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Rodrigo Flores
Publicado el miércoles, 15 de octubre del 2014 a las 22:17
Saltillo.- Saltillo no tiene memoria. A diferencia de otros acontecimientos como la Batalla de La Angostura, la fundación de la Villa o fiestas patronales, existe un acontecimiento en la historia de la capital del estado que ha sido sepultado: el movimiento estudiantil de la Universidad Autónoma de Coahuila, UAdeC, en marzo de 1984.
La historia cuenta que ha sido la más grande movilización ciudadana en Coahuila, pues aunque la protesta originalmente fue encabezada por universitarios que denunciaron el fraude en la elección para rector, saltillenses y estudiantes de otras instituciones se unieron a la causa.
Desde aquel entonces, cada 27 de marzo pasa inadvertido. Ni siquiera en la propia Autónoma de Coahuila se realiza un evento para conmemorar la única hazaña estudiantil en su vida académica.
El día en que un puñado de jóvenes, liderados por los entonces maestros Armando Fuentes Aguirre “Catón” y Jaime Martínez Veloz “El Jimmy”, levantaron la voz para impugnar la elección fraudulenta, ha quedado solo en el recuerdo de sus participantes.
Han transcurrido 30 años y todo ha quedado en olvido. No hay guardia de honor para “El Kalimán”, aquel maestro que murió en batalla. Tampoco homenaje para quienes lograron la “dignificación universitaria” que proclamaba el movimiento, no hay nada.
Movimiento histórico
Saltillo era considerada una ciudad tranquila, el desarrollo de la capital apenas repuntaba. Este hecho podría considerarse como un parteaguas en la historia de la capital del estado, ya que tanto estudiantes como colonos, se unieron en esta manifestación y caminata a la Ciudad de México para protestar por las elecciones, explica el historiador y académico Carlos Recio.
“Recuerdo que en alguno de los movimientos estuvo Francisco Navarro Montenegro, que trajo gente de las colonias, y alcancé a escuchar los reclamos de que la Universidad se mantiene con dinero del pueblo y se ven afectados, con gente de colonias populares, fue un movimiento de tal envergadura, que desde ese momento no he visto un movimiento así, en épocas anteriores yo pienso que tampoco, yo siento que este movimiento fue de grandes dimensiones”, dijo.
A nivel mundial habían transcurrido algunas manifestaciones en busca de la democracia. Los aires de libertad en la juventud, movilizaron a miles de estudiantes para pelear por sus derechos en cada rincón del planeta.
México acababa de pasar por una de las más grandes tragedias. La matanza de Tlatelolco, en la que fueron masacrados en cifras oficiales alrededor de 50 estudiantes, aunque se habla de que fueron cientos de desaparecidos y muertos en manos del Gobierno Federal, quien reprimió las manifestaciones de alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y otras universidades, que pedían libertad de expresión.
El movimiento universitario coahuilense se registró 16 años después de aquel 2 de octubre, las ganas de lucha aún estaban recientes, historiadores coahuilenses, como Recio, aseguran que en dimensiones distintas, podría ser considerado como el movimiento estudiantil del 68.
“Yo pienso que esta época que siguió aquí, fue una consecuencia de lo que se vivió en los años 60 y 70, a nivel internacional inclusive, la Primavera de Praga (1968), los conflictos en París (1968), en la masacre de la Universidad de Kent (1970), y en el mismo México en octubre del 68, como que aún había ese movimiento”, comentó el historiador.
Este hecho no ha sido bien estudiado en Coahuila, a pesar de la relevancia estatal y cultural que representa para la comunidad estudiantil.
En opinión de Recio, para que un movimiento sea considerado histórico, tiene que pasar cierto tiempo, y éste lo ha cumplido, por lo que puede llegar a ser uno de los acontecimientos más importantes del estado o de México.
“A lo mejor el año que entra las circunstancias cambian, ya el hecho pasa a ser histórico y se considera que mínimo en este tiempo de 30 años, incluso algunos lo alargan a 50, porque no hay la distancia para reflexionar sino que los conocimientos están relativamente frescos”, agregó.
Alzan la voz
Treinta años después “Catón” recuerda la hazaña universitaria en el comedor de la estación Radio Concierto, que él mismo fundó. Por aquella época, era director de la preparatoria Ateneo Fuente.
