Internacional
Publicado el martes, 5 de agosto del 2025 a las 16:27
Everglades, Florida – Un controvertido centro de detención de inmigrantes, apodado ‘Alligator Alcatraz’, se ha convertido en un símbolo de las estrictas políticas de inmigración de la administración Trump, generando un intenso debate sobre derechos humanos, salud pública y responsabilidades políticas en el condado de Miami-Dade.
La instalación, un campamento de carpas improvisado en un aeródromo de entrenamiento, alberga a cientos de personas en condiciones que, según activistas, son insalubres y potencialmente peligrosas.
El campamento, con capacidad para unas 1,000 personas, está ubicado en la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier (TNT). Según un informe del Miami Herald, a mediados de julio albergaba a más de 700 detenidos, un tercio de ellos sin antecedentes penales.
Activistas y abogados denuncian que la instalación es propensa a inundaciones y que sus ocupantes sufren falta de atención médica y condiciones de vida deficientes.
La alcaldesa del condado de Miami-Dade, la demócrata Daniella Levine Cava, se encuentra en el centro de las críticas. Activistas la acusan de no tomar medidas contundentes para detener el uso de los terrenos bajo su jurisdicción por parte del estado de Florida.
Aunque Levine Cava ha enviado cartas formales al gobierno federal solicitando acceso y un plan de evacuación en caso de huracanes, su oficina no ha recibido respuesta.
” Es una atrocidad en nuestra comunidad. El concepto es moralmente repugnante”, declaró Tessa Petit, codirectora ejecutiva de la Coalición de Inmigrantes de Florida (FLIC). La organización, junto a otras, ha presionado a Levine Cava para que presente una demanda por el uso indebido de la tierra contra el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

La ubicación de ‘Alligator Alcatraz’ en los pantanos de los Everglades, una zona propensa a inundaciones y hogar de millones de mosquitos, ha despertado preocupaciones adicionales. Un estudio de Salud Pública de Yale, citado por activistas, advierte que muchos de estos mosquitos son portadores de virus.
A pesar de la insistencia de Levine Cava en obtener un plan de evacuación, un borrador publicado por el Miami Herald mostraba casi todo el documento censurado. Los críticos señalan que la falta de un plan claro pone en riesgo a los detenidos y al personal en caso de un huracán, una amenaza constante en la región.
La situación se complica por la naturaleza atípica de la instalación. ‘Alligator Alcatraz’ es administrado por el Departamento de Manejo de Emergencias de Florida (FDEM), no por el gobierno federal, y utiliza contratistas privados.
Esta configuración ha llevado a activistas a cuestionar su legalidad, especialmente porque el gobierno de DeSantis justifica su operación bajo una “declaración de emergencia” que, según los críticos, ya no es válida.
La alcaldesa ha señalado la inacción del gobierno federal, que no ha respondido a sus peticiones de supervisión. Mientras tanto, la comunidad de activistas mira hacia otros líderes locales, como el alcalde del condado de Orange, que firmó un acuerdo de inmigración “bajo protesta” para evitar represalias del estado, para que Levine Cava tome una postura más firme.
Con información de Univisión Noticias
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