Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Grupo LATAM elimina 96% de los plásticos de un solo uso en sus operaciones Balean instalaciones del Sindicato de Trabajadores del municipio de Monterrey Esto es lo que recibirán Denise Maerker y Manuel López San Martín por moderar el primer debate presidencial ‘Gracias totales’: Dr Simi anuncia su retiro ¿Qué pasará con el personaje? Sujeto pasa 30 horas atrapado en coladera por querer recuperar su celular

Zócalo

|

     

Opinión

|

Información

< Opinión

 

Coahuila

La controversia entre Portes Gil y Cárdenas del Río

Por Rodolfo Villarreal Ríos

Hace 2 años

Hace muchísimos ayeres, cuando la guerra fría calentaba al mundo, se dio en nuestro país una discusión singular y poco conocida entre dos ex presidentes de la república, Emilio Portes Gil (1928-1930) y Lázaro Cárdenas Del Río (1934-1940). De ella da cuenta el primero en un libro titulado “Polémicas,” editado en 1975. Estamos conscientes de que usted, lector amable, está bien informado y conoce ampliamente quienes son estos personajes. Sin embargo, antes de irnos a la controversia en cuestión, estimamos que pudiera darse el caso que alguien más se asome a este escrito y no posea la información que usted tiene en relación con estos dos ciudadanos, dado lo cual es conveniente que le proporcionemos un marco de referencia sobre ambos.

 Al momento en que el estadista Plutarco Elías Calles Campuzano, en medio de la controversia generada por el asesinato del presidente Álvaro Obregón Salido, decidió que al cumplir sus cuatro años de gobierno se retiraría del cargo, se nombró en su lugar a Portes Gil un abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho quien, entre 1920 y 1928, fue cinco veces gobernador de Tamaulipas. Aparte de tranquilizar a los obregonistas, le tocó concluir las negociaciones que terminarían con la reyerta inútil mediante la firma del denominado Modus Vivendi. Antes de seguir, debemos de apuntar una anécdota respecto al contenido de ese acuerdo. Al momento en que defendíamos nuestra disertación doctoral en historia, una de las sinodales quien fuera nuestra profesora de historia latinoamericana, Joan Pavilack, nos apuntó: “pero si este acuerdo en nada cambia lo que se buscó establecer desde el principio.” Se refería a lo señalado en la Constitución con respecto a las iglesias. Le respondimos en afirmativo, no era el lugar para decirle que por eso calificamos a la lucha de tres años como la reyerta inútil. Pero volvamos a Portes Gil a quien, también, le tocó el nacimiento del Partido Nacional Revolucionario (PNR) y poner en orden el altercado encabezado por Gonzalo Escobar y otros generales inconformes. Pero si de problemas se trataba, nada como los generados alrededor de la elección presidencial de 1929, cuando el gigolo-cobarde, todavía no era sinarquista y nazi, José Vasconcelos, lo acusó de haberle robado la elección, asunto que este fulano no defendió con hechos pues lo mejor que se le ocurrió fue emitir el Plan de Guaymas en donde entre otras cosas decía: “me marcho, pero regresare el dia que haya mexicanos dispuestos a tomar las armas para defender la democracia… “ y corrió hacia los EUA a terminar de gastarse los dineros de María Antonieta Rivas Mercado. Así, el oaxaqueño, ese que homenajean allá por el pueblo, daba una muestra de cuan bragado era. Tras de transferir el cargo presidencial, Portes Gil sería secretario de gobernación, de relaciones exteriores, procurador general de la república, además de presidente del PNR, mientras que posteriormente publicaría varios libros.

