Saltillo, Coah.- Familiares, amigos, feligreses y compañeros sacerdotes dieron el último adiós al padre Antonio Rodolfo Ramos Sosa, quien falleció el pasado sábado por un paro cardiaco, aunque también padecía Covid-19 y otras enfermedades crónicas.

La misa de exequias del sacerdote que se desempeñaba como canciller de la Diócesis de Saltillo fue presidida por los obispos monseñor Hilario González y el emérito fray Raúl Vera López en el templo de San Patricio, en donde sirvió una década.

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En esta comunidad conocimos a Rosita, y Rosita que era nuestra vecina cuando vivíamos en Oceanía y que mi hermano trabajaba en General Motors, y ni por la mente le pasaba que sus manos estuvieran benditas, y que pudiera traer a Cristo, pero ella decía tú eres sacerdote, vas a ser sacerdote, tienes cara de sacerdote”, comentó Ricardo Ramos Sosa, hermano del sacerdote.

Y es que el hombre que decidió entrar al seminario cuando ya tenía 44 años y se ordenó pasados los 50, es un ejemplo de que nunca es tarde para seguir la vocación.

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Él estuvo trabajando en una gerencia del ramo automotriz, entonces él ya estaba en una gerencia importante, pero al menos lo que nos platicaba cuando era nuestro formador, es que siempre tenía la inquietud del seminario, pero él entra tarde, con una vida ya hecha, con un trabajo de más de 20 años”, dijo el padre Benito Moreno Jaramillo, quien tuvo como formador al padre Tony.