Arte
Por Christian García
Publicado el sábado, 25 de septiembre del 2021 a las 04:31
Arteaga.- En el stand que Oaxaca tiene en la Feria Internacional del Libro de Coahuila hay un reino de magia en el que los colores, las formas y los animales confluyen, viven y se mantienen estáticas gracias al trabajo de Cristóbal Ortega, artesano oaxaqueño que presenta su trabajo de tallado en madera.
Así sus manos dan vida desde hace 16 años a liebres, conejos, bueyes, carneros, ranas y armadillos que son “tonas y nahuales”, espíritus y guardianes animales del folclor oaxaqueño. En este caso, apunta el artesano, siempre se relacionan con los alebrijes pero no lo son, pues estos son animales reales que utilizan colores, mientras que las bestias creadas por el artesano Pedro Linares López, son creaciones fantásticas que mezclan los colores y diferentes partes de animales.
Las tonas, por ejemplo, son animales que protegen a los recién nacidos. Según reza la tradición, durante el nacimiento de una persona, algún animal pasará por fuera de su hogar siendo esta su “tona” o espíritu protector.
Ortega, apunta, que cada una de sus piezas tiene su propia personalidad y eso las vuelve únicas, más allá del trabajo manual con el que da forma a las figuras. El artesano ejemplifica con una liebre “que originalmente iba a ser un lobo, pero se fue guiando hasta que terminó en esta piezas”, y agrega que “otras tienen caras muy felices, otras muy tristes… dependen mucho del humor que el artesano tenga al momento de tallarlas”, detalla.
Pero también tiene que ver con los materiales. Ortega apunta que es casi un ritual ir a buscar la madera: subir al monte, buscar un árbol, podarlo para usar una de sus partes, “porque esos árboles son sagrados para nosotros”, apunta y agrega que “a veces vas con una idea de lo que quieres hacer, pero cuando ves la madera se te ocurre otra cosa, piensas en algo diferente que la forma te va pidiendo”.
Esa habilidad de encontrar al animal dentro “de la madera porosa que nos da el monte” la aprendió de “los grandes maestros de mi pueblo, pero sobre todo de mis amigos que son de mi misma edad 22 o 26 años, pero llevan mucho tiempo trabajando la madera, ellos fueron los que me terminaron de enseñar”. Así, Ortega comenzó “por curiosidad y empezar el proceso completamente desde la imaginación”.
Un proceso que comienza con la imaginación y termina con el cálido tacto de sus manos, sin pasar por el frío metal de la tecnología, pues el artesano apunta que no utiliza herramientas más allá de las
tradicionales.
“
El proceso es totalmente manual, creo que si usara las tecnologías sería perder el encanto de esto, porque lo importante es que lo hagas tú desde tu creatividad”, comentó el joven oaxaqueño de 26 años, originario de San Martín Tilcajate.
Para él, la Feria Internacional del Libro de Coahuila representa una oportunidad única para mostrar su trabajo en el norte del país. Una situación que le ha ayudado a ver la relevancia que tiene su trabajo y el gusto que ha encontrado entre los compradores que se dan cita a la fiesta librera.
Pero también añade que es una responsabilidad, pues él y sus amigos “somos la nueva generación de artesanos y somos el relevo, pero hay grandes maestros de mi comunidad que han hecho trabajos con madera y hoja de oro, con vidrio y demás, que nos dejan la vara muy alta, pero cuando la gente ve nuestro trabajo y dice ‘uff, está genial’, eso nos anima a seguir trabajando”, concluyó.
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