Ciudad de México.- En el campus de Ciudad Universitaria (CU) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) operan al menos dos grupos de narcomenudistas que obtienen ganancias elevadas por la venta de drogas.

Según información de las áreas de inteligencia de la casa de estudios, sujetos que presuntamente participan en esas bandas se han enfrentado en varias ocasiones por los espacios para el comercio de enervantes en las instalaciones universitarias. Sobre todo a partir de que comenzaron las detenciones de sospechosos de narcomenudeo que ocupaban esas áreas.

Personal que ha participado en la colaboración conjunta entre la UNAM y la Procuraduría General de la República (PGR) para identificar, denunciar y capturar a quienes participan en estas grupos –lo que forma parte del expediente ministerial Gillette– informó que el enfrentamiento más reciente fue tras la detención de los primeros tres hombres señalados como probables responsables de traficar drogas en CU.

De acuerdo con la información del expediente citado, dado a conocer el primero de junio por La Jornada, el 24 de marzo pasado, agentes ministeriales aprehendieron a Héctor Yrag Chávez Silva, Miguel Mateos Chávez e Isac Rojas Ávila. Los tres identificados como probables responsables de operar en el grupo que ha hecho base en la zona conocida como Los Bigotes, cerca del Metro Universidad.

Al enterarse de esas capturas, quienes actúan en los frontones –el otro espacio considerado de alto riesgo en CU– intentaron hacerse de ese territorio, pero fueron repelidos a golpes por sus rivales. Desde entonces, señaló el personal consultado, hay tensión entre ambos grupos.

Días después, el 30 de marzo, fue detenido Édgar David Luis Lara, a quien se ubicó como uno de los principales líderes del grupo de los frontones (zona que está en el camino que conecta al anexo de la Facultad de Ingeniería con el instituto de esa disciplina). Fue capturado en las inmediaciones de su domicilio, en la colonia Pedregal de Santo Domingo, cerca de CU, con casi siete kilos de mariguana, un arma de fuego 9 milímetros y 14 cartuchos, según el expediente Gillette.

En la UNAM hay preocupación de que enfrentamientos de este tipo se repitan, sobre todo porque muchos de los sujetos están armados. Esa es una más de las razones por las que desde hace varios meses se trabaja en colaboración con la PGR para combatir el narcomenudeo al interior de las instalaciones universitarias, se dijo.

Posible colusión de patrulleros

Alumnos y profesores han denunciado ante la rectoría haber sido testigos de la presunta colaboración de personal de vigilancia de la universidad –no se aclaró si de base o de confianza– con los narcomenudistas. Debido a esos señalamientos se investiga a tres vehículos de vigilancia interna: las patrullas 65, 66 y 67, por su presunta colusión con esos grupos, por lo que ya se realizan las indagatorias correspondientes.

Hace 10 días, autoridades de la casa de estudios iniciaron una serie de operativos disuasivos para evitar la presencia de narcomenudistas en Los Bigotes y los frontones. Integrantes de la comunidad reportaron que esas acciones “no están teniendo éxito, pues los dealers sólo se movieron de lugar. Por ejemplo, los de Los Bigotes ahora están en el camellón cercano al puente que va a la Facultad de Ciencias, y los de los frontones sólo son un poco más discretos.