Se sabe. Transformar realidades no es una tarea sencilla. Es algo que implica mucho esfuerzo, compromiso, sacrificios, renuncias, valor, diplomacia, y muchas otras características.
Yo lo tenía muy claro desde el principio, cuando hace 8 años empezaba mi aventura en México. Luis Efrén Ríos Vega, quien fundó la Academia Interamericana de Derechos Humanos, tenía un gran sueño: construir una institución académica de calidad especializada en materia de derechos humanos que no se limitara a hacer el clásico trabajo académico, sino que este tuviera un importante impacto práctico en la vida de todas aquellas personas que por distintas razones se encontraran en una situación de profunda vulnerabilidad por haber sufrido violaciones graves a sus derechos humanos.
Luis Efrén me compartió ese sueño y me invitó a acompañarlo para realizarlo. Y ese sueño hoy es realidad. La AIDH, después de 7 años, es una institución que, aunque es joven, se ha consolidado con un gran prestigio nacional, regional e internacional.
No ha sido sencillo. En el camino, hemos encontrado muchos obstáculos y dificultades, pero también hemos contado con muchos aliados, y al mismo tiempo nos hemos topado con muchos enemigos. Sin embargo, los enemigos y las personas que nos odian y nos quieren hacer daños son nuestros grandes maestros. Te enseñan las lecciones más importantes de tu vida, te hacen crecer y te fortalecen. Son una enorme riqueza.
Hoy, lunes 8 de agosto de 2022, arranca la Licenciatura en Derecho con Perspectiva en Derechos Humanos. La cereza en un pastel de excelencia académica ya muy rico hecho por más de 10 especialidades, dos maestrías y un doctorado. Hoy, 35 alumnas y alumnos, empezarán una de las aventuras más importantes de su vida profesional y personal.
Hoy empezamos a formar a los nuevos juristas del siglo XXI, los que con sus conocimientos en materia de derechos humanos seguirán transformando una realidad que –desafortunadamente– todavía se caracteriza por violaciones graves a estos derechos. Además, serán juristas altamente competitivos en el panorama internacional y comparado gracias a la rica red de contactos con otras universidades de América y Europa que hemos construido en estos años y gracias a la que podrán acercarse y conocer otras realidades donde buscar soluciones a problemas comunes.
La #LicenciaturaAIDH es solo la última parte del sueño de Luis Efrén. Pero no es el final. La AIDH seguirá transformando realidades y consolidándose cada día más, a pesar de todas las tormentas que será necesario atravesar.
Nunca agradeceré lo suficiente a Luis Efrén por su sueño y por haberlo compartido conmigo.
Enhorabuena a la #LicenciaturaAIDH. Y como sabemos, después de la tormenta, llega siempre el sol. Y que el sol de la AIDH nunca se apague.
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