Por carretera, por brechas, por aire y con todo lo que la Policía Estatal Coahuila tiene a su alcance, las autoridades del Estado hacen frente a un fenómeno que parece empeorar ante la indiferencia del Gobierno federal que mantiene la frontera sur abierta al paso de centroamericanos que por miles llegan a Piedras Negras y que podrían, en los próximos días, provocar una crisis migratoria de largo alcance.

Piedras Negras, Coah.- En octubre de 2021 un fenómeno nunca antes visto en la frontera que comparte el estado de Coahuila con Texas parecía haber sido el preludio de lo que hoy en día se vive en Piedras Negras.

El US Border Custom Sector Del Río reportó la detención de más de 200 mil migrantes que han cruzado por las fronteras de Ciudad Acuña y Piedras Negras.

En un hecho sin precedentes, los nigropetenses parecen acostumbrarse a ver todos los días a numerosos grupos de migrantes procedentes de Honduras, El Salvador, Venezuela, Cuba, e incluso, de países como Pakistán, Siria, República Popular China, Eritrea, Sudán, Tayikistán y Uzbekistán que a diario llegan a la ciudad en busca de cruzar la frontera y solicitar asilo político en el estado de Texas.

No se puede hablar de las ciudades fronterizas sin mencionar la presencia histórica de los migrantes y su participación activa en la formación de estos asentamientos a lo largo de los 450 kilómetros que comparten como frontera los estados de Coahuila y Texas.

De hacerlo, estaría omitiendo un dato importante que es indispensable analizar.

La política de puertas abiertas del presidente Andrés Manuel López Obrador, de permitir, por razones humanitarias, la entrada de migrantes que por la frontera sur ingresan a territorio nacional, va más allá de quedar bien con las naciones vecinas y permitir el trasvase de migrantes a la nación más poderosa del mundo.

Hasta ahora, el fenómeno migratorio mantiene en alerta a las autoridades mexicanas, que por más que se esfuerzan no se dan abasto para contener el flujo de migrantes, ni para detener a los traficantes de personas que en este fenómeno han encontrado una manera más sencilla de hacer dinero mal habido.

De acuerdo con las autoridades de ambos lados de la frontera, hasta el viernes 20 de mayo la cifra de muertos en su intento por cruzar el río Bravo para internase en territorio americano de manera ilegal, supera ya los 90, de éstos, 36 han sido encontrados en territorio texano. Mujeres embarazadas, niños de brazos y hombres de todas las edades han sucumbido a las aguas del río o han muerto por deshidratación. 20 de los fallecidos son mexicanos; el resto son principalmente de centroamericanos.

¿RAZONES HUMANITARIAS O POLÍTICAS?

El 6 de abril, el gobernador de Texas, Greg Abbot, quien mantiene una disputa abierta con el gobierno del presidente Joe Biden por el flujo de migrantes y drogas, implementó inspecciones minuciosas a los camiones de carga que cruzaran su frontera, procedentes de México.

La medida provocó la parálisis de sistema de abasto de alimentos y de insumos a los Estados Unidos, además de que amenazaba con una escalada de alzas de precios para los consumidores estadounidenses y escasez de productos.

Las fuertes pérdidas económicas y la presión del gobierno del presidente Joe Biden llevaron al republicano Abbot a flexibilizar la medida y el 14 de abril, 8 días después, se reunió con el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, con quien firmó un acuerdo de seguridad fronteriza.

En dicho acuerdo, el mandatario coahuilense se comprometió a reforzar la vigilancia en sus carreteras, así como en los cruces fronterizos con la finalidad de frenar el creciente flujo de migrantes, en lo que parecía un llamado desesperado del gobernador Abbot por detenerlos y evitar cruzaran a territorio texano.

