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Coahuila

El valor de los valores

Por Jorge de Jesús 'El Glison'

Hace 1 semana

El corrupto y cínico comportamiento de muchos políticos de nuestro confuso México está traspasando límites nunca antes rebasados, y en mi opinión es por la pérdida total de los valores de estos individuos.

¿Pero, qué son los valores?

Estas son diferentes definiciones que se otorgan al concepto de valor: cualidad del ánimo que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a arrostrar los peligros subsecuentes.

Persona que posee o a la que se le atribuyen cualidades positivas para desarrollar una determinada actividad.

Grado de utilidad o aptitud de las cosas, para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite, en virtud de la cuales se da por poseerlas, cierta suma de dinero o equivalente.

Alcance de la significación o importancia de una cosa, acción, palabra o frase.

Es obvio que, en relación al tiempo, apareció primero el valor como actitud de confrontación y lucha, que los valores como principios rectores de la sociedad, el ser humano primitivo requería de este valor simplemente para sobrevivir y luchar por su existencia, inclusive llegando al egoísmo y olvidándose de ayudar a sus congéneres si esto le representaba algún peligro a su bienestar. Al estrecharse los lazos de sangre y conformarse las familias, clanes y eventualmente tribus, el sentido de cooperación aparece como un vehículo más fuerte y eficiente de ayuda para la sobrevivencia colectiva, así se empieza a comprender que el bien común redunda en el bien personal. Es este, según mi deducción, el desarrollo de los valores en un principio como un bien necesario para la supervivencia.

En un sentido profundo, los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en la búsqueda de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.

Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes.

Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias, por ejemplo, aunque seamos injustos, la justicia sigue teniendo valor, lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad.

Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan, y lo que representan.

Los valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, que se manifiestan en el comportamiento de las personas. Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive.

Los valores son la base para vivir en comunidad y relacionarnos con las demás personas. Permiten regular nuestra conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa. Tenemos la tendencia a relacionarlos según reglas y normas de comportamiento, pero en realidad son decisiones. Es decir, decidimos actuar de una manera y no de otra con base en lo que es importante para nosotros como valor. Decidimos creer en eso y estimarlo de manera especial.

Para que una vida sea realmente valiosa, se requiere valor, para seguir y vivir al pie de la letra, los valores universales de la sociedad, dándole valor a nuestros pensamientos, ideales y acciones.

Al paso de los siglos y milenios, los valores han cambiado su forma y esencia y son ahora símbolos de educación, cultura y civilidad, no son ya indispensables para la sobrevivencia de la sociedad, pero sí para la ideal convivencia, sin embargo, cada quien decide si los practica o no. Mucha gente prefiere no practicar los valores simplemente porque es más fácil y cómodo el no hacerlo; se requiere valor para regirse por valores y lo más sencillo es evadir la responsabilidad de comportarse basado en ellos, y si acaso lo único que se tema es algún castigo por infringirlos. O sea que mucha gente que los respeta es por temor a recibir alguna sanción y no por lo que debería ser su verdadera razón, que es gozar de sus recompensas al sentir satisfacción, realización, orgullo, alta autoestima, conciencia clara. Todos estos son factores que aportan al objetivo central de la vida, el ser feliz. Considero que es imposible que las personas que no se comportan con base en principios y valores, puedan ser felices.

Estos políticos a los que me refiero al inicio de esta columna, creerán que se salen con la suya, al engañar y mentir, o comportarse negligentemente, y se podrán sentir muy listos y hábiles, pero a final de cuentas se engañan a sí mismos, y van cavando un gran agujero obscuro y profundo, del que es muy difícil salir, a menos que se logre tomar conciencia, arrepentirse, y corregir el camino y la actitud. Pero para ello, para tener y regirse por los valores, hay que tener valor para dejar de ser egoísta, y pensar en los demás, antes que en uno mismo, y por ello lograr que nuestra vida, y nuestra persona, sea valiosa simplemente al reconocer que: “La vida de un ser humano es más valiosa, cuanto más valiosa sea su vida, para las vidas de los demás”.

 

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