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El legado de Elena Larrea

Por Columnista Invitado

Hace 1 mes

POR: PAOLA ROJAS

 

“Quiero dejar el mundo mejor de lo que lo encontré”. Eso dijo Elena Larrea en la que sería su última entrevista. A pesar de que murió con solamente 30 años de vida, lo logró con creces.

Elena fue una activista que defendió a los animales con fuerza y eficacia a lo largo de toda su vida. Desde muy joven empezó con esa labor y en 2017 fundó Cuacolandia, un refugio en Atilxco, Puebla, para caballos maltratados o abandonados. Llegó a albergar a cientos de ellos.

Inicialmente financiaba esta labor con la colaboración de muchos aliados que “pensionaban” a un caballo o burro con una aportación mensual. Además, Cuacolandia recibía visitantes los fines de semana y se les vendían souvenirs o se buscaban donativos.

Lamentablemente la pandemia por Covid-19 afectó estas vías que le permitían cubrir buena parte de los gastos. Por otro lado, su exmarido aportaba una cantidad crucial para el mantenimiento del santuario.

Cuando se distanciaron, Elena tuvo que ser creativa y encontró en Only Fans una interesante fuente de ingresos.

“Yo amo a los animales”, decía constantemente. Y ese amor lo manifestaba con hechos. En Puebla impulsó una reforma a la Ley de Bienestar Animal. En febrero pasado logró que se tipificara a la zoofilia como un delito.

Quienes la cometan tendrán una pena de cuatro a ocho años de cárcel y una sanción económica mayor a los 40 mil pesos.

En la actualidad la zoofilia se considera un delito, además de Puebla, en la Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León y Tamaulipas. Sin embargo, muchos defensores de los animales están pidiendo que tenga alcance nacional.

Elena Larrea murió el 20 de marzo pasado por una trombosis pulmonar. Afortunadamente su legado seguirá a pesar de su intempestiva partida.

Familiares y amigos cercanos han informado que Cuacolandia seguirá operando y que no hay riesgo para los animales que viven ahí.

Elena no requirió de un cargo público o de un partido político para hacer su labor. Con voluntad, esfuerzo y amor, logró mucho más que aquellos que abrazan al ambientalismo como negocio y que promueven cambios vacíos con cargo al erario.

Ella no se quedó en el discurso, hizo más de lo que habló. Su historia es hoy inspiración para muchos que se descubren capaces de hacer una diferencia en su entorno para bien.

 

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