Por: Roberto Gómez Junco

En estos días muchos recuerdan especialmente a quienes se han ido, casi siempre sin entender a cabalidad que nos iremos todos.

En el mundo del futbol ocupan un lugar aparte aquellos jugadores con los que se coincide en la cancha defendiendo los colores del mismo equipo. En mi caso, jugadores como Walter Daniel Mantegazza, José Luis el “Pillo” Herrera, Alberto el “Bocha” Cardaccio, Pepe Ledezma, Juan José Muñante, Juan Rodríguez Vega, Ricardo Brandon, Jan Gomola, Fernando Bustos, el Sammy Rivas, Javier el “Hijín” Cárdenas, Alejandro Guerrero, el “Pelón” Gutiérrez, Alfredo “Alacrán” Jiménez, Alejandro Izquierdo, Salvador Carrillo.

Y si me remito a mis amigos del futbol, éstos son los principales ausentes:

Jorge Candia, incondicional amigo (1956-2013), el primero a nivel profesional, una de las mejores personas que me ha presentado el futbol. Lateral izquierdo que jugó con el Atlético Español y con los Tecos, y que desgraciadamente se fue demasiado pronto.

Osvaldo Batocletti (1950-2019), extraordinario defensa central argentino. El mejor de los capitanes dentro y fuera de la cancha. Figura con el León y con los Tigres. Por su sencillez y bonhomía, referencia obligada para corregir a quienes generalizan al hablar de “la soberbia de los argentinos”.

Mario Castillejos (1959-2019), amplio conocedor del futbol, destacado al jugarlo a nivel amateur, y aún más destacado como analista. Peculiar personaje, iconoclasta, irreverente, atrevido en sus comentarios y sus posturas, pero siempre noble y transparente.

Tomás Boy (1952-2022), brillante futbolista, figura de los Tigres y de la Selección Mexicana, que empezó con el Atlético Español y también pasó por el Potosino. Mucho mejor director técnico que otros que han ganado más cosas. De inagotable plática para quienes tuvimos el privilegio de conocerlo y tratarlo sin la careta de la estrella.

Paco Villa (1969-2024), magnífico narrador que supo desarrollar su propio estilo y enarbolarlo a elevados niveles, y a quien la vida no me dio tiempo de tratar como hubiera querido.

André Marín (1972-2024), excelente comentarista y amigo, forjado a sí mismo desde adolescente, así como de adulto supo forjar la maravillosa familia que en su azarosa infancia no tuvo.

Al margen de otras dolorosas pérdidas, inevitables entre más tiempo vives, éstas han sido para mí las del futbol, las de algunos de los queridos amigos que le debo a este maravilloso juego. Inolvidables personajes prematuramente ausentes.

Y ustedes, estimados lectores, ¿a quiénes recuerdan y a quiénes extrañan?