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La Agenda Legislativa y los Medios de Comunicación

Por Sandra Rodríguez Wong

Hace 2 años

La reforma de paridad de género aplicable a los tres órdenes de Gobierno, marca un gran paso en el reconocimiento de los derechos de las mujeres para la toma de decisiones en materia de igualdad sustantiva.

Recientemente se señaló, que el aumento en las cifras de los feminicidios, obedece a que anteriormente no se integraban a las carpetas de investigación como tales -esto es, como feminicidios-, sino que se hacía como homicidios y que apenas en la actual Administración federal, se han empezado a clasificar de esa manera todos los asesinatos de mujeres en el país.

Sin embargo, los problemas de paridad, exclusión, discriminación y vulneración de derechos de las mujeres, no concluyen con las reformas que hasta ahora se han realizado. La lista de recomendaciones de la CEDAW[1], como la reforma de paridad, la de seguridad social para trabajadoras del hogar, la prohibición de matrimonio infantil, son atendidas en las agendas legislativas del Congreso de la Unión, así como de los congresos locales de los estados. Pero aún acabadas, lamentablemente los problemas de género no se terminarán con ellas.

Entre las reformas pendientes se encuentran; la incorporación a la perspectiva de género en el mecanismo de protección a periodistas,  la abolición de la detección sistemática a las mujeres migrantes, el reconocimiento del matrimonio igualitario en todo el país,  además de velar porque la edad mínima para el matrimonio sea de 18 años en adelante para todas las personas en todo el territorio nacional, promover y facilitar la inscripción de menores nacidos en Estados Unidos o en el extranjero, hijos de padres mexicanos por citar algunas.

Las recomendaciones de la CEDAW, además de acciones de carácter legislativo, considera medidas a implementar por los diversos órdenes e instancias de Gobierno. Así, la reforma de paridad y la agenda de igualdad de género, trasciende al ámbito legislativo federal y local. La magnitud y la importancia de los posicionamientos sociales y de otros actores como los medios de comunicación son fundamentales para la consecución de una igualdad sustantiva.

Entre ellas y por citar solamente algunas, se encuentran:
z Incorporar la perspectiva de género en el mecanismo de protección de periodistas y personas defensoras de los derechos humanos.

z Impulsar una campaña pública en materia de reconocimiento y no estigmatización del trabajo de las personas defensoras de derechos humanos.

z Adoptar medidas para mejorar el conocimiento de los derechos humanos de las mujeres y para contrarrestar la propaganda contra la igualdad de género.

z Adoptar una estrategia general para superar la cultura machista y los estereotipos discriminatorios sobre las funciones y responsabilidades de las mujeres y los hombres en la familia y en la sociedad, y elimine las formas interseccionales de discriminación contra las mujeres.

z Elaborar una estrategia de formación para profesionales de los medios de comunicación que comprenda directrices y mecanismos de control para eliminar los estereotipos discriminatorios contra las mujeres.

z Alentar una cobertura informativa que tenga en cuenta las cuestiones de género, sobre todo en las campañas electorales.

z Adoptar medidas para promover la igualdad de representación de mujeres y hombres en los medios de comunicación.

z Aplicar el Convenio para la Igualdad de Género y el Combate a la Violencia contra las Mujeres en los Medios de Comunicación, a fin de garantizar la imposición de sanciones adecuadas y el recurso a facultades coactivas para luchar contra los estereotipos de género discriminatorios.

z Adoptar medidas para alentar la difusión de imágenes positivas de las mujeres indígenas, afromexicanas, las migrantes y las refugiadas y solicitantes de asilo en los medios de comunicación.

La radio, la televisión, la prensa escrita, ahora el internet y las redes sociales, son  mecanismos a través de los cuales, los patrones culturales se moldean e incluso en ocasiones, hasta se modifican. La importancia de la ley o de la norma puede ser dibujada o desdibujada por los medios de comunicación. Por ello, la inclusión cultural y la expresión legítima para el fortalecimiento de los derechos de la mujer en los medios de información, representan la oportunidad ideal para medios -como en el que hoy se me permite compartir estas reflexiones-, para fortalecer su capacidad de análisis, de crítica y de diálogo con la sociedad a la que informa.

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