“Espontáneamente surge del estudiantado ese movimiento, que me tocó encabezarlo junto con Jaime Martínez Veloz, joven estudiante, ya maestro en ese tiempo, ese movimiento que llamamos de ‘Dignificación de la Universidad’, no tenía más propósito que salvar a la universidad de una serie de desvíos, que incluían grandes formas de corrupción”, cuenta.
Entonces la tranquilidad de Saltillo se vio interrumpida. Miles de estudiantes, amas de casa, y trabajadores, salieron a las calles de la capital para protestar por la nueva Rectoría en la UAdeC, el mayor movimiento social hasta el momento en la historia de esta ciudad y del estado.
Aquel 27 de marzo de 1984, al caer la tarde, dos de los contendientes a la rectoría de la universidad, unieron sus fuerzas para derrocar al ganador, al denunciar un fraude en el proceso electoral.
“Catón” y “El Jimmy” firmaron un pacto para protestar por el triunfo del ya fallecido Valeriano Valdés Valdés, a quien acusaban de haber arreglado la elección que lo proclamaba como ganador.
Tras los primeros resultados, “Catón” y “El Jimmy” se unieron para llamar al pueblo a una manifestación el día siguiente a la elección, que comenzaría desde la Plaza de Armas y que concluiría en la Rectoría de la universidad. La razón, diferentes irregularidades en las escuelas de la universidad: votos de personas externas, falta de aplicación de tinta indeleble, presión y chantaje a los universitarios.
Medios de comunicación difundieron el mensaje de los dos candidatos, quienes impugnaron el proceso por presunta parcialidad del rector saliente Óscar Villegas Rico y violación a los estatutos universitarios.
De esta unión surgió el movimiento “Pro-dignificación de la Universidad”, que logró reunir a unas 15 mil personas en la Plaza de Armas para la marcha rumbo a la Rectoría. Se invitó a la población de la ciudad bajo el argumento de que la sociedad también formaba parte de la universidad con sus aportaciones.
“Sucede que la ciudad se une al movimiento, hizo suyo el movimiento, hicimos un mitin en la Plaza de Armas, los periódicos registraron una asistencia entre 15 mil y 20 mil personas, no sólo la plaza sino las calles adyacentes, no sólo había estudiantes, amas de casa, profesionistas, el movimiento se agravó, tuvimos que realizar una marcha a la Ciudad de México”, recuerda Fuentes Aguirre.
Habitantes de colonias de la periferia y estudiantes de otras universidades se unieron a este movimiento de protesta, encabezado por dos de los candidatos, quienes en aquella época habían logrado un fuerte peso en la sociedad, incluso por encima de algunos integrantes de los partidos políticos, sobre todo por sus ideas de lucha.
“Se dieron cuenta de su honestidad, de su limpieza, porque la gente sabía lo que estaba pasando en la universidad, y entonces, la gente participaba, cuando andábamos de marcha nos llevaban comida, la gente nos protegía, nos cuidaba, fue un movimiento auténticamente comunitario, trascendió la mera lucha universitaria y se volvió una aspiración de la gente”.
Ultimátum
En esa protesta los candidatos de oposición dieron 48 horas a la comisión electoral de la máxima casa de estudios para que anulara la votación y se convocara a nuevas elecciones, y además se solicitó una auditoría a la Universidad.
Al no tener una respuesta por parte de las autoridades, los líderes del movimiento pactaron una marcha a la Ciudad de México, para ir directamente con el Presidente de la República, y hacerle ver a Miguel de la Madrid la situación que prevalecía en la capital.
Previo a la marcha, comenzaron los bloqueos carreteros como una forma de presionar al Estado y la Federación para que interviniera en el proceso universitario. Estudiantes y civiles bloquearon la carretera Saltillo- Monterrey, cerca del kilómetro 17, ocasionando la molestia de automovilistas, por lo que la Policía Federal Preventiva tuvo que abrir un camino alterno para reanudar la circulación.
Al ver que la situación ya tomaba otra dimensión, el entonces gobernador del estado José de las Fuentes pidió a los integrantes del movimiento acudieran a la Asociación de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior, ANUIES, quien presuntamente resolvería el conflicto.
Suspenden bloqueos
Fue el 1 de abril cuando dirigentes del Comité “Pro-Dignificación Universitaria”, acordaron suspender temporalmente el bloqueo carretero, ya que habían obtenido una respuesta por parte del gobernador de Coahuila para intervenir en el proceso, en busca de una solución al problema.
La mayoría de los estudiantes estaba inconformes con el proceso que se había llevado a cabo. El comité tenía presencia en 39 de las 45 escuelas de la universidad, por lo que defendían su postura para la anulación de las elecciones.
