De consumarse la reforma electoral de Claudia Sheinbaum, que dicho sea de paso ya tiene una comisión presidencial totalmente de Morena que se hará cargo de su elaboración, el futuro del PRI y del PAN se antoja impredecible, pues hasta ahora se han mostrado como adversarios del partido en el poder, pero sobre todo con la reforma dejarán de recibir las prerrogativas que ahora gozan, y ya no tendrán las plurinominales como tabla salvavidas. Sobre el particular he recogido varias opiniones de priistas y panistas.
Hay priistas que dicen que su partido seguirá en la contienda política con sus mismas siglas, que según dicen es para recordar que el PRI fue el constructor del México postrevolucionario, pero para otros es también el partido de la corrupción y todos los delitos y malas artes que haya incubado. Pero nada dicen acerca de cómo mantendrán económicamente al partido, y voltean a ver a los empresarios; pero habrá quién se arriesgue a invertir en el partido que ni sus mismos militantes tuvieron confianza, y optaron por brincarle a Morena, en donde además de futuro, encontraron un ambiente de corrupción y protección, como nunca lo soñaron.
En el caso de los panistas, aseguran sin temor a equivocarse que su partido disminuido y casi abandonado, seguirá dando la lucha por la democracia y las libertades, pero tal vez no sepan que cada día menos se escucha la voz de su partido, pues todos los panistas están callados, solo se escuchan a los senadores Ricardo Anaya y Lily Téllez, uno tratando con ideas y tono mesurado convencer a los morenistas, y la otra con gritos y protagónicos shows acusándolos de mafiosos y corruptos, pero nada más.
Es más creíble que el PAN continúe viviendo después de la consumación de la reforma electoral de Claudia Sheinbaum, pues es posible que la anulación de las plurinominales sea un acicate, para que los militantes panistas salgan a la calle a buscar compañeros de viaje, para cuando estallen los múltiples problemas de la 4T, que no son otros que: corrupción, endeudamiento público, falta de recursos, asociación con los narcotraficantes, fracaso de sus obras emblemáticas y despilfarro.
En cuanto a recursos, los panistas también voltean a ver a los empresarios, lo cual es lógico, pues la ideología derechista del PAN es acorde a la filosofía capitalista de la propiedad privada, el libre comercio, la libertad de empresa y la democracia electoral, y por si fuera poco, a los empresarios solo les queda una opción: el PAN, ya se conocen en la práctica: unos levantando las demandas del empresariado, y los otros ayudando a sostener económicamente al partido.
En Coahuila ya vimos este tipo de asociación, partido-empresarios. Los empresarios, se dice, siempre apoyan a los partidos en épocas electorales, pero en Coahuila la cúpula empresarial de Saltillo comandada por los dueños del Grupo Industrial Saltillo (GIS), los López del Bosque, apoyaron al PAN desde cuando el candidato a alcalde era uno de los suyos; Rosendo Villarreal Dávila, y a partir de entonces la familia López del Bosque ha tenido tres alcaldes de Saltillo: Rosendo Villarreal, Manuel López e Isidro López; también tuvieron a un gobernador interino: Jorge Torres López, quien fue preso por delitos de corrupción, además sus parientes alcaldes también fueron acusados de lo mismo, pero siguieron libres. De todos modos, al GIS le fue bastante bien.
Sobre el particular, la mejor opinión me la dio un priista, cuando aseguró que el PRI y el PAN tendrían futuro, si ambos deciden unirse electoralmente y buscar a los sectores democráticos y conservadores, a las ONGs, a los estudiantes, a la clase media, a la clase baja informada, a los obreros y trabajadores industriales, para poder hacerle frente a Morena, cuyo primer sexenio fue suficiente para mostrar lo que son y hacia dónde van.
Hay que agregar, que si el PRI y PAN quieren salvar a México salvándose ellos, deben dejar sus egos y construir un nuevo partido que rebase al PRIAN, con una nueva filosofía, la de unir a nuestro país, para defenderlo de las mafias, de los narcopolíticos, y de todos los enemigos de México. Un partido de patriotas, no de patrioteros.
Política aldeana
En febrero de 1956, tres años después de la muerte de José Stalin, se celebró el XX Congreso del Partido Comunista de la URSS, en donde Nikita Jrushchov denunció los crímenes y excesos del estalinismo, iniciando un proceso de desestalinización. En su famoso discurso, conocido como “El discurso secreto”, Jrushchov expuso los crímenes, las purgas partidistas y el culto a la personalidad de Stalin.
Sobre esto hay una anécdota. Nikita acusó a Stalin de persecuciones, purgas y corrupción, y cuando alguien del Congreso, un estalinista convencido, le preguntó: ¿Dónde estaba usted, camarada Nikita cuando Stalin cometía esos crímenes que denuncia? Nikita contestó: “sentado como usted, pero cagado de miedo”.
Se me ocurrió contar este hecho histórico con su anécdota, para dejar constancia que el Partido Comunista de Rusia con la anuencia de Vladímir Putin, exoneraron a José Stalin de todas las acusaciones que le hizo Nikita Jrushchov en el XX congreso del Partido Comunista de la URSS, argumentando que las denuncias y acusaciones de Nikita eran falsas. Tardaron 69 años para darse cuenta que era falso que Stalin había asesinado a los millones de compatriotas que se le acusa.
Preguntas huérfanas
¿Sabrá Claudia Sheinbaum que Estados Unidos no necesita invadir a México para eliminar a los cárteles de la droga, y que no tiene ninguna intención de pedirle permiso para entrar?
¿De verdad nos gustaría que se quedaran en Coahuila los venezolanos y cubanos?
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