Monclova
Por
Aníbal Díaz
Publicado el miércoles, 12 de marzo del 2025 a las 04:06
Monclova, Coah.- A cinco años de distancia, el embate del Covid-19 que el 11 de marzo de 2020 fue declarado como pandemia por la Organización Mundial de la Salud, dejó dolor, pero también enseñanzas entre la comunidad médica y la población en general.
El director del Hospital General, Amparo Pape de Benavides, el doctor Ángel Cruz García Rodríguez, recordó que el epicentro de la enfermedad en Coahuila fue Monclova, ciudad en el que se registró el primer caso de Coronavirus en la entidad.
Protocolo inédito
La detonación de la pandemia dio paso a un protocolo sin precedentes. En el caso del Hospital Amparo Pape, se instaló un hospital portátil con 88 camas y dos quirófanos, que fue montado en el estacionamiento del nosocomio.
De esta manera, tanto el hospital fijo como el móvil estuvieron recibiendo pacientes no-Covid durante la pandemia.
Sin embargo, por la incidencia de casos se adecuó un área de estabilización de contagiados de Coronavirus, que posteriormente se trasladaban a la Clínica 7 del IMSS donde eran atendidos todos los casos de la enfermedad, recordó el médico.
“Hubo un convenio que funcionó bastante bien con el Seguro Social, que establecía que todos los pacientes que tenían Covid se mandaban al Seguro Social, y todos los pacientes que no eran Covid, del IMSS, nos los enviaban a nosotros”, recordó.
“El hospital móvil tenía 88 camas y hasta dos quirófanos, donde revisábamos procedimientos invasivos como prótesis de rodilla, prótesis de cadera, cirugías de vesícula, de apéndice, cesáreas, todo lo que hacíamos en el hospital también lo hacíamos en el hospital móvil”, enfatizó.
“Se hizo un triage respiratorio que fue importantísimo, que fue vital, que evitó que hubiera muchos (más) contagios”, recordó sobre el área de estabilización.
“En este triage respiratorio el paciente llegaba a veces en ambulancias, a veces en sus propios vehículos o por su propio pie, llegaban, le hacíamos las pruebas, se establizaba al paciente y posteriormente se pasaba a un área limitada”, añadió.
“Hubo una reconversión hospitalaria, al principio era una sola sala con cuatro camas que fue la sala cinco; pero después, por el aumento de casos se amplió a las salas seis y siete; hubo 12 camas en total para estabilización de pacientes Covid”, agregó.
“Cuando el paciente se estabilizaba se mandaba al Seguro Social, jamás hubo contacto entre el Hospital General y esa área de reconversión hospitalaria”, enfatizó, acotando que, en ocasiones las 12 camas estuvieron totalmente ocupadas al atender a población abierta -tanto aquellos con seguridad social como pacientes que no contaban con ella-.
Pérdidas irreparables
El doctor García recordó también, que durante la pandemia fallecieron tres trabajadores del hospital: Un médico que laboraba también en el IMSS, un radiólogo que también trabajaba en el ISSSTE y una empleada administrativa del Amparo.
Además, recordó que vivió en carne propia el contagio del virus, por el que estuvo hospitalizado durante 10 días en el área de estabilización que se implementó en el nosocomio que dirige.
“Afortunadamente, salí libre de esta situación, pero sí cambió mucho la experiencia de vida, tanto de vida personal como de vida profesional”, reiteró.
Inicia la vacunación
El médico recordó que el 29 de diciembre de 2020 se dió el primer paso para la disminución de los casos de Coronavirus en Monclova y la Región, con el inicio de la vacunación al personal de salud en el 105 Batallón de Infantería, en Frontera.
“De aquí (del Amparo) salían tres, cuatro, cinco camiones con todos los trabajadores a vacunarse”, recordó, añadiendo que las primeras dosis aplicadas fueron de la vacuna Pfizer.
“Ahí comenzó descender la estancia hospitalaria y la incidencia, después vino la segunda y la tercera dosis”, acotó.
Se queda el cubrebocas
A cinco años de distancia, el doctor García reitera que hay diferentes protocolos de salud que se quedaron en los hospitales tras el embate de la pandemia.
Asimismo, destacó que incluso, hay protocolos que permanecen entre la población civil.
Sobre los hospitales, por ejemplo, sostuvo que el lavado de manos se procura en cualquier tipo de atención médica, no sólo en las relacionadas con malestares respiratorios.
También, el personal médico usa cubrebocas de manera ordinaria al atender un proceso de infección.
Por otra parte, sostuvo que, mientras no se refuerza la ‘sana distancia’ que solía implementarse durante la pandemia, de entre 1.5 y 2 metros, “tratamos de evitar la conglomeraciones en las salas hospitalarias”.
En términos generales, sostuvo que el reforzar las medidas de higiene en el nosocomio ha permitido la reducción de infecciones intrahospitalarias.
Sobre la población civil, sostuvo que entre la ciudadanía prevalece el uso del cubrebocas cuando una persona padece un mal respiratorio.
“De forma personal, el viernes llegó mi nieta de 17 años, con cubrebocas”, mencionó, como ejemplo. “Le preguntamos ‘¿qué te pasa?’, y respondió, ‘es que ando mala de la garganta y me dijo mi papá que los cuidara’. Ya desarrollamos la cultura de que si tenemos adultos mayores, o niños o personas con comorbilidades, de usar cubrebrocas, y eso es en gran medida a la promoción de la salud que las autoridades de salud activaron”, concluyó.
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