Un día después de la suspensión del bloqueo en carreteras, se realizó una nueva marcha a la Plaza de Armas, a pesar de que ya había existido un contacto con autoridades, tras la presión de estudiantes y padres de familia en Palacio de Gobierno, quienes pretendían no decaer en su lucha por la democracia.
Tras días de protesta, el 11 de abril por fin los dos representantes del comité se reunieron con el subsecretario de Gobierno, Jorge Carrillo Olea, quien no mostró interés alguno en la petición de los universitarios y los envió a la Secretaría de Educación con Jorge Flores.
Sin respuesta
La reunión no dejó buen sabor de boca, razón que llevó a Armando Fuentes Aguirre y Jaime Martínez Veloz a regresar a Saltillo para organizar una marcha a la Ciudad de México, como forma de protesta y presión a las autoridades para que se les escuchara.
La lucha había llegado demasiado lejos y no podían dejar sus ideales en el camino, la gente se había identificado con el movimiento, y la marcha rumbo al sur del país era más que un hecho.
Con la idea firme de revocar la imposición de Valeriano Valdés Valdés en la Rectoría, el 15 de abril de 1984, un contingente de aproximadamente 300 estudiantes y civiles, partieron rumbo a la Ciudad de México para pedir al Presidente de la República su intervención.
La reunión fue en Plaza de Armas. Un Domingo de Ramos a las 11:55 horas partieron con la esperanza de que con este movimiento el Gobernador del Estado se interesaría más y tuviera la intención de negociar, para evitar que salieran de la capital con rumbo a visitar al Presidente de la República.
Más se alejaban por las calles de la ciudad, y más lejos se veía la posibilidad de una negociación. Y así fue, aún en Arteaga, pensaban que iban a ser regresados, esperaban que alguien les avisara que ya había un acuerdo, pero no, su interés por nuevas elecciones de forma justa y limpia no había sido tomado en cuenta.
Reclamo a México
Fue así como arrancaron su viaje, en ocho vehículos particulares y un camión del transporte urbano, alrededor de 300 estudiantes, maestros y unos 50 padres de familia escoltados por cuatro unidades de la Policía Federal de Caminos.
El camino fue duro. Casi 30 kilómetros diarios avanzaba el grupo. El dormir bajo temperaturas bajas por la noche y caminar bajo el intenso sol de las mañanas fue difícil, mas no fue algo que les impidiera desistir de su sueño de lucha.
Inclusive se dice que infiltrados acompañaron al grupo desde su salida a la Ciudad de México, quienes se encargaban de informar a las autoridades del estado sobre los movimientos de los integrantes.
Las labores eran repartidas, hombres y mujeres por igual. Había quien hiciera de comer para el grupo, otros abanderaban el tránsito, caminaban un par de horas y sólo paraban para comer, durante las tardes se suspendía la caminata, para descansar durante la noche.
Vivían de la caridad, conforme avanzaban solicitaban la cooperación de los automovilistas para seguir manteniendo el camino hacia el sur del país. Algunos aceptaban su ideología, otros se molestaban por el bloqueo carretero y el tráfico que originaban.
Tarde negra
La marcha se vio oscurecida por un acontecimiento que cimbró a Coahuila. Uno de los manifestatntes murió a consecuencia de un balazo por parte de un automovilista, que molesto por el bloqueo parcial de la carretera, bajó de su coche y disparó a corta distancia a un maestro de Artes Plásticas.
Fue el 26 de abril, cuando la comitiva pasaba por San Luis Potosí. Para el medio día las cosas ya pintaban mal, un integrante había sido atropellado por un tráiler y le fracturó una clavícula. El lesionado fue trasladado para recibir atención médica, y durante la tarde los líderes habían acudido a pedir apoyo a asociaciones civiles y grupos de San Luis Potosí.
Según consignaron los medios de comunicación, al caer la tarde, uno de los estudiantes que se había quedado en el grupo, acudió hasta donde estaban los líderes para darles una mala noticia: Juan Fernando Gallegos Monsiváis, “El Kalimán”, había sido herido con un arma de fuego.
Según relató, un automovilista que viajaba con su familia, se desesperó ante el contingente, y quiso avanzar, momento en el que “Kalimán” le salió al paso para impedir la circulación, acción que molestó al conductor, quien sacó un arma y le disparó a quemarropa.
