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La poética de Japón

Por Christian García

Publicado el domingo, 16 de abril del 2017 a las 08:10


Hoy se cumplen 45 años de la muerte del primer japonés en ganar el Premio Nobel de literatura

Saltillo, Coah.- Un Japón cubierto por flores de cerezos y con el fondo del Monte Fuji es la imagen más cercana a la prosa del escritor Yasunari Kawabata quien, gracias a su sensibilidad poética, melancólica y bella recibió el premio Nobel de Literatura en 1968.

LO BELLO Y LO TRISTE

Kawabata nació en 1899 el 11 de junio en la prefectura de Osaka, en Japón. Hijo de una familia acomodada, pues su padre era médico, tuvo una infancia trágica que comenzó con la muerte de sus padres cuando él contaba con 4 años.

Después de quedar huérfano, Yasunari pasa a vivir con sus abuelos paternos, mientras su hermana mayor fue adoptada por una de sus tías, rompiendo así la relación familiar que mantenían, pues sólo volverían a verse una vez más antes de la muerte de ella a los 11 años.

Al morir sus abuelos paternos, Kawabata se muda con los maternos, de quienes se aleja en 1916, cuando se muda a una pensión cerca de la escuela en donde se gradúa al año siguiente. En 1920 comienza su etapa en la universidad, estudiando la carrera de Literatura en Lengua Inglesa y posteriormente, Literatura Japonesa, en donde comienza a publicar sus primeros textos en una revista univeristaria.

Cuatro años más tarde, Kawabata comienza la publicación de su obra en la revista Bungei-jidai, propiedad del grupo al que pertenecía, donde comienza a deslumbrarse el principal rasgo estilístico del autor en el que se convertiría posteriormente: una narración delicada que apelaba a las sensaciones, así como una prosa que despertara los sentidos. En 1927 publica su primer novela llamada La Bailarina de Izu.

La consagración literaria le llegaría 10 años más tarde con la que muchos consideran su obra maestra País de Nieve, en donde relata la historia de una geisha que ha visto ir su juventud con el paso del tiempo y un joven hombre de negocios.

Entre los premios que Kawabata recibió en su carrera literaria se encuentran la medalla Goethe en Frankfurt en 1959 y 11 años después es premiado con el Nobel de Literatura, en donde pronunció su discurso llamado Del Hermoso Japón y su Yo.

El autor, quien había mantenido una relación amistosa e intensa con el escritor Yukio Mishima, otra de las promesas de las letras japonesas, quien se suicida, provoca una depresión en Kawabata.

El escritor abandonaría el mundo, también por su propia mano el 16 de abril de 1972, por inhalación de gas. Dejando un legado literario de belleza y tristeza ligadas en sus obras.

OBRA Y ESTILO

El estilo de Yasunari parte de la que fue llamada La Nueva Escuela de las Sensaciones, en donde con una descripción clara y precisa, pero llena de adjetivos, lograba crear una atmósfera deslumbrante, con pasajes místicos de la naturaleza, jugando siempre con la sinestesia del lector.

Además de las sensaciones físicas, Kawabata era un maestro en cuanto a la creación de personajes femeninos, seres que movidos por el paso del tiempo, la venganza, el deseo y el amor, eran siempre las figuras centrales en sus novelas. Todas ellas desgarradoras y sensibles.

Entre sus obras más representativas se encuentran la novela Lo Bello y lo Triste, El Rumor de la Montaña, Mil Grullas y su obra maestra País de Nieve. Todas ellas enmarcadas en los temas de las relaciones tormentosas entre una mujer y un hombre, sello indiscutible de uno de los autores clásicos de Japón y de la literatura universal.

Kawabata ha sido tan influyente que incluso el premio Nobel de Colombia de 1982, Gabriel García Márquez, escribió su novela Memorias de mis Putas Tristes, inspirado en la obra La Casa de las Bellas Durmientes del escritor japonés, a quien más de uno, le debe las gracias por su influencia en cuanto a las atmósferas delicadas y a los personajes femeninos.

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