Espectáculos
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Grupo Zócalo
Publicado el martes, 28 de octubre del 2025 a las 04:05
Saltillo, Coah.- De ser una de las conductoras más conocidas de la televisión mexicana a convertirse en una prófuga internacional. Inés Gómez Mont, rostro de Ventaneando y Los 25+, vive ahora una historia que parece sacada de un guion de drama criminal. La reciente detención de su esposo, el abogado Víctor Manuel Álvarez Puga, en Estados Unidos, reavivó un caso que ha perseguido a la pareja por casi una década: presunto lavado de dinero, evasión fiscal y corrupción ligada a contratos millonarios del sexenio de Enrique Peña Nieto.
El glamour que alguna vez la acompañó en alfombras rojas y portadas se ha transformado en incertidumbre. Aunque no está detenida, su nombre volvió a ocupar titulares tras la captura de su marido en Miami. Ella, por ahora, sigue desaparecida del mapa mediático y de la justicia mexicana.
De alfombra roja a investigación
La historia de Inés y Víctor parece comenzar en 2015, cuando se casan y forman una de las parejas más mediáticas del espectáculo. Ese mismo año, el Sistema de Administración Tributaria (SAT) detecta omisiones fiscales por más de 6 millones de pesos en la cuenta de la conductora, mientras su esposo expandía su red de despachos bajo el nombre Álvarez Puga y Asociados.
Entre 2016 y 2017, la pareja es señalada por presuntamente beneficiarse del desvío de 2 mil 950 millones de pesos destinados a mejorar cárceles federales. La Fiscalía asegura que el dinero fue triangulado a través de empresas fantasma controladas por el propio Álvarez Puga y su hermano. Parte de esos recursos habría terminado en cuentas vinculadas a Gómez Mont, bajo el concepto de “honorarios
simulados”.
En 2018, Inés intenta cerrar un capítulo: paga 10.9 millones de pesos al SAT por adeudos fiscales, pero la autoridad mantiene pendiente un remanente de 2.6 millones, reabriendo el caso. Un año después, la FGR inicia formalmente una investigación por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Fuga, fichas rojas y silencio
En septiembre de 2021, un juez federal emite órdenes de aprehensión contra Gómez Mont, Álvarez Puga y otros implicados. La pareja huye de México, presuntamente hacia Estados Unidos. Un mes después, Interpol difunde fichas rojas en 194 países. Desde entonces, nada ha sido igual: el silencio sustituyó los
reflectores.
En 2022, mientras la FGR detenía a tres colaboradores de la red, la presentadora intentó llegar a acuerdos legales y deslindarse, sin éxito. En 2023, un tribunal anula parcialmente una orden fiscal, pero las acusaciones por lavado y delincuencia organizada permanecen firmes.
Durante 2024, su nombre vuelve a aparecer en medios más por especulación que por acción judicial: versiones apuntan a que estaría en Miami, Italia o Dubái, aunque ninguna autoridad lo confirma. Su exsuegra, Tita Bravo, aseguró que “Inés sigue fuera del país, viviendo con miedo y lujos discretos”.
Detención que reaviva el escándalo
Ayer, el nombre de Víctor Manuel Álvarez Puga se volvió tendencia en internet tras darse a conocer que el pasado 28 de septiembre fue detenido en Miami por irregularidades migratorias y trasladado al centro Krome North del ICE. Aunque la detención no está vinculada directamente al caso de corrupción, México podría solicitar su extradición por las acusaciones vigentes.
La noticia reabre la conversación sobre Inés Gómez Mont, quien continúa prófuga. En marzo pasado, un tribunal ordenó descongelar sus cuentas bancarias, lo que fue duramente criticado por la Unidad de Inteligencia Financiera, calificando el fallo como “corrupción judicial”.
Hoy, mientras Puga enfrenta un proceso en territorio estadunidense, la exconductora sigue sin paradero claro. Periodistas de espectáculos como Javier Ceriani aseguran que estaría refugiada en Dubái, manteniendo contacto con viejas amistades de Televisa. Pero, oficialmente, nada se sabe.
Glamour bajo la lupa
El caso ha sacudido a la farándula mexicana: una estrella que pasó del set televisivo a las portadas judiciales. La imagen de Inés Gómez Mont –aquella de vestidos firmados, familia perfecta y amistades con celebridades– contrasta con su presente como una de las prófugas más buscadas del país.
Mientras la justicia mexicana evalúa la extradición de su esposo, el futuro de Inés sigue siendo un misterio. Lo único claro es que su historia, marcada por el lujo y la polémica, ya no pertenece al mundo del espectáculo, sino al de las crónicas judiciales que nadie imaginó protagonizaría una de las mujeres más carismáticas de la televisión.
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