Una semana después, en Ciudad Acuña, arrancó el primer operativo que el Gobierno de Coahuila implementaría para atender y frenar la migración, el día 21 de abril le tocó a Piedras Negras, y en el Paseo del Río, decenas de agentes pertenecientes a la Policía Estatal de Coahuila, Ejército Mexicano, Guardia Nacional, Instituto Nacional de Migración, grupo Beta, Policía Civil Coahuila y Policía Acción y Reacción, todos con un mismo objetivo, frenar a los miles de migrantes que día a día llegan a esta frontera en su intento por cruzar a los Estados Unidos para solicitar asilo político.

A partir de esa fecha, la movilización de las policías Civil Coahuila, Acción y Reacción y Estatal Coahuila se ha intensificado sin dejar de lado sus obligaciones principales, ya que, de acuerdo al último reporte del Secretariado Nacional de Seguridad, Coahuila es la sexta entidad más segura del país.

SIGUEN LLEGANDO POR CARRETERA

Dentro de los operativos que las autoridades estatales han implementado, está un retén o punto de revisión aleatorio de vehículos, camiones de pasajeros y transporte de carga sobre la carretera 57, justo en el entronque de la brecha al ejido Álamos, en el tramo Allende-Nueva Rosita.

En el punto se pudo constatar la presencia de elementos de la Policía Estatal Coahuila que desde temprano revisan aleatoriamente que no se internen en la franja fronteriza migrantes que no demuestren su estancia legal en el país y se advierte a los traficantes de personas que por carretera no pasarán.

Sin embargo, es tanto el flujo de migrantes y la organización de los traficantes de personas que, por cierto, los superan en número y conocimiento del terreno que, a decir del comandante Donato, ahora los traficantes envían como estrategia a un punta, es decir, un vehículo con una o dos personas con documentación en regla y si ven la presencia de las autoridades en el retén, advierten a otros vehículos que vienen a cierta distancia detrás de ellos para que busquen rutas alternas o bajen a los migrantes para internarlos por las brechas y sacarle la vuelta al punto de inspección.

Durante el recorrido se pudo constatar que los traficantes de personas continúan internando en la frontera a cientos de migrantes, a los cuales llevan por terrenos inhóspitos y bajo el cobijo de las zonas arboladas de la región y que sirven de camuflaje para evadir la presencia de los rondines que realizan constantemente las unidades de la Policía Estatal.

A pesar de la estrategia implementada, los traficantes han logrado trazar diferentes rutas, una de ellas culmina justo en la cerca que divide la gasolinera que se localiza justo a unos 100 metros del punto de revisión fijo que mantiene el Ejército Mexicano.

En dicho punto, los traficantes han destruido cercas y mallas ciclónicas por donde se internan para abordar otros vehículos que los lleven hasta Piedras Negras, donde se pierden entre las calles o son resguardados en casas de seguridad a la espera de ser llevados hasta la orilla del río Bravo.

¿POR QUÉ LAS AUTORIDADES MUNICIPALES Y ESTATALES NO LOS DETIENEN?

Las autoridades estatales advierten que están imposibilitadas para detener a cualquier migrante que transite por territorio nacional, “no está dentro de nuestras facultades, la única autoridad para detener y en su caso procesar a los migrantes es el Instituto Nacional de Migración, quienes una vez que revisan la documentación de las personas, realizan el proceso de validación de sus documentos y si están en regla, se les permite continuar con su camino, ya que su estancia en el país es legal”.

“ Nosotros sólo apoyamos a Migración en el aseguramiento de personas que no demuestran su estancia legal en el país; es el Instituto Nacional de Migración el único facultado para proceder, pero la mayoría de las veces resulta que todos están de manera legal, por lo que continúan su camino”, dijo.

El fenómeno migratorio cada día es más complejo, las autoridades encargadas de la seguridad del Estado saben que frenar la oleada de migrantes que se dirigen a los Estados Unidos es imposible porque el Gobierno federal les expide la documentación necesaria que los protege de cualquier acción, una vez que ingresan por la frontera sur del país, así que poco o nada se puede hacer por detenerlos.

