Arte
Por
Agencia Reforma
Publicado el jueves, 6 de febrero del 2025 a las 04:01
Ciudad de México.- Los muros, escribe el sudanés Salah Elmur (Jartum, 1966), son el principal testigo “de la más pura felicidad y de la tristeza aparente y oculta”.
En su más reciente producción plástica, esas paredes de barro y ladrillo cocido albergan en su interior erotismo y duelo, mientras que por fuera sirven como lienzo para la protesta, además de guarecer con su sombra a pescadores o artistas callejeros, como se puede apreciar en The Land of the Sun, primera muestra del artista en América Latina, que abre este martes en la galería Mariane Ibrahim. “Esta exposición es acerca de mi pueblo, porque Sudán es un país soleado, es caliente. Entonces, la gente siempre está buscando la sombra, ya sea dentro de las casas o afuera junto a los muros”, describió este lunes durante un recorrido por la exhibición, enmarcada en la Semana del Arte.
“
Lo que él está representando todo el tiempo es la vida cotidiana”, destacó, a su vez, Marisol Rodríguez, curadora de la muestra. “En esa vida cotidiana encuentra momentos casi rituales que elevan los objetos o las cuestiones más simples”.
Niños en las escuelas o cuidando de sus animales; los espectáculos en las calles que alegran el trajín diario, y la marcha hacia el mercado de los pescadores llevando lo que acaban de atrapar en el Nilo, son algunas de las coloridas estampas plasmadas por Elmur, quien dice que su tierra y connacionales inspiran el 90 por ciento de su quehacer artístico.
Más no sólo a partir de sus memorias, habiendo escapado hacia Kenia en la década de 1990 tras ser encarcelado por una caricatura crítica que hizo en contra del régimen, sino también de observaciones actuales. Recientemente, el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York adquirió la pieza Missing and Lost People’s Day (2021), donde el sudanés rinde homenaje a los desaparecidos luego de la violenta represión de junio de 2019.
Pese a los enfrentamientos que mantienen en una situación crítica a su nación, el también cineasta dijo que procura volver cada que le es posible, pues le resulta una forma de “recargar batería”. “Y pinto porque lo disfruto. Sí, también es mi trabajo, pero cuando pinto es ante todo por mi gusto”, expresó, emocionado de estar por primera vez en el País, y compartiendo a los medios reunidos su pasión por la pintura de Diego Rivera.
“¿Quién no es fanático de Rivera?”, cuestionó, con humor, celebrando el carácter y la fuerza que percibe en el estilo del muralista mexicano, a quien descubrió a través de libros de arte cuando se formaba como diseñador gráfico en su natal Sudán. “Estoy feliz, muy feliz de estar aquí”.
Para el historiador de arte y curador Morad Montazami, tanto Elmur como el muralista mexicano dedican todos sus esfuerzos a la representación del pueblo, “con un espíritu reformista, revolucionario y postcolonial”.
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