“Quien aprende debe hacer algo mas que archivar conocimientos, debe atreverse a dominar el cambio, a comprender el nuevo mundo del conocimiento y a integrarse positivamente a la sociedad nacional y universal”. – Eliseo Mendoza Berrueto.

Don Eliseo, así era habitualmente conocido, reconocido y nombrado el profesor y licenciado Eliseo Mendoza Berrueto, quien lamentablemente falleciera este pasado martes 17 de mayo a los 91 años. Las sabias palabras de don Eliseo con las que doy comienzo a esta columna, pareciera que hubieran sido redactadas por algún joven escritor nacido en este siglo de la globalización acelerada, y no por un nonagenario cercano a los 100 años de edad. Esa era una de las cualidades de don Eliseo, ubicarse en el presente, en el aquí y ahora, avanzó y evolucionó con el tiempo y nunca se quedó atrás añorando épocas pasadas o sistemas caducos y anquilosados. El susodicho mensaje de don Eliseo lo extraje de un libro que me fue obsequiado y que relata el acto donde el 22 de junio de 2021, –hace apenas casi un año–, la Facultad de Contaduría y Administración de la Unidad Torreón de la Universidad Autónoma de Coahuila, entregó el reconocimiento “Máster Ad Vitam” al profesor y licenciado, Eliseo Mendoza Berrueto, siendo este el máximo reconocimiento avalado por el Honorable Consejo Universitario de la UAdeC.

¿Pero qué significa y que representa este titulo honorifico?

Master Ad Vitam literalmente es traducido del latín como “Maestro a la Vida”, o “Maestro de la Vida”, y es una distinción académica que se impone a un miembro de galardonada trayectoria en la comunidad científica, que ha vinculado sus esfuerzos técnicos y humanos al mejoramiento de la vida de sus colegas y semejantes desde una perspectiva integral. A este concepto añadiré la definición de Maestro que nos brinda el rector de la UAdeC, el ingeniero Jesús Salvador Hernández Vélez, quien le entregara el reconocimiento a don Eliseo en su homenaje: “Se les llama maestros a quienes han alcanzado un grado sobresaliente de conocimientos, habilidades y destrezas, que además, tienen la cualidad de compartir su saber. Los maestros son la piedra angular del sistema de construcción social del conocimiento y los formadores por antonomasia de los profesionistas del futuro”.

Don Eliseo vivió y murió libre, sin miedo a nada ni a nadie, en diversas ocasiones coincidimos para conversar, y él, aunque ya entrado en años, andaba por todos lados solo y vigoroso, sin guaruras o ayudantes que le cuidaran de algún peligro, o lo protegieran de algún insulto o vejación. ¿y por qué podía trasladarse a cualquier lado sin temor? Porque como dice el refrán “El que nada debe nada teme” Don Eliseo siempre se comportó como un ciudadano y servidor público ejemplar, que solo recibía cariño y agradecimiento de su pueblo cuando era reconocido y saludado. Yo insisto nuevamente en que esa es la mejor recompensa de un político, el afecto dispensado por los ciudadanos a quienes se sirvió y gobernó. ¿Cuántos políticos del actual sexenio pueden salir a la calle sin temor a ser agredidos verbal y físicamente?

Para respaldar este concepto haré uso de las palabras pronunciadas en el citado homenaje por el licenciado Enrique Martínez y Martínez, quien fungiera como padrino de don Eliseo y le colocara el birrete honorífico: “Esta solemne ceremonia es un testimonio vivo del interés que tiene la Universidad Autónoma de Coahuila por rendir homenaje a quienes han destacado en su vida profesional. Hoy, más que nunca, nuestras instituciones educativas, además de superarse y alcanzar las metas trazadas, deben ser promotoras del reconocimiento a quienes se han distinguido en las diferentes áreas del quehacer humano, pero en particular, y de manera muy enfática, a quienes lo logran en el controvertido campo de la política. Y digo, “hoy más que nunca” porque considero que en los últimos lustros, la política ha sufrido una brutal degradación. Lamentablemente, se ha tornado como la expresión de todo lo negativo; sinónimo de corrupción, demagogia, prepotencia, burocracia, irresponsabilidad y soberbia. Y claro que esto no es la política, que algunos pillos la hayan manchado no quiere decir que eso sea. La política es, en esencia, la maravillosa oportunidad de servir a los demás, de luchar por la justicia, por el mejoramiento del Estado de derecho, por una mejor educación y salud, por una más justa distribución de la riqueza y, en general, por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Don Eliseo tuvo la maravillosa oportunidad de servir a los demás y simple y sencillamente solo lo hizo así. Tan fácil, lógico y obvio que debería ser simplemente actuar así, pero cada político que llega al poder es un enigma, un albur y un peligro que el pueblo nos jugamos al elegirlos.

En el patio central del Palacio de Gobierno, el gobernador Miguel Ángel Riquelme, así como otros exmandatarios, funcionarios y exfuncionarios, realizaron un homenaje luctuoso en el que el Gobernador pronunció estas palabras: “Con la partida de don Eliseo Mendoza Berrueto se cierra un gran capitulo en la época de la historia pública nacional y en particular de su entrañable Coahuila, pero nos deja a todos y a las futuras generaciones la esencia de su pensamiento y de sus preceptos, además del ejemplo de su trabajo en la administración pública por décadas enteras”.

Ojalá haya más don Eliseos en la política nacional.