En el caso de Cárdenas Del Río, tras de ganarse la confianza del estadista Elías Calles fue apoyado para ser presidente y posteriormente echar del país a quien años antes fuera el destinatario de cartas sentidas prometiéndole lealtad eterna. En ese proceso de expulsión, los allegados al cardenismo dieron difusión amplia al hecho de que, al momento en que el estadista fue avisado de que debería de partir, estaba leyendo “Mi Lucha,” de la autoría de la bestia austriaca y a unas declaraciones, posteriores, muy desafortunadas que hiciera al periodista José Cayetano Valadez Rocha en donde emitía comentarios favorables hacia la bestia austriaca y en contra de los judíos. A pesar de toda la admiración que sentimos hacia el estadista reconocemos que cometió un error gravísimo con ello, nunca hemos establecido admiraciones en función de seres perfectos, ni en las coincidencias de opinión absolutas. Pero sí el estadista incurrió en un yerro verbal, nos preguntamos: ¿Como se puede considerar la actitud de quien, entre 1938 y 1941, surtió de petróleo mexicano tanto a la ya citada bestia austriaca como al duce italiano? ¿Cuánto del combustóleo mexicano se utilizó para mover los tanques y vehículos que invadieron Polonia, Checoslovaquia, Dinamarca, Estonia, Francia, Grecia, Luxemburgo, Lituania, Letonia, Noruega, Los Países Bajos, Ucrania y Rusia? O ¿Acaso se usaba para mantener funcionando los hornos? Estamos ciertos de que podemos caer en pecado capital, y ser bañados en epítetos, por hacer estos cuestionamientos. Podrán decirnos lo que deseen, excepto que los cuestionamientos parten de un sustento en la realidad, el petróleo mexicano llegaba a Alemania e Italia.  Dejemos los años cuarenta y vayamos a los sesenta del siglo veinte.

Apenas daba inicio 1963, era el 9 de enero, cuando Portes Gil envió un comunicado a Cárdenas en el cual, para empezar, le reclamaba la actitud que había tomado desde años atrás, misma que culminaba con el apoyo que el michoacano daba a la formación de una nueva central campesina. Sin detenerse, el tamaulipeco le hacia ver que estaba destruyendo todo el prestigio que empezó a construir cuando, en Agua Prieta, fue a presentarse al general Elías Calles para solicitarle incorporarse al Constitucionalismo. Además, le reconocía su actitud cuando, junto con el general César López De Lara, fueron los únicos que no se dejaron sobornar por las compañías petroleras en La Huasteca. Lo alababa por la reforma agraria y la expropiación petrolera, así como el “acto de gran civismo” que tuvo al expulsar al estadista Elías Calles “por unas declaraciones que formuló y con las cuales lastimó tu dignidad de Jefe de Estado.” Le reconocía que había salido de la presidencia con gran prestigio como ningún otro, salvo Carranza, Obregón y Elías Calles. Asimismo, le alababa haber reprobado la intromisión de los exmandatarios cuando trataban de tomar parte “en la política del país con el objeto de obstruccionar la obra de sus sucesores.” Le recordaba que por dos décadas mantuvo la boca cerrada, inclusive cuando, durante el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho, se dio la claudicación religiosa que, acorde con Portes Gil, nos había llevado al predomino del clero español en México. Apuntaba que él, Portes Gil, en ocasiones varias, le manifestó en privado al presidente que su condescendencia religiosa era un error. Pero que fue el único que expuso, en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y en la Escuela de Agricultura de Chapingo, la claudicación que representó haber enviado oficiales del Colegio Militar a resguardar la Basílica cuando la visitó “un cardenal canadiense.” Ahí no paraba el reclamo.

Le increpaba a Cárdenas Del Río que cuando vinieron otros regímenes “tu permaneciste callado ante las claudicaciones y las inmoralidades que se siguieron cometiendo…y que llegaron a todos los sectores sociales corrompiendo las conciencias…Tu seguiste callado y cuando hablaste fue para decir que el presidente don Miguel Alemán era el mejor presidente de la Revolución. Yo reconocí y reconozco, sin haberlo dicho públicamente, que, en efecto, Alemán hizo una obra extraordinaria en los aspectos económico, industrial, de salubridad y otros muchos. Pero, desgraciadamente, sus amigos cometieron tal exceso de inmoralidades, de contrabandos, de actos vergonzosos que mancharon su obra.” Al respecto, mencionaba haberle advertido, privadamente por escrito, al presidente Alemán que “si metía en cintura a todos los picaros llegaría a ser el primer presidente de México.” Acto seguido, como sin querer, le daba un rozón a Cárdenas al recordarle que, a partir de 1935, las estadísticas en México se inflaron a tal grado que” al Departamento Autónomo de Publicidad y Propaganda, el publico le puso festivamente Datos Apócrifos para Penintentes.” Y luego vino la sobada para decirle que “no me consta que durante tu periodo se hayan inflado las estadísticas, pero si me consta que durante le periodo 1946-1952…” 