En lo que va del año, los más de 200 mil migrantes que ha reportado haber asegurado el Custom Border Patrol en el estado de Texas, han llegado a la frontera de Ciudad Acuña en autobús o en vehículos de alquiler, a los que contratan desde la ciudad de Monterrey, a donde la mayoría llega vía aérea, por lo que es cada vez más complicado detectarlos, es por ello que en los puntos de revisión el procedimiento se realiza de manera aleatoria y sin afectar el flujo vehicular.

EL TÍTULO 42 Y LA ESPERANZA DE LOS MIGRANTES

En este éxodo de migrantes que ahora preocupa y ocupa a las autoridades estatales y municipales, el Título 42, implementado durante la administración del expresidente Donald Trump, se ha convertido en la esperanza de los miles de centroamericanos y de otras nacionalidades que buscan cruzar por Coahuila a los Estados Unidos, y es que les permite, hasta hoy, esperar su proceso de solicitud de asilo en territorio estadounidense, sin embargo el 20 de mayo un juez federal de los Estados Unidos prohibió al presidente Biden acabar con él, por lo que la medida seguirá vigente y miles de migrantes serán devueltos a México sin poder solicitar asilo.

Dicha medida ha encendido los focos rojos en México, ya que, de acuerdo con informes extraoficiales, se sabe que a través de las redes sociales los migrantes se han estado organizando para congregarse en la frontera de Piedras Negras con Eagle Pass, Texas e intentar cruzar al grito de “la unión hace la fuerza”.

OPERATIVO PERMANENTE EN EL RÍO BRAVO

A pesar de los esfuerzos de las autoridades estatales por frenar el flujo de migrantes a esta frontera, cada día son más los grupos de personas que deambulan por las calles, hombres, mujeres y niños se agrupan bajo cualquier sombra y aguardan el momento para intentar cruzar, aunque en ello arriesguen sus vidas y la de sus hijos.

En los últimos días el cruce de migrantes por Piedras Negras ha disminuido, sin embargo, las autoridades del estado de Texas siguen reportando el aseguramiento de numerosos grupos de personas que logran cruzar el caudal del río.

Para las autoridades que participan en el operativo a lo largo de 20 kilómetros del río Bravo, en especial sobre la mancha urbana de Piedras Negras, los migrantes ya no buscan otro lugar por dónde cruzar que no sea por los puentes o por debajo de éstos, buscan entregarse a las autoridades fronterizas de los Estados Unidos y guiados por ubicación en tiempo real, misma que comparten a través de redes sociales y sus teléfonos móviles, llegan poco a poco a esta ciudad para continuar con su objetivo.

Durante un recorrido por las vegas del río Bravo, nos encontramos, ocultos entre la abundante vegetación, a un grupo de cuatro migrantes hondureños.

Luego de percatarse de nuestra presencia, solos se dejan ver y muestran sus documentos que les permiten su estancia legal en territorio mexicano.

Nelson encabeza al grupo, sale a recibirnos sin miedo alguno, atiende respetuoso a las indicaciones del comandante Fernando, de la Policía Estatal, quien le solicita su documentación.

Sereno y sin prisa saca de entre sus pertenencias el documento que le fue expedido en la frontera sur que le permite permanecer en México, visiblemente cansado y sin esperanza alguna, este hondureño deja salir lo que en su pecho se agolpa.

“ Nos regresaron en la mañana, apenas pasamos anoche y nos tuvieron detenidos en la estación del tren, nos acaban de aventar para acá, nada más que nos escondimos aquí porque unos maleantes nos andaban siguiendo y pues aquí entre los árboles nos les
perdimos”.

Yo ya me voy para mi tierra, me vine porque allá se sufre mucho pero acá también se sufre; dejé a mi esposa y a mi hijo con la esperanza de llegar a los Estados Unidos, pero allá me dijeron que no hay asilo para los hondureños, que nada más para los venezolanos, colombianos y cubanos”.

