Ciudad de México.- Retirar el uso del cubrebocas de las plantas productivas requerirá mucho más que una decisión y la capacitación del personal, el proyecto involucra inversiones en equipos especializados de medición y seguimiento del comportamiento de los contagios, lo cual está lejos de las posibilidades de muchas de micro, pequeñas y medianas empresas en la
Luego de poco más de dos años de pandemia, cuando se empieza a vislumbrar el retiro del uso del cubrebocas en espacios de trabajo cerrados, surgen nuevas interrogantes.

Hasta ahora, el plan piloto que ha implementado la empresa Stellantis en sus 11 plantas ha resultado satisfactorio. De acuerdo con Cinthia Arrazola, gerente de Canacintra Coahuila Sureste, el primer paso es comenzar con la implementación en las grandes plantas y, en función de los avances, continuar con las medianas y dejar para el final las micro y pequeñas.

“ No podría decir un monto exacto, pero sí requiere algo de inversión porque es un plan, hay que hacer un proyecto donde tengas la implementación, el seguimiento. Yo veo bien que se haga en partes y no todo el mismo tiempo para ver cómo reacciona”, dijo.

La ejecutiva presentó ante el gremio industrial, las condiciones que se estarán cumpliendo en el caso de Canacintra Laguna, que va desde la vacunación del personal con todo y sus refuerzos, la definición del plan de implementación, procesos de evaluación, la instalación de inyectores y extractores de aire, medidores de CO2 con bitácoras, así como el uso de filtros y desinfección con luz UV.

Aunque dependerá de cada empresa, para cumplir con toda esta reglamentación, por ejemplo, un pequeño establecimiento deberá invertir unos 10 mil pesos para estar en condiciones de retirar el uso del cubrebocas entre sus colaboradores.