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Coahuila

Demasiada violencia

Por Cholyn Garza

Hace 1 año

Hace unos días, en pláticas informales compartidas en grupos de amistad, a querer o no salieron a relucir los temas que preocupan a todos y estuvimos de acuerdo en que hay demasiada violencia.

¿Alguna vez imaginamos que veríamos tanta atrocidad? Ciudades destruidas, gente huyendo para salvar la vida, familias desunidas, hombres luchando en combate. Una guerra, la de Ucrania, iniciada con una invasión y que se ha ido extendiendo en tiempo y pérdida de vidas humanas.

Como siempre, los más afectados por la violencia son los niños, que a su corta edad no alcanzan a comprender el horror que están viviendo. 

No sólo son las guerras donde se despliega gran cantidad de armamento para mostrar el poderío de uno y otro lado, sino también los conflictos en los hogares que sobrepasa toda racionalidad.

La violencia ha llegado a todos lados y va extendiéndose de manera peligrosa porque está afectando directamente a mujeres y a niños.

A las mujeres, porque ya no están seguras en ningún lado.  Si son jóvenes y desean divertirse, salen del hogar y los padres no saben si volverán a ver a sus hijas.  El divertirse está resultando también un riesgo para la juventud.

¿Conocen realmente los padres a los amigos de sus hijos? Difícil dar respuesta.

Y es difícil porque hoy se vive la era de la tecnología donde se hacen “amigos” virtuales al por mayor. “Amigos” que hicieron “contacto” en las redes sociales y apenas se van a ¿conocer? En una fiesta donde puede ser que no conozcan a nadie en
particular. 

¿Amigos? Me pregunto y la respuesta viene de inmediato ¡Por supuesto que no! Son solo conocidos que pueden ocultar su verdadera identidad en un falso perfil.

Son tiempos difíciles los que se están viviendo si comparamos con lo que muchos de nosotros vivimos -aunque las comparaciones resulten odiosas- podríamos decir que “nuestra” época fue mejor a la que están viviendo en algunos casos los hijos, en otros, los nietos.  

Muchos de nosotros vivimos las diferentes etapas de nuestra vida con alegría, con cuidados en la casa, en la escuela.  Siempre la mirada vigilante de “mamá” que era quien se quedaba en casa o de la abuela.

Se formaron generaciones que crecieron con disciplina porque era lo que aprendíamos en casa con los valores y principios; en la escuela a través de una estupenda materia llamada Civismo que todavía me pregunto ¿por qué la eliminaron de la enseñanza escolar?

Hoy en día el comportamiento de niños y jóvenes ha cambiado y no precisamente para mejorar.  Considero que es cuestión de educación tanto en el hogar como en la escuela.  La enseñanza compartida dio buenos resultados años atrás.  ¿Por qué no habría de resultar un acierto educar con buenos principios?

Al ver el comportamiento de niños y jóvenes, no pocos desearíamos que el Civismo fuera incluido o más bien regresado a los salones de clases en lugar de andar inventando planes educativos que lo único que van a conseguir es formar mentes confundidas.

Da tristeza observar como hay frases que han ido desapareciendo.  “Por favor” “gracias” se escuchan menos.  No sólo son las frases sino las actitudes las que también cuentan y dicen mucho.  

Como consecuencia de la pérdida de una buena educación, se han ido construyendo nuevas conductas que mucho nos están dañando a todos. La falta de respeto hacia las instituciones, hacia los padres, hacia nuestros semejantes, a la naturaleza, están convirtiendo este mundo que nos ha sido prestado por las futuras generaciones, en un caos.

No se ha respetado a Madre Natura.  Por el contrario, se ha dañado de una manera cruel pensando que todo es nuestro.  Y no, nada nos pertenece, por lo tanto, debemos cuidarlo.  Al agredir el Medio Ambiente, se está ejerciendo violencia también. 

Hay demasiada violencia por todos lados, es algo que no se puede ocultar.  Da tristeza conocer que los actos violentos se van incrementando en vez de disminuir. ¿Cuánto tiempo requerirá acabar con esta amenaza?

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