Por: Joel Martínez
La Reserva Federal terminará, forzada por la realidad y no por Trump, a recortar los fondos federales en su Comité de Tasas (FOMC, por sus siglas en inglés) del 17 de septiembre.
El primer strike fue cuando en el FOMC del 30 de julio no se recortó la tasa de los fondos federales y 48 horas después hubo un desastroso reporte de la Nómina no Agrícola (ver En el Dinero del 7 de agosto: Powell fuera de la jugada).
A pesar de que se había mantenido firme en su postura, Jerome Powell reculó un poco en su discurso en el Simposio de Jackson Hole el viernes 22 de agosto.
Ahora, la realidad está alcanzando de nuevo a la Reserva Federal.
Primero, la inflación del gasto al consumo (PCE, por sus siglas en inglés) de julio, que además es la preferida del banco central estadunidense, reportada el viernes 29 de agosto, apenas mostró una pequeña contaminación de los aranceles.
Ayer, las señales de un mercado laboral ya con claras señales de debilidad volvieron a contrariar a la Fed.
La Encuesta de Ofertas de Empleo y Rotación laboral (JOLTS, por sus siglas en inglés), otro indicador favorito de la Fed, arrojó claros indicios de languidez en el mercado laboral:
– El número de vacantes de empleo se situó en 7 millones 181 mil en julio, una disminución con respecto a los 7 millones 357 mil registrados el mes anterior, el más bajo desde septiembre de 2024 y acercándose a niveles previos a la pandemia.
– El ratio de trabajos disponibles por cada desempleado es de 1.0, mismo nivel que el mes anterior (revisado a 1.0 desde 1.1 anterior), el nivel más bajo desde abril de 2021 y significativamente por debajo de los niveles prepandemia.
– En julio ya hubo 55 mil vacantes laborales menos que desempleados.
Es el número de desempleados mayor a las vacantes laborales desde abril de 2021.
– Las contrataciones subieron a 5 millones 308 mil, desde los 5 millones 267 mil previos, un aumento marginal que confirma el estancamiento del mercado laboral.
Ahora, el reporte de mañana viernes de la Nómina no Agrícola de agosto será disruptivo para las tasas (ver En el Dinero del 21 de agosto: La Fed bajaría 50 pb en septiembre), será la puntilla a la Fed.
Igual pasa con los llamados “vigilantes” en el mercado de treasuries que ahora suben las tasas de plazos de 20 y 30 años en castigo por la presión de los trumpistas sobre la Fed, supuestamente para un manejo irresponsable del déficit fiscal.
Los “vigilantes” son los grandes fondos y bancos que operan volúmenes muy altos de treasuries y con sus movimientos presionan a los bancos centrales, en este caso a la Fed.
Pero, comparan la situación del mercado de treasuries con lo que pasa en Reino Unido, Japón, Francia y con casi todos los países del G-7.
Y han promovido la tesis de que la Fed puede recortar su tasa de referencia, pero que los rendimientos de 20 y 30 años seguirán muy altos, como hoy pasa (a esto le llaman empinamiento de la curva o steepening of the curve).
Lo cierto es que la crisis fiscal estadunidense tiene un contexto especial que la separa de otros países.
Está dentro de un cambio de modelo económico profundamente antiliberal que implica un Gobierno fuerte que supera al teje y maneje de los “vigilantes”.
Como ya lo comentamos, el gobierno trumpista no sólo puede influir a la Fed, además tiene herramientas para controlar el comportamiento no deseado en el mercado de treasuries.
El control sería temporal hasta que se vean los avances en el crecimiento de la recolección de aranceles hasta el punto de que sean capaces de estabilizar los faltantes de ingresos en el Gobierno.
Por eso el martes, Scott Bessent, secretario del Tesoro, mencionó que ya habían cerrado agosto con un monto de 31 mil millones de dólares de recaudación.
Mencionó que el estimado anual de recolección había sido de 300 mil millones de dólares pero que parece que se quedaron cortos. Podrían ser entre 400 mil y 500 mil millones.
Ninguno de los países del G-7 tiene opciones realistas para solucionar sus crisis fiscales.
Al final las tasas de los treasuires de 20 y 30 años caerán ante la realidad de la viabilidad fiscal estadunidense.
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