Saltillo, Coah.- En Saltillo han ocurrido crímenes atroces que terminan convirtiéndose en leyendas, su magnitud e impacto en la sociedad trascienden, a través de los años las personas van contando lo que aconteció en diversas zonas de la ciudad creando transformándolas así en leyendas.

Como ejemplo, está la del “Callejón del Diablo”, hoy la calle Cuauhtémoc, en la Zona Centro, la historia de aquel filicidio en el que un padre mató a su hijo al confundirlo con el amante de su esposa, el padre, se dice, fue alentado por el diablo.

En las décadas recientes, de unos 20 años atrás a la fecha, han ocurrido crímenes que cimbraron a la ciudadanía, historias que muy pocas veces tienen una explicación lógica, asesinatos de niños, mujeres y hombres que marcaron la historia de Saltillo.

De esos crímenes persisten, en algunos casos, las casas que fueron escenario de ellos, aunque algunas han sido remodeladas, siguen teniendo la esencia de lo que sucedió.

Además las personas se han encargado de perpetuar las historias trágicas de lo sucedido en esas propiedades, contando a todo aquel que se acerca, los crímenes que ahí sucedieron.

Una de esas propiedades se ubica sobre la calle Guillermo Purcell, entre Melchor Múzquiz y Lerdo de Tejada, en el corazón de la ciudad, justo a una cuadra del callejón “Del Diablo”.

La casa marcada con el 566 fue el escenario de un crimen brutal, un feminicidio que por las circunstancias en que ocurrió consternó a la sociedad.

Fue en febrero de 2014, era domingo, los familiares de María Cristina, de 60 años, encontraron su cuerpo al pie de la cama de su madre, Mercedes de 90 años, quien observó cómo un par de sujetos quitaban la vida a su hija, la señora no podía moverse y padecía mutismo.

De acuerdo con las investigaciones realizadas por personal de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado, una o más personas irrumpieron en la vivienda durante la madrugada con el objetivo de robar.

Este feminicidio consternó a la ciudadanía ya que Cristina fue asesinada frente a su madre, quien no pudo moverse para defenderla. Los feminicidas actualmente cumplen una condena de 60 años por este crimen.

La casa fue remodelada y en la actualidad alberga las instalaciones de un jardín de niños, los vecinos del lugar cuentan que han sucedido cosas raras en torno a la casa, por las noches se perciben ruidos extraños en la propiedad, es lo que cuentan a quien pregunta.

Lo cierto es que la casa sigue en pie y es testigo mudo de lo que hace 11 años sucedió ahí, un brutal asesinato motivado por la ambición de dos hombres que se aprovecharon de la vulnerabilidad de dos mujeres de la tercera edad.