La figura del maestro, en la antigüedad, adquirió relevancia principalmente en el terreno educativo, en la formación espiritual y moral de la niñez y la juventud. Entre los griegos, la educación no era concebible sin la presencia venerable del sabio maestro, máximo guía y conductor de la sociedad. Por esta razón, tanto la cultura griega como la romana se sustenta en la acción educativa de los grandes maestros que, con el tiempo, lo serán de la humanidad: Homero, Sócrates, Isócrates, Platón, Aristóteles, Cicerón, Marco Aurelio entre otros.

En México oficialmente se conmemora el 15 de mayo como Día del Maestro desde 1918. En 1917, a propuesta del presidente Venustiano Carranza, los diputados Benito Ramírez y Enrique Viesca, presentan al Congreso de la Unión, decreto para que fuera instituida la festividad que pusiera de relieve la importancia y nobleza del papel social del maestro.

La conmemoración en ese día, también obedece al santoral católico, a la fiesta de San Juan Bautista de La Salle, Nacido en Remis Francia, a mediados del siglo 17, sacerdote, teólogo, pedagogo y hombre de ideas innovadoras, quien renuncia a la administración de los bienes y a su tradición de juristas familiar, para consagrar su vida a la formación de maestros, que se dedicaban a la educación de hijos de artesanos y niños de escasos recursos. Beatificado en 1888 y canonizado el 24 de Mayo de 1900 por el Papa León XIII. Su festividad se celebra el 7 de abril y el 15 de mayo de 1950 a causa de su vida y sus escritos, el papa Pío XII  lo nombró patrón de los maestros y de los que trabajan en el ámbito de la educación.

La Salle fue innovador al proponer centros para la formación de maestros seglares, escuelas de aprendizaje para delincuentes, escuelas técnicas, escuelas secundarias de idiomas modernos, artes y ciencias, cursos dominicales para jóvenes trabajadores y una de las primeras instituciones para la reinserción de “delincuentes”. Además de constituir con Adrián Nyel, escuelas gratuitas, que solo encontraron en ese entonces, la oposición de las autoridades eclesiásticas.

Por otra parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, marca en su calendario el 5 de octubre como el Día Mundial de los Docentes, fecha en la que conmemoran el aniversario de la suscripción de la Recomendación de la OIT y la Unesco, relativa a la Situación del Personal Docente en 1966, que hacía referencia a los derechos, responsabilidades, normas y formación de los profesores, así como a su contratación y condiciones de enseñar y aprender. Desde 1997 se estableció dicho día y en algunos países de Europa se conmemora la fecha.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), correspondiente al cuarto trimestre de 2019, hay en México 1 millón 197 mil 778 personas ocupadas como docentes en educación básica. De este total, prácticamente la mitad (50.4%) está impartiendo clase en primaria, 25.9% se desempeñan en secundaria y 23.7% en preescolar.

Del total de docentes trabajando en educación básica, 71 de cada 100 son mujeres. Se observa también que en preescolar la proporción correspondiente es 94 de cada 100. En educación secundaria hay menor diferencia según sexo, ya que, de cada 100 docentes 57 son mujeres y 43 son hombres.

Según tipo de unidad económica, 80% de quienes se dedican a la docencia en educación básica se ubican en escuelas públicas; y de esta proporción, 67.9% son mujeres, mientras que en el sector privado la cifra de hombres es de 18.2 por ciento.

Apreciamos por la cifra, que el número de docentes, aumenta conforme a la edad del alumno, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) ha mostrado su preocupación por la asimetría entre sexos. Señala que “La brecha de género es particularmente pronunciada en primaria, cuando los niños interiorizan los estereotipos y la percepción de las profesiones por sexos”, que “como resultado, cada vez menos niños están expuestos a maestros hombres, particularmente en la infancia, acrecentando los estereotipos”. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud y la Universidad de John Hopkins los estereotipos se arraigan a los 10 años.

Quienes no comparten esa opinión, señalan que “El género del profesor es irrelevante a la hora de transmitir a los alumnos los conocimientos y valores”, ya que “cualquier profesor, sea hombre o mujer, debe incluir en su programación estos elementos, sin que resulte diferencia alguna por género del profesorado”.

La desproporción por sexos en las estadísticas, obedece a distintos factores a analizar, como la brecha salarial, el tiempo o la disposición de elementos para seguir avanzando hombres y mujeres de igual forma en su preparación, los techos de cristal, la influencia de los roles de lo que representa la educación inicial y otros variados factores que es tiempo para replantear.

La pandemia, obligó a cambiar muchas de nuestras actividades al mundo digital y la educación, es una de las que se han adaptado mas rápidamente al terreno virtual. Escuelas y maestros se han convertido en grandes creadores, transformadores e innovadores de distintas formas de aprendizaje. Una vez pasada la pandemia, muchos de los cambios que se han generado, se volverán permanentes. Por ello, es momento de analizar bien si la diferencia de sexos en la educación básica, merece nuevos estudios y valoraciones para fomentar la igualdad de género en sus impartición.

Hombres y mujeres importan en el tema de la educación. Se requieren personas con sabiduría que respondan a las necesidades sensibles y las exigencias sociales del mundo que vivimos, ya que en ellos depositamos el futuro de nuevas generaciones que ha de regirse no sólo por la intelectualidad, sino también por la ética y la libertad.