Saltillo, Coah.- El temor a ser asaltados o golpeados a cualquier hora, es el pan de cada día para los vecinos de las colonias que colindan con el bulevar Otilio González, al oriente de Saltillo, pues las pandillas se han apoderado de sus calles, a tal grado de que muchos temen por su integridad.

Colonias como Herradura, Universidad Pueblo, Tetillas, San Vicente, Rubén Jaramillo y El Salvador, son algunos sectores donde las pandillas conocidas como los Gavilanes, La Guerrilla, Los Pitufos y Los SH, dominan y defienden a muerte sus territorios de la “invasión” contraria.

Las pintas en las paredes significan que la pandilla dominante ha marcado su terreno, por lo que las familias se han tenido que acostumbrar a vivir con miedo y con la incertidumbre de que algo les pueda pasar con el solo hecho de salir a la tienda, según detalló José, un vecino de la colonia Tetillas, que por seguridad prefirió el anonimato.

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Vivir en estas colonias es estar siempre a la expectativa de que no te pase nada, estar al pendiente de dónde están los hijos, a dónde salen, y no dejarlos solos nunca en ningún momento. Es a lo que nos imponemos a vivir en estas colonias ya”, denunció.

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Aquí, lo que está más peligroso es que venden mucha droga en las colonias, los policías saben quiénes venden, pero en lugar de detenerlos a ellos detienen a los que compran”, detalló el entrevistado. 

Viven con miedo

Salir a la calle a jugar con un balón, con una bicicleta o con cualquier juguete, es sinónimo de peligro, pues los niños corren el riesgo de que sus juguetes les sean arrebatados, para que cualquier maleante los malbarate en otro sector y con eso solventar sus adicciones, pues la venta del “cristal”, es el principal problema en estas
colonias.

Piden militarización 

A pesar de que la Comisaría de Seguridad y Protección Ciudadana mantiene la presencia de elementos policiacos en algunas de estas colonias, los vecinos han llegado a solicitar que el sector se militarice, pues algunos sospechan, que los policías toleran lo que ocurre en el sector, pues los han visto dialogar con los pandilleros acusados de asaltar y golpear a los transeúntes.

Ante la inseguridad que predomina en estos barrios, hay quienes simplemente se encomiendan a Dios, orando porque algún día toda la maldad que existe en los jóvenes pandilleros se transforme, y puedan vivir en un ambiente de paz y armonía, pues a final de cuentas “somos de los mismos”, según comentaron los entrevistados.