Un disparo en el cuello le quitó la vida, no en ese momento, frente a sus compañeros, sino en su traslado para recibir atención médica. La noticia cayó como balde de agua fría entre los compañeros, quienes entraron en shock, al no saber las consecuencias de la muerte.
El responsable del asesinato fue identificado como Ángel Alonso Peña, quien fue juzgado por autoridades potosinas.
Al llegar la noticia a Saltillo, un grupo de estudiantes tomó la Rectoría, mientras que el grupo de madres de familia universitarias, regresaba a Palacio de Gobierno para pedirle al gobernador José de las Fuentes Rodríguez que hiciera algo al respecto.
La incertidumbre estaba a flor de piel, mientras el contingente avanzaba herido, pero con la ideología de no decaer, mucho menos en ese momento en el que uno de los participantes había caído en batalla.
Aprovechando el incidente, los “infiltrados” en la caravana universitaria comenzaron a correr la voz de que Valdés Valdés, Rector electo, había renunciado al cargo, noticia que tomó por sorpresa a los participantes, quienes comenzaron a festejar el triunfo.
Debido a que el informe tenía la intención de disolver al grupo, horas después de esta noticia, regresó el líder Martínez Veloz para desmentir la versión, quien había estado en Saltillo junto con Fuentes Aguirre para los funerales del fallecido.
Entablan diálogo
Con el regreso a las filas de la marcha, se reafirmó la lucha y carrera rumbo a la Ciudad de México, mientras la ciudadanía y estudiantes en Coahuila, tomaban seis edificios de la universidad y protestaban en Palacio de Gobierno.
A estas alturas de la manifestación, 72 empresarios publicaron desplegados en los medios de comunicación, en donde daban como solución al conflicto universitario la integración de un consejo ciudadano, integrado por el Estado y la Universidad, para ponerle fin al problema. La situación había llegado al extremo.
En representación del mandatario estatal José de las Fuentes Rodríguez, Jesús Ochoa Ruesga, invitó a los tres involucrados a dialogar. Jaime Martínez Veloz, Armando Fuentes Aguirre y Valeriano Valdés Valdés se sentaron a dialogar después de 43 días de la elección, por fin se vieron las caras.
La solución fue la renuncia de Valeriano Valdés, aunque públicamente no se daría la noticia como tal, sino que lo mencionarían como un permiso provisional para retirarse del cargo, noticia que tuvo eco a nivel nacional; el 12 de mayo es recordado como el día en que la marcha tuvo su efecto, habían logrado el primer objetivo, la revocación de la elección.
Fue así que un día después, el grupo ya disminuido, entró triunfal a la ciudad de México. La marcha de no más de 150 estudiantes y adultos, había llegado a su objetivo, pisar tierras del centro, para expresar su sentir.
Se habían cumplido 30 días y habían llegado demasiado lejos, uniéndose en un festejo por lo logrado, que les bastó todavía para unirse a unas pequeñas protestas que se llevaban a cabo en la Ciudad de México.
Fue así como terminó su marcha. El 15 de mayo regresaron a la capital de Coahuila, y un día después se organizó una misa en la iglesia de Fátima, para dar gracias a Dios por haber regresado con bien.
“Logramos que la universidad entrara en un periodo de estabilidad que dura hasta la fecha, y sobre todo que no se dieran ya en la universidad esos casos terribles y lamentables que habíamos visto, vigorizar la participación de los estudiantes, para mí era muy importante eso”, concluye “Catón”.
Logro universitario
El resultado de la protesta fue la destitución del Rector electo, que fue suplido por Jesús Ochoa Ruesga, quien fue elegido por el Consejo Universitario, y un año después se convocó a nuevas elecciones.
En el nuevo proceso electoral de 1985 compitieron Armando Fuentes Aguirre, Jaime Martínez Veloz e Isaías Ortiz Cárdenas, elección que tuvo un empate técnico entre “Catón” y Ortiz Cárdenas, por lo que hubo una segunda vuelta.
Martínez Veloz decidió apoyar a Isaías Cárdenas, dejando a un lado a Fuentes Aguirre, a pesar de que fueron compañeros de lucha durante la protesta, alianza que resultó favorable al obtener el triunfo en la Rectoría.
