Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el viernes, 27 de septiembre del 2024 a las 04:15
Monterrey, N.L.- Un amplio vistazo a la vida cotidiana y cultural en el periodo virreinal ofrece la exposición que hoy abre el Museo de Historia Mexicana.
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Biombos y Castas. Pintura profana en la Nueva España”, que se presenta por la colaboración de Citibanamex-El Banco Nacional de México y Fomento Cultural Banamex, permite admirar dos manifestaciones poco comunes, pero representativas del arte novohispano: biombos y pinturas de castas.
La selección, 18 biombos y 34 pinturas, dan testimonio visual de la estructura social y cultural de México durante el Virreinato, periodo en el que distintas influencias -europeas, americanas y hasta asiáticas- se mezclaron de manera única.
Además de que la exhibición brinda un panorama estético, también invita a reflexionar sobre el capítulo colonial que se vivió en el actual territorio nacional y su legado en materia de arte, cultura y ciudadanía, señaló Pedro ángeles Jiménez, curador de la muestra y Doctor en Historia del Arte.
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Esta exposición nos permite hablar de todos estos temas y conectarnos a una realidad maravillosa”, dijo. “Tenemos muy poca presteza para hablar de aquellos años. Generalmente lo hacemos en términos negativos, en términos de un mundo imperial impositivo, que fue usurpador”.
Las piezas de la exposición, que se presenta dentro de la agenda por los 30 años del museo, buscan acercar al público a estrategias artísticas desarrolladas por pintores novohispanos de los siglos 17 y 18, y que aplicaron a la representación de lo profano, es decir, lo que está fuera del ámbito sacro.
Se abarcan temas históricos, mitológicos, vistas de ciudades, fiestas y castas.
El curador comentó lo idóneo que es el museo para esta exhibición, ya que se enriquece con la colección de pinturas de castas que muestra el espacio cultural y que fue cedida en comodato por Lydia Sada de González hace una década.
“Biombos y Castas. Pintura profana en la Nueva España” se inaugura hoy a las 19:00 horas.
Los biombos, originarios de China e introducidos a Japón, llegaron a la Nueva España en el siglo 16 a través de naves que cruzaban el Pacífico desde Manila (Filipinas) hasta los puertos novohispanos con fines comerciales.
Este tipo de mobiliario, además de ser decorativo y servir para dividir espacios en las casas, era empleado como lienzo para la expresión artística. Tienes de cuatro a 10 hojas.
Cuando los biombos llegaron a los talleres coloniales empezaron a transformarse, por ejemplo, pasaron del uso de papel de china o telas de seda a lino que se traía de Flandes.
Entre ellos se exhiben “La leyenda mitológica de Céfiro y Flora” (siglo 18), óleo sobre tela, y “Vistas de la Plaza Mayor de México, la Alameda e Iztacalco (ca. 1635-1640), óleo sobre tela y hoja de oro, ambos de autor desconocido.
También integra la muestra el biombo “Las batallas de Alejandro Farnesio” (ca. 1690-1697), óleo y laca sobre madera e incrustaciones de concha nácar, de los pintores Juan y Miguel González.
La pintura de castas surgió como género recurrente entre los pintores novohispanos más reconocidos del siglo 18. Su propósito fue representar las posibles mezclas étnicas entre las personas que habitaban la Nueva España, documentando visualmente la jerarquía social de la época.
La exposición incluye 34 de estas pinturas, como las nueve de José de Alcíbar, que representan diversos tipos de castas y su descendencia: mestiza, castizo, morisca, mulata, zambaiga, torna atrás, albarazado, cambujo y chino.
Otra obra es “De español y de india, produce mestizo” (ca. 1720), óleo sobre tela, creado por el círculo de Juan Rodríguez Juárez.
“No deja de ser interesante que los artistas, los mismos que pintaban escenas de la vida de Jesús, María, de los santos, también se dieron distintos itinerarios para pintar otra cosas”, señala el curador.
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Estas pinturas no sólo ilustran la vida cotidiana en la Nueva España, sino que también son una herramienta para entender como se concebía la identidad en el periodo virreinal, una faceta que va más allá de lo religioso”.
La muestra se retirará del Museo de Historia Mexicana el 23 de febrero.
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