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El Plan Estatal 2023-2029: blindado contra cualquier escenario Federal, pero susceptible a una mala elección municipal

Por Luis Carlos Plata

Hace 1 mes

Ayer fue formalmente presentado el Plan Estatal de Desarrollo 2023-2029 para Coahuila. Sí: en plena recta final de las campañas electorales y en la semana de la votación donde se renovarán los 38 ayuntamientos y la Presidencia de la República como cargos ejecutivos (además del Congreso de la Unión por completo). No es casualidad.

Y no lo es ya que el documento de 184 páginas envía un mensaje: su realización no depende del Gobierno federal (independientemente lo que suceda el 2 de junio). No condiciona su ejecución a la eventual recepción de recursos o la cooperación en proyectos.

La entidad está blindada contra cualquier hipotético resultado, incluso contra la posibilidad real de un largo conflicto postelectoral que haga caer al país en un impasse. No depende del vaivén político, pues.

Al respecto existe un indicador que mide el Inegi, denominado “esfuerzo recaudatorio”, el cual refleja el grado de dependencia de las participaciones federales que tienen en su presupuesto los estados, en contraste con la recaudación de ingresos propios.

En ese sentido, Coahuila es el sexto estado más independiente, de acuerdo con el análisis que corresponde a 2022.

Los 10 peores, o más dependientes de la Federación, son gobernados actualmente por Morena: Puebla, Michoacán, Morelos, Veracruz, Tlaxcala, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y la Ciudad de México, en ese orden.

No es coincidencia, sino un patrón de comportamiento.

Más allá del mamotreto del grueso de un tabique que se presta para la foto, lo consignado en el Plan Estatal de Desarrollo, contrasta con la grilla política de los últimos 90 días, al calor de la contienda electoral: no hay improvisaciones ni ofrecimientos irreales, sino un formato de políticas públicas aplicables; trazadas con objetivos específicos a partir de objetivos generales, y estos con sustento en diagnósticos que se basan en datos duros.

No hay mayor ciencia: el centro del Plan es apalancarse del nearshoring (relocalización de empresas internacionales) todo lo que se pueda, el mayor tiempo que se pueda. “Aprovechar al máximo” el fenómeno, dice textualmente la hoja de ruta.

Así transitaremos del sexenio de la obra púbica (y la deuda), al de los derechos humanos (y la deuda), al de la seguridad (y la deuda), al del nearshoring.

Y tiene sentido: Coahuila no puede apostar su desarrollo a la producción de plátano, a proyectos multimillonarios pero inviables como Dos Bocas o Tren Maya, o a que la CFE le condone los recibos de luz a su población por décadas.

El trabajo es la base de la sociedad coahuilense. No la contemplación o el nihilismo. Formalidad laboral y competitividad económica son sus activos. La apuesta por tanto no son las dádivas, sino traer generadores de empleos.

Y aquí llegamos al quid de la cuestión. En el Plan Estatal para los próximos años no caben retrocesos artificiales (otra cosa son las circunstancias adversas e imponderables de fuerza mayor), motivados por el afán de rivalizar desde lo local, atrincherarse en un territorio determinado, dar paso y vía libre a la delincuencia organizada, y polarizar la opinión pública.

Si bien el Congreso del Estado es el órgano clave para la consecución del Plan, en cuanto al presupuesto aprobado y el proceso legislativo favorable a sus intereses (y por los próximos dos años está completamente “planchado” por el Poder Ejecutivo), los 38 ayuntamientos en cambio sí pueden ser un obstáculo debido a la mañosa interpretación del concepto autonomía municipal.

 

Cortita y al pie

Aunque la pluralidad es deseable y la uniformidad partidista no es sana para la democracia, la coyuntura es importante. O pregúntese usted cómo trabajar los próximos tres años de la mano con gente como Tania Flores en Múzquiz, Mayito López en San Juan de Sabinas, Roberto Piña en Frontera, Claudia Garza del Toro en Monclova, Shamir Fernández en Torreón, Azalea Huitrón en Matamoros, Édgar Sánchez en San Pedro de las Colonias, Paloma de los Santos en Ciudad Acuña, Jacobo Rodríguez en Piedras Negras o Gerardo Covarrubias en Ramos Arizpe, por citar algunos ejemplos.

 

La última y nos vamos

El sexenio estatal inicia para efectos prácticos el 3 de junio, y la elección municipal del 2 de junio en Coahuila es muy clara: colaboración o conflicto.

No hay más.

 

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