Saltillo, Coah.- Luego de más de cuatro años a cargo de la coordinación general de la Pastoral Penitenciaria en la Diócesis de Saltillo, Gustavo Hernández Zertuche da un paso más grande, convencido de su entrega total a Dios, para ingresar al Seminario.

Su llamado fue hace tiempo, observando la necesidad de dar rumbo a las vidas de los presos, de ayudarlos para que al salir de sus celdas puedan tomar una verdadera responsabilidad y sanar lo que antes hicieron mal y redimirse ante el Señor.

La idea de servir dentro de los centros de Readaptación Social nace en 1994, al conocer al padre Robert Coogan, quien le comentó su acción en los Ceresos, y justo cuando partiría a los Estados Unidos prefirió quedarse a vivir de esta experiencia.

“Vi la necesidad que existía, ese fue mi llamado, porque casi a la mayoría de todos nosotros estamos perdidos, no tenemos un rumbo especifico y más aquí en los Ceresos”.