Tras de todo lo anterior, Portes Gil pasaba a reclamar a Cárdenas su actitud ante el presidente Adolfo López Mateos. Le increpaba que en ese momento cuando la reacción estaba unida a las llamadas fuerzas progresistas, él saliera a respaldar a quienes “estén atacando tan injustificadamente y con tanta saña a López Mateos…quien trabaja excesivamente por implantar nuevamente el programa de la Revolución, haciendo que esta vuelva al cauce que tenía hasta 1940.” En seguida, le mencionó que “cuando yo platique contigo la ultima vez en casa del licenciado [Javier] Rojo Gómez [“revolucionario integro, de izquierda, pero no comunista”] te hice ver todas estas cosas, pero comprendí ya que ya habías tomado un camino y que era imposible que desistieras y volvieras al seno de la Revolución Mexicana.” Eso no resultaba nuevo para Portes Gil quien le decía a Cárdenas que eso “lo iniciaste cuando estuviste a cargo de los destinos de México. Gentes dislocadas mentalmente, altos funcionarios de tu administración, hacían franca propaganda comunista, llegando a decir algunos de los ministros, que los obreros deberían posesionarse desde luego de las fábricas.” En igual forma, le precisaba que un “gran numero de maestros iniciaron la corrupción en la enseñanza.” Por ello, Portes Gil precisaba que cuando era secretario de relaciones exteriores tuvo que hacer declaraciones reprobando esa propaganda. Por ello, “cuando tus amigos me atacaron furiosamente porque creían que como presidente del PNR trataba de formar un nuevo poder dentro del poder del Estado, cuando violando acuerdos aprobados por ti en materia electoral…presente mi renuncia irrevocable… Te hice ver que yo no creía que tu hubieras autorizado actitud tan insolente, pero que el publico y los revolucionarios creían que aquellas eran instrucciones tuyas.”  Le recordaba como se amenazó con echar del Senado a candidatos triunfantes que el mismo Cárdenas aprobó y desaforar a senadores que eran amigos de Portes Gil, algunos que no tuvieron el valor de “enfrentarse a [Ernesto] Soto Reyes, íntimo amigo tuyo que era el amo del Senado.” 

Volvía recordarle la charla en la casa de Rojo Gómez en “donde te hice ver con toda atención y con todo cariño que te había llevado inclusive a pararte en un camión para predicar, no a la juventud mexicana, sino a mil o dos mil individuos, entre quienes se encontraban algunos estudiantes.” Tras de esto iba al centro de la discrepancia. “Después, ante tu actitud de ir a defender a Fidel Castro, me hice esta pregunta: ¿Cómo Cárdenas, que es un alto representativo del ejército, puede ponerse a las ordenes del gobierno cubano, para abrazar una causa que no me atrevo a calificar? ¿Cómo Cárdenas, siendo un mexicano 1000% puede ponerse al servicio de un gobierno extranjero?” Cuando fueron a visitar a Portes Gil para que se incorporara al Movimiento de Liberación Nacional, formado por Cárdenas, la respuesta del tamaulipeco fue: “este es un movimiento comunista con el que yo no estoy de acuerdo.”  Posteriormente, esa organización redobló sus ataques contra López Mateos contando con el apoyo de “los comunistas que vinieron de toda América del Sur, de Rusia y de China…” 

