Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Saca Ejército a maestros atrapados en balacera en Chiapas Suspenden madres buscadoras actividades en Chilpancingo Acusan policías de Campeche… ¡patrullas sin combustible! Denis Villeneuve dice que Zendaya será muy importante en Dune 3 PlayStation trabajaría en una nueva portátil

Zócalo

|

     

Opinión

|

Información

< Opinión

 

Coahuila

La excepción confirma la regla

Por Silvia Guadalupe Garza Galván

Hace 2 años

Queridas amigas y amigos, en esta oportunidad, me parece oportuno revisar el significado de la figura del médico en nuestro país, sobre todo a más de un año en condiciones de pandemia y el irresponsable manejo de la misma, sumada luego a la estrategia de vacunación, que discriminó a las y los médicos que no trabajan en el sector público, incluyendo la indiferencia del titular del Ejecutivo que, en su momento, les dejó muy claro “que se vacunen cuando les toque”.

Sin embargo, pese al abuso y abandono al que se les ha sometido, la figura del médico brilla como ninguna en la historia de nuestro país, profesionales que solo han aportado prestigio y progreso a su quehacer, lo que no solo es una frase, tienen nombre y apellido, cabe mencionar –para empezar– que el primer reconocimiento de Medicina en México, se le otorgó a Juan Blanco de Alcázar en 1553, lo que nos habla de una tradición que se ha forjado a lo largo de 468 años.

Así, para el siglo 19 destacaron nombres como los del Dr. Leopoldo Río de la Loza Guillén, quien además de médico, farmacéutico y químico, fue el primer mexicano en obtener oxígeno y nitrógeno en laboratorio, además de su participación en la epidemia de cólera de 1833; el Dr. José María Vértiz y Delgado, quien fue el primer oftalmólogo en operar cataratas e inventar el tratamiento de abscesos hepáticos mediante la canalización continua con ductos metálicos; el Dr. Fernando Quiroz Gutiérrez con el tratado de Anatomía Humana; el Dr. Eduardo Liceaga, médico pediatra introductor de la vacuna contra la rabia en México y creador del Hospital General; el cirujano Dr. Rafael Lavista, miembro de la Academia Mexicana de Medicina, el Dr. Manuel Carmona y Valle, que estudió el infarto pulmonar y llevó a cabo investigaciones sobre la fiebre amarilla, el cólera y fiebres pulmonares; todos ellos honrados en la Ciudad de México, en la colonia Doctores, donde las calles llevan sus nombres.

El siglo 20 también cuenta con brillantes eminencias como el Dr. Jesús Kumate Rodríguez, médico cirujano, especialista en infectología pediátrica; al Dr. Carlos MacGregor Sánchez Navarro se le debe la consolidación de la práctica y estudio de la Ginecobstetricia en México; el Dr. Rubén Argüero Sánchez, cirujano cardiotorácico, realizó el primer trasplante de corazón en México y pionero a nivel mundial, en el implante de células cardiacas, el Dr. Juan Ramón de la Fuente Muñiz fundó el Instituto Mexicano de Psiaquiatría.
El Dr. Ignacio Madrazo Navarro neurocirujano, académico e investigador reconocido mundialmente por realizar el primer trasplante experimental de células nerviosas tomadas de un embrión humano, investigador de la regeneración de células de la médula espinal y el tratamiento del mal de Parkinson; el Dr. Mauro Loyo Varela es otro distinguido neurocirujano, fue el primer latinoamericano en obtener el Premio Scoville de la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía (WFNS, por sus siglas en inglés) a la Innovación, ha diseñado 53 instrumentos quirúrgicos, así como tres técnicas quirúrgicas originales en neurocirugía.

Otro nombre que no podría faltar, pese a que, la lista de distinguidos y valiosísimos médicos es muy amplia, es el del Dr. Valentín Gómez Farías, a quien se debe la inauguración del Establecimiento de Ciencias Médicas en la Ciudad de México, por lo que en su homenaje se instituyó el Día Nacional del Médico el 23 de octubre, fue Presidente de la República.

Como ven, el universo de la medicina mexicana se ha forjado en las sólidas bases del prestigio y del más noble compromiso de distinguidos médicos, que además han puesto el nombre de nuestro país en lo más alto, a nivel internacional.

Lamentablemente, no será en estas gloriosas páginas, en las que pueda incluirse el nombre del Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, la triste y vergonzosa excepción que confirma la regla, en un país que se respeta en el campo de la Medicina, por primera vez en la historia –y esperamos la única– damos cuenta del médico, que lo único que pudo aportar –hasta hoy– son más de 233 mil mexicanos muertos, entre ellos más de 4 mil, colegas médicos y personal de salud, quien pasará a la historia como el “médico” que además acusó a niños con cáncer de “golpistas”.

Más sobre esta sección Más en Coahuila

Hace 22 horas

Otro de la lista

Hace 22 horas

Debate en Torreón

Hace 22 horas

Reyes no gana ni a las canicas