El aseguramiento en Saltillo y Ramos Arizpe, de 129 carrotanques con más de quince millones de litros de combustible robado no fue casualidad, ni hallazgo fortuito. Las investigaciones comenzaron desde el jueves, cuando elementos de la Fiscalía General del Estado y Policía de Acción y Reacción de Coahuila detectaron movimientos inusuales en las estaciones ferroviarias. Respondieron con orden y rapidez: justo se confirmó que se trataba de hidrocarburo de procedencia ilícita, se dio aviso a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, encabezada por Omar García Harfuch, a la Secretaría de la Defensa Nacional y a la Fiscalía General de la República. La comunicación con García Harfuch fue directa, por parte del gobierno de Manolo Jiménez
El resultado es contundente: el mayor decomiso de combustible en todo el sexenio, reconocido por el propio gabinete federal.
Queda claro que en seguridad pública, la coordinación funciona cuando hay voluntad política y profesionalismo.
Reacción inmediata
En Saltillo no se anduvieron con rodeos cuando la tormenta del domingo por la noche puso en jaque a varios sectores de la ciudad. De inmediato, el Ayuntamiento activó protocolos de auxilio y desplegó brigadas de Protección Civil, bomberos, policías municipales y estatales, con refuerzos del Ejército y la Guardia Nacional.
Fue una noche complicada, con viviendas anegadas y vialidades colapsadas, pero al amanecer del lunes ya se veían cuadrillas trabajando en el desagüe y la rehabilitación de calles. Quien estuvo al tanto de todo, sin soltar el teléfono ni la primera línea de acción, fue el alcalde Javier Díaz González, y como el jefe andaba al frente, a los colaboradores no les quedó más que entrarle en serio a resolver la situación.
Quince Años
Este lunes se cumplen quince años del accidente aéreo que sacudió a Coahuila y, sobre todo, a Piedras Negras, donde la memoria de José Manuel Maldonado Maldonado sigue vigente. Aquel 7 de julio, cuando la avioneta que sobrevolaba la presa La Fragua, para supervisar los efectos de las inundaciones, se desplomó y terminó con la vida de ocho personas, entre ellas el alcalde Maldonado; el secretario de Obras Públicas, Horacio del Bosque Dávila, funcionarios, empresarios y la tripulación.
En Piedras Negras, la tragedia marcó a toda una generación de servidores públicos que comprendieron, con la crudeza de la pérdida, el peso de la responsabilidad y el compromiso con la comunidad… legado de Pepe Maldonado.
Por lo visto, así será recordado: como un hombre que no rehuyó los momentos difíciles, asumió su función con rigor y, hasta el último día, cumplió con su deber.
Costumbres Históricas
En el desplome de la avioneta cerca de la presa de La Fragua, la mañana del 7 de julio de 2010, murieron ocho personas que cumplían con su deber en medio de las inundaciones en la región norte de Coahuila. Entre las víctimas estuvo Horacio del Bosque Dávila, secretario de Obras Públicas, un personaje cuya biografía fue tan accidentada como el vuelo que lo condujo a la tragedia. Horacio llegó a Coahuila en calidad de refugiado político, luego de ser perseguido en Nuevo León por supuestos desvíos de recursos del gobierno estatal hacia el PRI, cuando fue dirigente, señalamientos que describió con ironía como parte de las “costumbres históricas”.
Junto a él perdieron la vida el alcalde de Piedras Negras, José Manuel Maldonado Maldonado; el director de Protección Civil municipal, Ricardo Garza Bermea; el fotógrafo David Rey Chavira; los empresarios Alfonso y Guillermo Ainslie Montemayor; el piloto Juan Roberto Rendón; y el copiloto Guillermo Ainslie hijo. Cada uno con su historia.
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