Nelson salió de su tierra hace 45 días, llegó hasta Piedras Negras como pudo, en tren, en camión y hasta caminando, su sueño era, como el de miles de centroamericanos que llegan a esta ciudad, cruzar el río Bravo y obtener asilo político acogiéndose al Título 42.

Hoy, junto con sus compañeros, se adentró en las calles del centro de la ciudad, con las bolsas vacías, hambriento y temeroso de ser asaltado, decidió emprender un camino de regreso porque sus fuerzas ya no dan más.

EL RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS

Para el comandante Fernando, el fenómeno migratorio no lo distrae de sus demás obligaciones, que son las de salvaguardar la seguridad de los coahuilenses; en esta encomienda sabe que la línea entre la legalidad y el abuso de autoridad es muy delgada.

Tiene la encomienda de salvaguardar la integridad de los coahuilenses y también la de los miles de migrantes que ve pasar a diario.

Conoce sus alcances y sus límites y en este operativo implementado por las autoridades estatales, reconoce que es poco lo que se puede hacer ante el río de personas que busca en los Estados Unidos una mejor calidad de vida para ellos y los suyos.

“ No está dentro de nuestras facultades el detener a los migrantes, nuestra labor es apoyar al Instituto Nacional de Migración para que sea éste quien procese, en caso de ser necesario, a cualquier persona que se encuentre en territorio mexicano sin documentación que le permita su estancia legal, nosotros estamos vigilando la frontera para evitar cualquier tipo de delito y cuando algún migrante comete alguna falta que requiera nuestra intervención, ya sea por violencia o alteración del orden, entonces sí actuamos y ponemos al individuo a disposición de la Policía Municipal de Piedras Negras”.

“ Es una tarea complicada, la ciudadanía en general está en la creencia de que nosotros podemos detenerlos, pero no, no es posible, la mayoría de estas personas llegan hasta aquí con documentos expedidos por el Instituto Nacional de Migración, hecho que nos imposibilita a realizar cualquier acción de detención”, dijo.

Desde que el problema se agudizó en la frontera de Coahuila con Texas, las autoridades estatales recorren las brechas desde Allende principalmente en busca de los traficantes de personas, por aire, todos los días por la mañana, por la tarde, un helicóptero del Estado sobrevuela el río Bravo para detectar cualquier movimiento de migrantes y reportarlo a las autoridades que por tierra patrullan.

Desde el aire se puede observar que, del lado de Eagle Pass, Texas, el alambre de púas que colocó la CBP con la finalidad de detener el paso de los migrantes ha sido un fracaso, es, sin duda, una medida que no frenó ni frenará los numerosos grupos que se las han ingeniado para brincar la peligrosa cerca.

Durante un recorrido es visible cómo con trapos colocados sobre la cerca, los migrantes logran internarse en los Estados Unidos, aunque a unos metros sean detenidos por Migración.

Los retienen durante algunas horas para documentarlos y posteriormente son llevados al centro de detención que fue construido a 13 millas de la frontera y donde esperarán su proceso de solicitud de asilo.

De esta forma y por redes sociales y teléfono móvil, avisan a sus connacionales a través de su ubicación en tiempo real, dónde se encuentran y el punto exacto por dónde pudieron brincar la cerca.

De tal manera que el discurso de las autoridades de los Estados Unidos pareciera, por un lado, enviar un mensaje de que se está enfrentando el fenómeno con la finalidad de detenerlo y por otro lado, permiten que los miles de migrantes lleguen hasta su territorio en un hecho que más bien parece un trasvase de indocumentados, provenientes de Centroamérica a los Estados Unidos y que a la postre vendría a solucionar el déficit de mano de obra que tiene Estados Unidos, resultado de una pandemia que dejó miles de muertos en su territorio y que ahora buscan cubrir con más mano de obra.