Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el jueves, 21 de octubre del 2021 a las 04:09
Ciudad de México.- El escritor Jonathan Franzen (Chicago, 1959), anclado en su visión pesimista, sitúa su más reciente novela, Encrucijadas, en 1971 y 1972, con una familia del Medio Oeste en el centro de la acción.
Desde su casa, en California, el novelista habló con la prensa sobre la esperada primera entrega de una trilogía sobre la sociedad estadunidense de las últimas tres décadas que saldrá a la venta en librerías este jueves bajo el sello de Salamandra.
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He perdido la fe en el progreso, en el poder de la razón, de que la razón consiga hacer que el mundo sea un lugar mejor, porque hace 30 años, de haber sido personas racionales, hubiéramos mirado la evidencia científica y hubiéramos hecho algo. Ese fue el último gran fracaso de la racionalidad y de la Ilustración”, planteó.
Franzen se muestra escéptico del progreso social que proclaman los reformistas.
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Mis pies están muy enraizados en una literatura que tiene una visión más trágica y que piensa que la gente no cambia, o parece que cambia durante una temporada, pero después vuelven a ser igual que antes. La historia es como si nos pusiera trampas constantemente, te hace pensar que hay progreso y llegan los genocidios; en el siglo 20 los hubo”, expuso.
O el auge en Estados Unidos de políticas de corte fascista que lo llevan a cuestionar el verdadero progreso. “¿No habíamos aprendido ya la lección sobre el fascismo?”, se cuestionó.
El escritor norteamericano Jonathan Franzen, que presentó hoy su novela “Encrucijada”, asegura que ha perdido la fe en el progreso y en el poder de la razón, ya que, aunque en ocasiones la situación del mundo parezca que mejora, “luego vuelve a empeorar”.https://t.co/Y4EC1DG84x
— EFE Noticias (@EFEnoticias) October 20, 2021
En esa continuidad de lo bueno y malo de la humanidad, Franzen encuentra material para la literatura.
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Si alguna vez tuve fe, fue una fe bastante débil. Luego me contradijeron mis lecturas literarias”, dijo el también autor de Las Correcciones, ganadora del National Book Award y con 3 millones de ejemplares vendidos.
Medio oeste profundo
Encrucijadas, a la que puso punto final en junio de 2020, es descrita como una novela de una familia del Medio Oeste, los Hildebrandt, durante un periodo de profunda crisis moral. Russ Hildebrandt, pastor en una iglesia progresista de un barrio residencial, vive un matrimonio desdichado con su esposa Marion, y son padres de cuatro hijos.
En la familia, el novelista ha encontrado que es donde la acción sicológica es más intensa. Aunque como escritor, atajó, no se propone fungir como sociólogo, sino contar una buena historia, y su único propósito es dar placer al lector.
#ABCRecomienda ✍ Jonathan Franzen: «No soy optimista, el panorama mundial es muy sombrío» https://t.co/q74sijMJmW
— ABC.es (@abc_es) October 16, 2021
Una trama que le permite abordar temas como la religión, un tema del que no había escrito hasta ahora. Franzen se declara no creyente.
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La religión es más importante de lo que piensan muchas personas en Europa Occidental y muchos de los progresistas en Estados Unidos, y también quería reflexionar sobre la forma que está adquiriendo la religión cuando la gente dejó de ir a la Iglesia, y eso sugería un arco de 50 años, desde cuando la gente iba a la Iglesia, todos los domingos, hasta una época actual, cuando ya no va ni la mitad”.
Franzen percibe mitologías no religiosas actuales a las que los individuos apelan como algún tipo de salvación personal o social, como la lucha medioambiental.
Por otra parte, el autor nada ha querido revelar sobre las siguientes entregas de una trilogía que lleva por subtítulo, de manera burlona: “Una clave para todas las mitologías”.
👥 Entrevista a Jonathan Franzen, escritor estadounidense
“Mis padres y mis hermanos tenían personalidades tan fuertes que pasé toda mi infancia aprendiendo a sobrevivir al conflicto”
https://t.co/5MSO0eiP8d— EL MUNDO (@elmundoes) October 16, 2021
Quizá, dice, ni siquiera llegue a escribirlas.
Franzen es un escritor que suele tomarse su tiempo entre libro y libro, y que si no fuera por las dificultades de viaje por la pandemia, quizás ya se habría subido a los aviones para viajar, una de sus pasiones, junto a la observación de aves.
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Tal vez me atropelle un autobús mañana por la mañana”, sentenció el autor, quien figura dentro del programa de la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
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