En la semana ocurrió un hecho histórico en México que tal vez no se ha ubicado en su justa dimensión: en un episodio inédito, los trabajadores de GM Silao, Guanajuato, decidieron poner fin al contrato colectivo con su sindicato afiliado a la CTM, cuyo representante es el priista Tereso Medina, e independizarse.

Dicho de otra forma: se quitaron el yugo del sindicalismo, aunque son materia dispuesta para que otro grupo se los adjudique pues la democracia sindical como idea es una quimera, un oxímoron (o sea dos conceptos de significado opuesto en una misma expresión).

Ahora bien, circunstancias externas al sindicato de Silao pueden, o no, reproducirse a otros horizontes como la Región Sureste de Coahuila, por citar un ejemplo. El afectado en su esfera de competencia, es decir, la CTM, identifica la causa de su desventura en el intervencionismo extranjero.

Sin embargo nadie hasta el momento ha reflexionado que los obreros de hoy no son los obreros de antes. Que la mano de obra es fundamentalmente Millennial por pertenencia generacional y que los jóvenes tecnificados que laboran actualmente no tienen los mismos intereses ni la misma información, ni siquiera la misma cultura e idiosincrasia, de sus antepasados
laborales.

Por el contrario: se parecen más a su generación que a sus padres. Aborrecen las imposiciones del pasado y el continuismo. Pueden preferir incluso la incertidumbre antes que la supuesta paz laboral que les provee el “sindicalismo responsable”. Son los tiempos que se viven para bien o para mal (eso es materia de otro debate). Ahí está la yesca y puede incendiar parcelas.

Y aquí viene lo interesante. Tereso es dueño desde 2011, sí, dueño, del Recreativo CTM que se ubica en Saltillo, en sociedad a partes iguales con el político tamaulipeco avecindado en Coahuila, Samuel Rodríguez Martínez, expresidente del Congreso del Estado (2018) y secretario de Educación y Cultura durante la gestión de Humberto Moreira (2010).

El 7 de noviembre de 2011, tres semanas antes del cambio de Gobernador en el Estado, Tereso y Samuel constituyeron en Saltillo y con solo 50 mil pesos, la sociedad mercantil, Recreativo 360, S.A. de C.V., como consta en la escritura 714 ante el notario Mauricio González Puente, en poder de quien esto escribe.

En 2011, cabe señalar, Samuel fungía como delegado en Nayarit del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, bajo la dirigencia del propio Moreira, e impulsó la candidatura de Roberto Sandoval, a la postre Gobernador y hoy encarcelado por el presunto delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita. También ha sido señalado como “conspirador” en el acuerdo de culpabilidad firmado por el empresario coahuilense, Rolando González Treviño, el 3 de abril de 2015, ante la Corte para el Distrito Oeste de Texas, donde admitió este haber participado en un plan “para defraudar o robar dinero del Estado de Coahuila”.

Vayamos al grano. No se trata de una cooperativa o sociedad mutualista o asociación civil sin ánimo de lucro, sino una persona moral con intención lucrativa y dos únicos socios. El objeto social de Recreativo 360, S.A. de C.V., es “la explotación y comercialización de la totalidad de las instalaciones”. Manga ancha, pues, y posibilidades infinitas considerando que se trata de un club social y deportivo con fines de lucro, ubicado en un predio de 10 hectáreas en el centro-oriente de Saltillo, con canchas, salón de eventos y palapas, que incluye al Centro Médico Santa Cruz María en su terreno.

Curiosamente Tereso y Samuel también se facultan en el acta constitutiva para construir edificios, realizar obras públicas, comercializar todo tipo de artículos y ojo: vender, gravar o hipotecar inmuebles, “para desarrollar su objeto social”, y en general celebrar toda clase de actos, contratos, convenios y operaciones administrativas, mercantiles, financieras y comerciales que se requieran o sean necesarias, así como abrir, cerrar y cancelar cuentas bancarias, recibir dinero, depósitos y créditos.

En tres meses cumplirán una década lucrando con él.

Cortita y al pie

Tereso Medina desde 1998 asumió la secretaría general de la CTM, cargo en el que acumula 23 años, y a partir de 2003, ocupa la secretaría general del Sindicato Nacional de Trabajadores de las Industrias-Metal Mecánica, Sidero-Metalúrgica, Automotriz y Proveedoras de Autopartes en General, de la Energía, sus Derivados y Similares de la República Mexicana, Miguel Trujillo López, donde suma 18 años.

Pero sus inversiones están en Saltillo. Es socio de Desarrollo y Capacitación Laboral, S.A. de C.V., empresa creada con el objetivo de proporcionar servicios y asesorías a sindicatos de trabajadores, y accionista único de Coahuila Competitivo, S.A. de C.V., una todóloga constituida en 2006 y enfocada lo mismo en publicidad y medios de comunicación, asesoría y consultoría para empresas y gobiernos, que contratación de edecanes.

La última y nos vamos

Hay términos viejos y desgastados que no se usan en la vida cotidiana y sí en periodismo para explicar cosas que no explican mejor otras palabras más nuevas.

El charrismo sindical es uno de ellos, e ilustra lo que sucede con la CTM. Por lo demás, mientras en Guanajuato es defenestrado, Coahuila es otra cosa. Acá los negocios gozan de cabal salud.