APENAS 15 JUEGOS y ya cayó el primer mánager en la Liga Mexicana de Beisbol, y le tocó al Coyote de Macapul, Matías Carrillo, quien deja la dirección del conjunto de los Bravos de León, principalmente por los malos resultados que se han venido dando en torno al conjunto de la capital del calzado en nuestro país. La desesperación cunde entre los directivos del equipo, y piensan que lo mejor es cortar la cabeza a uno, que a varios de su misma organización, sea o no culpable.

NO HACE MUCHO tiempo, en este mismo espacio les comentaba que quizás es el mánager quien paga las consecuencias. Él no juega, no lanza, no toma turnos al bat, ni comete errores al fildear un roletazo, pero a la hora de definir su suerte, para nada se toma eso en cuenta: lo despiden y punto, y colocan en su lugar, de manera provisional, a alguien que estuvo acompañándolo en el cuerpo técnico, para después buscar a otro timonel.

SARAPEROS YA TUVO una situación similar con Mark Weidemaier, quien tras apenas 14 juegos al frente del conjunto sufrió el despido. También ocurrió con el “Chico” Juan Francisco Rodríguez, quien se mantuvo en el cargo a pesar de que hilvanó once derrotas consecutivas. Eso fue en el 2015, cuando el equipo terminó con marca de 57 ganados y 52 perdidos, llegó a los playoffs, y fue eliminado por Acereros en una serie que terminó 4-3.

ANOCHE SARAPEROS DEMOSTRÓ que tiene con qué tomar un buen sendero. El derecho nacido en Arizona, Jorge Pérez, los mantuvo a raya durante seis entradas, permitiendo apenas dos imparables, pero a partir de la séptima, Saraperos comenzó a fabricar su regreso: hicieron una carrera en esa entrada, otra en la octava y tres más en la novena. Aunque no les alcanzó y cayeron 6-5, esto entusiasmó a los aficionados que se dieron cita en el Madero.

UNA REACCIÓN QUE, al menos en los primeros 15 juegos, no se había visto, y ojalá sea un buen síntoma de que el equipo puede despertar en cualquier momento. Ahora, con el agregado de estos refuerzos, hay nuevas esperanzas, aunque uno de ellos, Cuadrado, cometió un error que prácticamente definió el juego. Se le perdona porque fue su debut con Saraperos, pero de ahora en adelante tiene que hacer bien el trabajo, sin tachas ni borrones. Si no lo hace, creo que ya no debe haber contemplaciones.

78 PITCHEOS ANTE 21 bateadores, lo cual, en un cálculo rápido, nos indica que utilizó entre tres y cuatro lanzamientos por rival. Aunque solo ponchó a dos, su dominio fue evidente al no regalar bases por bolas y sacar los outs con roletazos y elevados, en un trabajo muy económico, donde los bateadores de Saraperos no lo exigieron más allá.

QUIZÁS LA MÁS baja asistencia en el parque Madero durante la presente temporada fue testigo de esta reacción de Saraperos. Aunque no se fueron totalmente satisfechos, los aficionados mostraron confianza en que poco a poco llegará un buen momento para el equipo de casa, que ya lo necesita con urgencia.

PERO A COMO se está presentando este momento, habrá que ver cuánta paciencia tiene el ingeniero Cantú y demás directivos para esperar la reacción. Recordemos que nada es para siempre, y aunque el equipo ha caído en un bache, puede que estemos llegando al final del túnel. Aun así, es recomendable que las malas vibras que rondan en el equipo se desprendan cuanto antes, porque no están aportando nada bueno, sino que más bien entorpecen lo que está por venir.