Posteriormente, Portes Gil reconocía una serie de errores y problemas que se habían cometido y surgido a lo largo de los años, no iba a ser tan inocente como para tratar de hacer aparecer todo como un dechado de virtudes, conocía como sucedían las cosas tanto desde afuera como desde adentro. Pero estaba convencido de que aquello tenía remedio y de que el presidente López Mateos hacia toco cuanto estaba a su alcance para reprimir esas inmoralidades. “Pero de 40 para acá, repito, las inmoralidades han llegado a un grado externo, y han salido hornadas sexenales de millonarios. Quiero invitarte a que reflexiones que el deber nuestro no es combatir el régimen, sino ayudarlo, sugiriéndole respetuosamente las reformas que deban hacerse para evitar todas las inmoralidades y todas las claudicaciones que se siguen cometiendo.”

Enseguida, alababa la labor que el presidente López Mateos realizaba en sus viajes al extranjero en donde había realizado una cruzada en pro de la paz, el respeto a la soberanía y la autodeterminación de los pueblos. Asimismo, encomiaba el trabajo de doña Eva Sámano Bishop en pro de la niñez mexicana. Acto seguido, Portes Gil escribía: “Pero me pregunto: ¿Por qué durante veinte años…permaneciste callado, y ahora que la reacción y el grupo vergonzosamente comunistoide atacan tan furiosa, tan estúpida e injustificadamente al régimen, ¿por qué Lázaro Cárdenas, el gran hombre que lograra tantas realizaciones revolucionarias, el que fundara -a sugestión mía- la Confederación Nacional Campesina, encabeza un grupo de jóvenes ilusos si se quiere, que trata de desviar el curso de la Revolución Mexicana?” 

Asimismo, le hacia ver que, ante la actitud adoptada, sus viejos amigos, los que colaboraron con él, ya no secundaban sus actividades. Podrán seguir “siendo amigos tuyos porque todos ellos tienen grandes virtudes, pero su ideología ya no es la tuya.” Posteriormente, en el antepenúltimo párrafo de la misiva, cuestionaba: ¿Por qué se ataca al presidente López Mateos tan tenaz y tan injustificadamente? ¿Son ideales los que persiguen quienes lo atacan? ¿O son ambiciones personales de poder? No me lo explico.”  

Consiente de que lo escrito no agradaría a Cárdenas, le decía que dentro de algunos años se lo agradecería al reconocer que le hablaba con la sinceridad y el cariño del amigo. Para cerrar, en el ultimo párrafo, le anotaba: “El general [Elías] Calles después de intentar anularme en lo político, se reconcilio conmigo, y a pesar de todas las verdades que le dije en lo privado y en lo público, debe haber reconocido que siempre le hablé con la verdad, y que lo que le expresé en el sentido de sus nuevos amigos lo llevaban al precipicio, fue cierto.” 

La respuesta de Cárdenas a todo lo anterior se dio, el 21 de septiembre, en nueve renglones, en donde lo esencial fue “creo que no tienes razón en lo que me dices, y casi estoy pensando que es una puñalada la que me has dado. Afirmas que el Movimiento de Liberación Nacional es de inspiración soviética, en lo cual faltas a la verdad.” Nada de sustancia que respaldara la refutación, simplemente la actitud del ofendido. Ante ello, Portes Gil envió la contra respuesta indicándole que, durante la asamblea realizada, en julio de 1962, en Estocolmo, llamada de Liberación Nacional, asistieron delgados soviéticos y ahí se acordó extender la acción de ese movimiento hacia todo el mundo, especialmente a Latinoamérica.  Asimismo, le enfatizaba que “la libertad de expresión debe de ser ilimitada. “A mí en lo personal jamás me ha afectado ningún ataque de los muchos que me hacen mis enemigos y creo que quienes hemos estado desempeñando funciones públicas, aun después de muertos, estamos en el deber de aceptar el balance positivo o negativo de nuestra actuación. Lo que si es censurable es el proceder de algunos destacados miembros del Movimiento de Liberación Nacional, que, escudándose en tu fuerte y vigorosa personalidad, atacan a muchos hombres de la Revolución, e inclusive al presidente López Mateos, lo cual puede hacer creer que tu autorizas tales ataques, [aun cuando] considero que tú eres el primero en reprobar…” Pero el asunto de “la puñalada” de la cual Cárdenas se quejaba no se iba a quedar sin respuesta.