“Siempre se ha dicho que Jaime Martínez Veloz era de izquierda, y yo de derecha, en su caso puede que la etiqueta sea la correcta, no así en el mío, yo jamás me he considerado de ‘derechas’, mi actitud provenía de una actitud liberal, es decir de libertad, sin sello político ninguno, yo jamás he pertenecido a ningún partido político, a diferencia de Jaime, no he sido priista, nunca, no he sido panista, yo partía de un principio ciudadano, de libertad, de dignidad”, comentó Fuentes Aguirre.
La lucha había terminado y la democratización tan anhelada de la Universidad Autónoma de Coahuila se había logrado, a base de lucha, de sangre, y de la unión histórica de la sociedad saltillense.
“Fue muy desgastante física y emocionalmente, cuando andábamos en la marcha, a mi esposa le hablaban para darle el pésame, mi esposa les decía que porqué, y le decían ‘cómo que porqué, acaban de matar a su esposo’, ¿se imaginan?, cuando no había celulares, yo en la carretera, mi esposa sola con mis hijos, ese fue el tipo de movimiento, costó sacrificios, en sufrimiento, pero al final deja un gran sentido de la dignidad personal, de no haber claudicado jamás, nunca”, comentó Armando Fuentes Aguirre.
Así terminó el movimiento, mismo que a la fecha sólo está en la memoria de algunos cuantos, un hecho que hizo historia y quedó sepultado. Desde aquel 27 de marzo de 1984, no se ha vuelto a unir una comunidad por un bien en común.
“Tampoco es un gran acontecimiento en la Historia, no estamos hablando de la Revolución Mexicana, que tampoco le importa a la gente, eso es normal, y menos debe de pesarnos y menos mortificarnos, así es la naturaleza humana, hay más cosas importantes en qué pensar, entonces eso no me llama la atención, por encima de todo lo que cuenta es la propia opinión”, finalizó “Catón”.
Fotografías: cortesia www.saltillodelrecuerdo.blosgspot.com
CRONOLOGÍA DE UNA LUCHA
» El 27 demarzo de1984 se llevaron a cabo las elecciones para Rector en la UAdeC.
» El resultado fue favorable para Valeriano Valdés Valdés con 11 mil 262 votos a favor, por 7 mil 916 de Armando Fuentes Aguirre, y mil 971 de Jaime Martínez Veloz.
» El día delos resultados, los perdedores decidieron unirse en protesta y formaron el Movimiento Pro-Dignificación de la Universidad, convocando a una manifestación en Plaza de Armas.
» Más de10 mil personas entre estudiantes de otras universidades y habitantes de colonias populares, acudieron al llamado de “Catón” y “El Jimmy”.
» Integrantes del movimiento dan un plazo de 48 horas para la anulación de la elección.
» Al pasar el tiempo deprórroga, la elección no fue revocada y protestantes cierran carreteras.
» El 11 deabril se pide a los representantes del grupo estudiantil que se detengan las protestas.
» Tras hablar con el gobernador del estado, los bloqueos carreteros son suspendidos.
» Al no obtener una respuesta convincente por parte de autoridades del estado y de la Federación, se decide viajar a la Ciudad de México para solicitar una auditoría y nuevas elecciones en la UAdeC.
» El 15 deabril a las 11:55 horas, un grupo de estudiantes y ciudadanos partieron de la Plaza de Armas rumbo a la Ciudad de México como protesta.
» Tras más de260 kilómetros recorridos, se presentó un altercado con automovilistas; el 26 de abril murió Juan Fernando Gallegos Monsiváis “El Kalimán”, de un balazo en el cuello.
» En Coahuila, al enterarse de su muerte, se volvieron a organizar protestas tomando siete edificios de la universidad en todo el estado, al igual que el Palacio de Gobierno.
» Tras la muertede uno de los manifestantes, el Gobierno del Estado a través de Jesús Ochoa Ruesga, invita a una charla a Armando Fuentes Aguirre, Jaime Martínez Veloz y Valeriano Valdés.
» El 12 demayo, al finalizar la reunión, se llegó al acuerdo de la sustitución del ganador de la Rectoría. Valeriano Valdés Valdés fue cesado del cargo, aunque se acordó que no se daría a conocer el hecho, sólo se diría que pidió la separación del cargo momentáneamente.
» La marcha continuó hasta la Ciudad de México, y el 13 de mayo ingresaron a su punto de llegada.
» Tras manifestar su inconformidad por las calles, el grupo dio por terminada su encomienda y regresaron a Saltillo el 15 de mayo por la noche, tras 30 días de caminata.
» El 16 demayo se ofreció una misa en la Iglesia de Fátima como agradecimiento a Dios por haber regresado.
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