitas a mis padres que a sus 88 y 89 años, me acompañaron también, ellos caminaron como 1 km o más en la ruta, al pasito mis padres hermosos, cuán bendecida he sido, y soy, a mi hija Verito que fue con nuestro perrito amado (Tinguis), y Ana Zertuche que me acompañó en los 400 metros, que me tomó video, y cuidó mis pertenencias, de verdad qué linda Ana, y el compañero que corrió también junto a mí para echarme ánimos, y cualquier cosa que se ofreciera, mil, mil gracias, sí se pudo.

Gracias, gracias, gracias. Un abrazo fraterno. Y aquí seguimos con la mejor actitud, y pa’ delante con pasos de gigante, sí señor. Su amiga y terapeuta Verónica, y ya saben, Diosito por delante.