Entre lo que nos aparece en la red, viene un anuncio de un carro eléctrico, “finísima ingenielia china” con un rendimiento de 150 kilómetros en una carga, y por el precio de oferta de 1200 pesos. Un auto de 700 kg, ¿cuánto costara el flete de China a Saltillo Coahuila?

¿El supuesto chino que lo ofrece, se volverá millonario con ese negocio?

Claro que no, los ingenuos que atraviesen su tarjeta perderán su dinero.

Otro anuncio:

“Carlos Slim te revela su secreto para enriquecerse con la especulación financiera”.

Que un coyote de la bolsa árabe te diga su secreto, es prácticamente imposible, en la bolsa de valores y los naipes el dinero no es espontáneo, el único incremento real son las utilidades en la operación de las empresas, lo que a uno le sobra a los demás les desapareció. Es como el juego de las sillas, si se detiene la música, cuando menos uno, se queda sin silla. El ingenuo que caiga será cachondeado por algún maravilloso que se ira desvaneciendo cuándo el ingenuo entienda que le metieron otro gol.

Lo mismo sucede con el dinero mágico que regala gobierno, lo que han repartido, descontando lo comprobado de lo que han robado quienes lo administran, es dinero que se dejó de entregar a gobiernos, dependencias, fideicomisos y programas, sin tomar en cuenta los cinco billones de pesos de deuda externa incrementados en la operación del gobierno federal.

Mi padre me decía: haz cuentas, si no puedes entender cuánto es lo que gana el que te hace la oferta, no aceptes, lo más probable, es que tu seas el que pierde.

En México la pregunta no es si se revelará el desastre el fiasco, sino cuándo.

Venezuela y Argentina son naturalmente ricos, y la población de ambos, esta hundida en una asquerosa miseria, México no tiene esa suerte, cuando se descaren los populistas zurdos, la miseria será memorable