Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Francia busca prohibir por ley las redes sociales a menores de 15 años Buscan en México y EU a joven regiomontana desaparecida en Texas Las bodas de los famosos que marcaron el 2025 Sheinbaum cancela impuesto a los videojuegos con estímulo fiscal Detectan primer caso de gusano barrenador en Tamaulipas

Zócalo

|

     

Opinión

|

Información

< Opinión

 

Coahuila

El latín en el inglés, alemán y ruso

Por Jorge de Jesús 'El Glison'

Hace 2 meses

En la anterior columna relatamos la manera en la que el latín influyó de gran manera en los idiomas llamados romance, tales como el español, italiano, francés, portugués y rumano. En esta ocasión toca el turno describir la influencia del latín en el inglés, el alemán y el ruso. En estos idiomas mencionados, la influencia de las lenguas romance en su evolución, vocabulario y cultura es innegable, pero a la vez sutil. Esta interpenetración lingüística revela no sólo la fuerza expansiva del latín y sus descendientes, sino también la complejidad de los intercambios históricos, políticos y culturales que han moldeado el habla humana.

El inglés, por ejemplo, es un caso paradigmático. Aunque su estructura gramatical es germánica, más del 60% de su léxico (significado de las palabras) proviene del latín, directa o indirectamente a través del francés. La conquista normanda de Inglaterra en 1066 marcó un punto de inflexión en la historia de esta nación isleña, en esta fecha, el duque Guillermo II de Normandía (región del norte de la Francia actual), conocido como Guillermo el Conquistador, venció al rey ingles Harold, y se convirtió en rey de Inglaterra, estableciendo allí la dinastía normanda. Debido a ello, durante siglos, el francés normando fue la lengua de la corte, la administración y la élite intelectual. Como resultado, el inglés incorporó miles de palabras romances relacionadas con el derecho, la política, la religión y la cultura. Así, términos como justice (justicia), government (gobierno), religión (religión) beauty, (belleza) o language, (lenguaje), son préstamos que reflejan una profunda sedimentación histórica. El inglés tiene esta dualidad léxica, con palabras como libertad, que tienen dos orígenes distintos, en germánico “freedom” y en romance Liberty. Esto no sólo enriquece el idioma, sino que también revela tensiones sociales y simbólicas entre lo popular y lo culto, lo cotidiano y lo institucional.

El alemán, aunque más resistente a la influencia externa en su estructura, no ha sido impermeable al influjo romance. Durante el Renacimiento y la Ilustración, el prestigio del latín como lengua científica y filosófica llevó a la incorporación en el alemán de numerosos términos técnicos, médicos y académicos. Además, el contacto con el francés —especialmente en los siglos 17 y 18—, introdujo vocablos relacionados con la moda, la gastronomía y la diplomacia. Palabras como büro, que proviene del francés “bureau”, que inicialmente significaba sólo “escritorio”, y que se desarrolló primero sólo como “oficina”, y después para denominar muchas instituciones. Un caso más sencillo es el de parfüm, que significa extracto de perfume, son testimonio de esta interacción. Aunque el alemán tiende a germanizar sus préstamos, la presencia de raíces romances en su vocabulario revela una permeabilidad cultural que contradice cualquier visión purista del idioma.

El ruso, por su parte, ofrece un caso más complejo. Como lengua eslava, su relación con las lenguas romances ha sido más distante, pero no inexistente. Durante el siglo 18 bajo el impulso modernizador del emperador Pedro el Grande, y la emperatriz Catalina la Grande, el francés se convirtió en la lengua de la aristocracia rusa. Esta moda lingüística dejó huellas en el léxico cortesano, militar y artístico. Más tarde, el contacto con el latín a través de la medicina, la biología y el derecho internacional, introdujo términos técnicos que aún persisten. Aunque el ruso ha desarrollado mecanismos propios para adaptar o traducir estos conceptos, la influencia romance se percibe en el vocabulario culto y en la estructura de ciertos discursos académicos.

Más allá del léxico, la influencia de las lenguas romances se manifiesta en la cultura escrita, la retórica y la estética del lenguaje. La literatura francesa, italiana y española ha sido fuente de inspiración para escritores de otras lenguas, que han adoptado estilos, géneros y formas narrativas propias de la tradición romance. El soneto, por ejemplo, nacido en Italia, se expandió por Europa y fue adoptado por poetas ingleses y alemanes. La novela moderna, con Cervantes como figura fundacional, influyó en la narrativa rusa y germánica. Estos préstamos culturales, aunque no siempre lingüísticos en sentido estricto, revelan una influencia profunda en la manera de pensar, escribir y comunicar.

En este contexto, la noción de “pureza lingüística” se desvanece. Las lenguas son organismos vivos, permeables, híbridos. La influencia de las lenguas romances en idiomas no romances no es una invasión, sino una fecundación. Es el resultado de siglos de contacto, conflicto, comercio, migración y admiración mutua. Reconocer esta influencia no implica negar la identidad de cada lengua, sino comprender que toda identidad lingüística es, en el fondo, una historia de mestizaje.

Así, al rastrear la huella de las lenguas romances en el inglés, el alemán o el ruso, no sólo descubrimos préstamos léxicos o estructuras retóricas (formas de organizar y usar el lenguaje de manera no literal para persuadir, embellecer o dar mayor fuerza a un mensaje), sino también una red de relaciones que nos recuerda que las lenguas, como las culturas, no viven en compartimentos estancados, más bien son como ríos que se cruzan, se bifurcan y se mezclan, dejando sedimentos y depósitos que enriquecen el paisaje cultural de la humanidad.

Más sobre esta sección Más en Coahuila

Hace 9 horas

Millonario atraco de “Robán”

Hace 9 horas

La influencia de las élites

Hace 9 horas

¿Empezar desde cero?