“Afirmas en tu carta que es una puñalada la que te di. No estas en lo justo. Puñalada la que me dieron tus amigos incondicionales del Senado [Ernesto] Soto Reyes, [Antonio] Mayés Navarro y otros que, sin tu autorización, según me dijiste, o contando con ella, según cree la opinión pública, desconocieron a los senadores de Coahuila, Campeche, Chiapas, Nuevo León y Tamaulipas, que habían sido electos en plebiscitos cuyo resultado tu conociste y autorizaste. Ese si fue una puñalada. Tal actitud de tus amigos, que seguramente tu apoyaste, terminó con la renuncia que presente como presidente del Partido Nacional Revolucionario…”  Así concluía ese debate entre dos expresidentes que se conocían muy bien. Tal vez por eso, Cárdenas optó por ser breve en la respuesta y no sustentar la negativa.

En lo que respecta al apoyo de Cárdenas a Fidel Castro, Portes Gil tenía razón. El tiempo se la concedió, ya vimos en lo que Cuba terminó, convertida en una dictadura.   

En lo que concierne a la oposición de Cárdenas al presidente López Mateos, seguramente partía de ver como el mexiquense era muy popular entre la población de todas las edades y condición social y eso causaba escozor al michoacano. En cuanto a su rebeldía, sabemos que no le duró mucho, en cuanto lo mandaron llamar y le recordaron quien ejercía el cargo volvió al mutismo. A don Adolfo no le temblaba la mano, aunque ahora haya por ahí quien lo quiera calificar de represor por haber ejercido la autoridad cuando era necesario, para mantener la paz social. Esa que permitió al país crecer, desarrollarse y ver que era factible alcanzar un futuro mejor en base al esfuerzo, el trabajo y el estudio, algo que hoy quisiéramos fuera una aspiración con posibilidades de [email protected]

Añadido (21.41.144) Encantado se le veía, vestido de blanco, compartiendo con su oveja quien lucía un atuendo negro. ¿Habrá ido esta última a recibir instrucciones sobre como concluir el proceso de destrucción de la economía de su país?  Por cierto, la vasija lucía vacía, ¿Así habrá estado cuando llegó?

Añadido (21.41.145) No pierden oportunidad para demostrar lo culto que son en el manejo del lenguaje “yugoesclavo.”

Añadido (21.41.146) Apenas se hizo público, pero desde hace un par de meses era notorio, para el común de los estadounidenses, que la cadena de abastecimiento estaba rota y la inflación disparada. En México, los analistas económicos aun no se percatan de ello, es que aun no les avisan sus fuentes de información confidencial.

Añadido (21.41.147) Ya empezamos a ver los logros obtenidos durante la visita de los funcionarios estadounidenses a México. “The Department of Homeland Security” anunció que, a partir de mediados de noviembre, se reinstalara la política de permanencia en México para quienes, sin documentos, quieren cruzar a los EUA. Así, poco a poco, no vaya a ser que nos atragantemos de felicidad, nos iremos enterando de los éxitos logrados por los funcionarios mexicanos durante la reunión.

Notas Relacionadas

No me ayudes compadre

Hace 10 horas

Episodio de misterio

Hace 10 horas

Samuel cacaraquea en NL, pero Coahuila pone el huevo; Iberdrola elige a Saltillo

Hace 10 horas

Más sobre esta sección Más en Coahuila

Hace 10 horas

No me ayudes compadre

Hace 10 horas

Episodio de misterio

Hace 10 horas

Samuel cacaraquea en NL, pero Coahuila pone el huevo; Iberdrola elige a Saltillo