Guadalajara, Jal.- Cuando lo internó a un centro de tratamiento de adicciones en Zapopan, la mamá de Gerardo Leonel Contreras Aguilar buscaba una nueva vida para su hijo, pero ésta le fue arrebatada.

La familia acusa al “anexo” de cometer asesinato, según consta en la carpeta de investigación 41996/2022 del área de Homicidios Dolosos de la Fiscalía de Jalisco.

“No es justo que personas, así como mi hermana, que quieren ayudar a sus hijos a salir del mundo de la drogadicción, en vez de ayudarlos, a veces uno los lleva hasta la propia tumba”, lamentó María Gutiérrez, tía de Gerardo.

En un momento en que Gerardo tenía una crisis por su drogadicción, su madre le pidió a un conocido que le recomendara centros de tratamiento y fue así que le hablaron de uno ubicado en Tabachines. El lugar no está registrado ante el Consejo Estatal Contra las Adicciones en Jalisco.

Entre las 14:00 y las 15:00 horas del 4 de junio, seis hombres a bordo de una Ram blanca llegaron a la vivienda de la Colonia Artesanos, en Tlaquepaque, para llevarse a Gerardo.

“Él estaba muy agresivo y creo que a uno o a dos de ellos los agredió, entonces ellos lo sometieron y lo iban ahorcando con el brazo”, explicó María.

El hombre debía ser llevado a las instalaciones en Tabachines, según lo acordado, pero pasados 20 minutos, su familia recibió una llamada.

“Le dicen a ella que ellos ya no se hacían responsables, que se les había escapado de la camioneta sobre Guadalupe y Periférico”, recordó su tía.

Los familiares fueron a las instalaciones del centro a preguntar por Gerardo.

“Mis dos sobrinas fueron y (…) (ellos) no hallaban qué decir”, denunció la mujer.

Al no encontrarlo, iniciaron la búsqueda con fichas y una denuncia ante la Fiscalía.

Finalmente, el cadáver de Gerardo fue hallado el 6 de junio en Zapopan. Estaba envuelto con una cobija y con una camisa en la cabeza, además lo habían amarrado con una soga en el kilómetro 17 de la carretera a Saltillo, a 400 metros del predio La Fortaleza.