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Coahuila

El dardo envenenado a Guadiana que puede cambiar la elección en Saltillo

Por Luis Carlos Plata

Hace 2 años

Coahuila ha sido desde hace tres lustros un laboratorio electoral para el país por diferentes circunstancias. Y en el proceso en curso, para no variar, hay una novedad que, de aplicarse hasta sus últimas consecuencias, puede cambiar el curso de la renovación periódica del poder: la violencia política por razón de género; un instrumento que data de 2020 y no ha sido estrenado hasta el momento en nuestra incipiente democracia.

En pocas palabras: constituye un delito electoral, contemplado en el Artículo 20 Bis de la Ley General en Materia de Delitos Electorales, adicionado apenas el 13 de abril del año anterior.

Y estrenando las nuevas reglas de la contienda, el 5 de abril, es decir, el primer día hábil posterior al inicio de las campañas electorales, la diputada federal con licencia y aspirante a la candidatura a la Alcaldía de Torreón, Miroslava Sánchez, también fundadora de Morena y exdirigente estatal del partido en Coahuila, dio a conocer en rueda de prensa, el pasado jueves, que denunció al candidato de Morena a la Alcaldía de Saltillo, Armando Guadiana Tijerina, su correligionario, por violencia política de género.

La legisladora se basa en diferentes hechos continuados en el tiempo, mismos que tuvieron su punto culminante un día después de las elecciones estatales del 18 de octubre. Ahí, forzado por las circunstancias y el compromiso moral de “dar la cara”, Guadiana encabezó una conferencia de prensa con el objetivo de explicar el desastroso resultado obtenido por Morena, al ganar el PRI 16 de 16 diputaciones locales.

“Es una pena que dos damas de la Región Lagunera hayan socavado la parte interna de Morena para ayudarle al adversario (…) ¿Los nombres? Son las hermanitas Sánchez, la doctora Miroslava Sánchez, diputada de suerte, y Hortensia. Es una pena que como judas, se vendan por unos cuantos centavos, para el interés de los adversarios.

“Son personas indeseables, impresentables dentro del mismo partido”, manifestó días atrás.

Y el caso tiene sentido, pues dicha opinión, la del senador con licencia, tiene un peso específico mayor ya que no es cualquier actor quien la emite. Encuadra, por tanto, en el ejercicio de la violencia contra una mujer, en términos de ley, que afecta sus derechos políticos y electorales con el fin de limitarlos, anularlos o perjudicarlos.

El tema no es menor, pues puede terminar en un procedimiento especial sancionador con penas de hasta seis años de prisión y 300 días de multa. Por si fuera poco, “cuando las conductas señaladas fueren realizadas por un precandidato o candidato, o con su aquiescencia, la pena se aumentará en un tercio”.

Cuestionado respecto a la denuncia en su contra por violencia política de género, Guadiana afirmó: “si decir las verdades es violencia, pues seguiremos haciendo violencia. Es una diputada de rifa, no porque la gente la haya escogido, nosotros ganamos en las urnas, ella no”. Y remató: “Es una pena que haya sido presidenta de Morena y que hagan esas cosas, igual que su hermana Hortensia. Que les enseñe o que les diga en qué escuela obtuvo el título de médico, que les diga en qué año y escuela terminó, para que se investigue si es doctora o no es doctora, lo que sé es que es técnica radióloga, y se dice doctora”.

La cuestión de fondo es que, antes de llegar a los ciudadanos de Saltillo, la pelota puede estacionarse en la cancha de la Sala Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. “Quien ejerce violencia política contra las mujeres no puede ser candidato”, es el criterio confirmado por el Tribunal.

¿Qué tan en serio, y hasta dónde, están dispuestos los magistrados electorales a aplicar la ley?

Para nadie es un secreto que nos encontramos en un proceso electoral enrarecido. Primero por el Presidente de la República, quien en un par de ocasiones ha amagado desde su conferencia mañanera con propiciar una reforma política-electoral para desaparecer el Instituto Nacional Electoral (INE). A su vez, el presidente del Consejo General del INE, Lorenzo Córdova, ha manifestado que el sistema electoral se encuentra bajo asedio debido a la polarización, luego de un par de temas polémicos en la agenda pública: la fiscalización de las precampañas de Morena y la sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión, en la víspera de la renovación de la Cámara de Diputados.

Cortita y al pie
Por lo demás, nada nuevo bajo el sol. En 2017, a propósito de otra derrota, en esa ocasión por la Gubernatura de Coahuila, Armando Guadiana señaló a Javier Guerrero (entonces candidato independiente a Gobernador) como responsable del resultado al no prestarse a constituir un bloque previo a la jornada electoral, junto a él y José Ángel Pérez, entonces del PT.

Al calor del proceso electoral en curso y la definición de candidaturas, a Lenin Pérez Rivera, de UDC en alianza con Morena, criticó en 2021: “toda la vida se ha dedicado a venderse por tener poder”.

Pero tratándose de mujeres es diferente.

La última y nos vamos
El martes de la semana que hoy termina el propio Guadiana difundió una visita que hizo a Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México (AHMSA), preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México. No se boletinó, sin embargo, que existe un adeudo millonario de la acerera de Monclova con empresas de Guadiana. Y que le urge cobrarlo.

De acuerdo con el reporte de información financiera de AHMSA, correspondiente al cuarto trimestre de 2020, recursos por 475 millones de dólares fueron depositados en un fideicomiso de pago en el Banco Actinver, S.A. Institución de Banca Múltiple, a fin de liquidar a proveedores. No obstante, “la administración de la compañía continúa con sus esfuerzos para obtener recursos adicionales (…) está analizando opciones de financiamiento y/o alternativas de capitalización”. También existe la opción de capitalizar parte de la deuda en acciones.

Ahora bien, si en 49 días que faltan para la jornada electoral no caen esos millones en los bolsillos de Guadiana, lo cual es probable debido a la entreverada situación actual de la compañía, ¿tendrá alguna incidencia en el resultado?

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