Espectáculos
Por Agencia Reforma
Publicado el viernes, 6 de diciembre del 2024 a las 00:16
Ciudad de México.- “Todo vuelve a su forma circular”, reza uno de los éxitos de Café Tacvba (“El Ciclón”, tercer tema del álbum Re, 1994), y eso representó la noche de este jueves la esencia de lo que 65 mil personas, cifra oficial, vivieron en el Estadio GNP.
El cuarteto de Ciudad Satélite irrumpió en el escenario para celebrar sus 35 años de carrera y, de paso, los 30 de ese segundo material, producido por Gustavo Santaolalla, ese que ha sido comparado con el álbum blanco de The Beatles, el que ha vendido más de 500 mil copias y el que habla, precisamente, de los ciclos y el recorrido hasta su punto inicial.
Rejuvenecidos, revolucionarios, repoderosos, Rubén Albarrán (“Cosme” en aquellos ayeres), Meme del Real, Quique y Joselo Rangel reconquistaron a su fanaticada, mayormente chavorruquiza en su apogeo.
La cita comenzó a las 21:19 horas, con un zapateado de bailarines para introducir “10”, y luego, temas del primer disco, como “María” y “Rarotonga”, para calentar motores.
Enfundado en un conjunto blanco y sombrero de palma, Rubén saludó a sus fans desde el entarimado en forma de T.
“Qué inmensa alegría, es algo significativo cumplir 35 años, se nos vienen las imágenes, los pensamientos, nunca pensamos que íbamos a tocar para tantas personas, nos sentimos muy agradecidos”, dijo el vocalista.
La respuesta del público fue un cántico futbolero: “Oe, oe, oe, oeee, Cafééé Cafééé”.
Aquel 1994, el año de Colosio, del levantamiento zapatista y del error de diciembre, surgieron canciones como “El Metro”, tan vigente entonces como ahora, sobre ese amante empedernido atrapado en un vagón, cuya letra cantaron a rabiar los fans.
Sin prejuicios, Rubén abrió el armario del recuerdo para lucir sus viejos atuendos y apodos, “Gallito Gasss” y “Rita Cantalagua” entre ellos, y divertir a la audiencia.
No fue un concierto de baile intenso como en otras épocas, sino más bien contenido, donde los cánticos se gozaban a placer, a ojos cerrados y cuerpos que se dejaban ondear. Es más, Rubén hasta pidió “apoyo para las rodillas” de sus compañeros cuando en “Cómo Te Extraño” se agacharon por unos momentos mientras tocaban sus instrumentos.
Luego empezaron a llegar los invitados, como la banda sinaloense Los Inútiles y su maestro de maestros, Santaolalla, para acompañarlos en “Olita del Altamar” y “Futuro”, dos de las más recientes.
Dieron espacio también a un segmento sinfónico para honrar su segundo MTV Unplugged, que por la pandemia no pudieron salir a girar. “El Espacio”, “Mediodía” y “La Locomotora” sonaron con este concepto y con la orquesta en el escenario.
“Las Flores” fue de los momentos más gozosos, como suele ser, pero apenas duró dos minutos. Supo a muy poco.
Su gusto por la literatura, plasmada sin pretensiones en canciones como “El Fin de la Infancia” (Arthur C. Clarke) y “El Baile y el Salón” (D. H. Lawrence), también bañó la noche.
Álvaro Henríquez, de Los Tres, acompañó al grupo para entonar “Déjate Caer”, con todo y la coreografía correspondiente.
Hasta el cierre de esta edición se preveía que tocaran todavía canciones como “Eres”, “Ingrata” y “Chica Banda”.
Notas Relacionadas
Más sobre esta sección Más en Espectáculos
Hace 5 horas
Hace 7 horas
Hace 7 horas
Hace 7 horas
Hace 8 horas
Hace 9 horas
Hace 13 horas
Hace 13 horas
Hace 19 horas
Hace 19 horas
Hace 22 horas
Hace 23 horas