Arte
Por Christian García
Publicado el viernes, 13 de septiembre del 2024 a las 06:48
Saltillo, Coah.- Hace unos años, la novelista argentina Dolores Reyes removió las emociones de sus lectores con un gran debut: Cometierra, la historia de una niña que al ingerir polvo en el que estuvieron enterrados cuerpos, puede observar el pasado y ver cómo murieron. Ese “pequeño poder” lo utiliza para ayudar a que familias tengan, al fin, un cierre al conocer los destinos de sus desaparecidos.
Para Reyes, quien es uno de los principales nombres de la Feria Internacional del Libro de Coahuila que se inaugura hoy, su personaje es la representación de un ideal: la solidaridad. “Cometierra tiene un pequeño poder, no es una superheroína de Marvel, no tiene superpoderes, sino que es una especie de médium actual que ayuda a que familias encuentren a sus muertos, a sus desaparecidos. Los ayuda a tener un cierre”, como apuntó en entrevista con Zócalo, es pues “una representación de la solidaridad”, como agregó la argentina.
Así, Cometierra y su secuela Miseria, publicada por Alfaguara, son un díptico que utiliza lo sobrenatural para relatar historias sobre violencias ejercidas a mujeres, pero también a clases sociales. Y es sobre este tema sobre el que conversará hoy a las 17:30 horas con la escritora local Laura Luz Morales, en la sala Julio Torri, en Escrituras de la Violencia.
Para Reyes, “la literatura y la ficción tienen una suerte de ventaja en contra de otras disciplinas de escritura. Pienso en, por ejemplo, el periodismo narrativo y los periódicos en general que informan sobre los feminicidios todo el tiempo. Apuntan que ‘hoy asesinaron a una mujer de tantas puñaladas y mañana que desapareció una mujer, y otro día hubo un feminicidio por fuego…, y eso produce un cierto acostumbramiento, uno se va insensibilizando a las estadísticas y las repeticiones. En cambio, la literatura de ficción desautomatiza ese horror y vuelve a colocarlo en la dimensión real de la pérdida que tienen todas esas mujeres que nos están arrebatando.
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Uno puede por medio de un libro acaparar la atención de un lector, atraparlo, hacerlo experimentar una experiencia simbólica muy fuerte como es una lectura completa, y que esa persona salga transformada con la capacidad de intervenir en la sociedad gracias a esa experiencia”, detalló la novelista.
Una de las líneas que Reyes ha seguido en estas dos novelas y su tema es la de, precisamente, no convertir los terribles sucesos que aparecen en sus libros en un espectáculo, sino todo lo contrario: darles una mirada siempre respetuosa y una narración cuidada.
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No hago una exposición ni un show de los cuerpos de las mujeres asesinadas. Soy muy cuidadosa con eso porque creo que muchas veces se estetiza la muerte, se erotizan incluso esos cuerpos, se les expone. En las novelas Cometierra es hija de una mujer asesinada, es así que descubre el don que tiene, creo que eso coloca al personaje y el punto de vista narrativo en un lugar de mucho cuidado para contar, precisamente, lo que ha ocurrido a todas esas mamás, hermanas, familias que están buscando a alguien, porque ella conoce el costo del sufrimiento del que está hablando”, ahonda.
Mirar diferente
La novelista es parte de una generación de escritoras latinoamericanas que han encontrado en los géneros fantásticos la forma de contar esas violencias, y entre las que se encuentran sus coterráneas Mariana Enríquez, Samantha Schweblin y Agustina Bazterrica; la boliviana Liliana Colanzi, o la ecuatoriana Mónica Ojeda.
Las herramientas que estos géneros le aportan, apunta Reyes, es el de la capacidad de observar desde otro lado: no más lejos, ni desapegado, sino con una forma diferente de contar la historia. Como sucede en el caso de Cometierra, quien puede observar el pasado y el futuro.
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En Cometierra no hay desapego, sino al contrario, es alguien que está muy cercana a quienes la consultan. La tierra le da percepciones muy profundas, y la hace hablar aunque no quiera, es un costo enorme para ella. Eso la convierte en una persona mucho más retraída y triste, que es diferente a la de Miseria, su mejor amiga quien es muy vivaz y toda exterioridad”, señala Reyes.
Así, el personaje de este díptico narrativo es, en la primera novela, la personificación de un concepto: el de la solidaridad con el otro, que en el segundo título se extenderá hacia otros personajes que la acompañarán a lo largo de la historia. Ya no sólo los familiares cercanos de Cometierra (su hermano Walter), sino amigas que le demostrarán su apoyo.
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En Miseria me centro mucho en la relación de amistad de las mujeres, una amistad muy fuerte”, apunta y añade que “Cometierra tiene un don muy pequeño pero que, en una sociedad como la nuestra que está atravesada por las violencias, toma una dimensión enorme: poder rastrear personas es un don muy chiquitito, pero que siempre está disponible para que los demás lo usen.
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El don es muy pequeño, no es un súperheroe de Marvel, pero se hace grande en nuestros tristes países latinoamericanos que se riega con la sangría de mujeres muertas”, apuntó Reyes, quien agregó que Cometierra está preparando una tercera parte en libro, pero también una adaptación a la pantalla en formato de serie con Yalitza Aparicio en ella.
Dolores Reyes se presentará también mañana en el diálogo Literatura y Compromiso Social, junto a Jazmina Barrera y Gabriela Jáuregui. Esto a las 19:00 hora en la Sala Enriqueta Ochoa.
HOY:
Escrituras de la Violencia
Dolores Reyes y Laura Luz Morales
17:30 horas
Sala Julio Torri
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