La semana pasada resalté las similitudes que vinculaban a don Francisco I. Madero con don Rafael Cepeda de la Fuente. Se consignó en este espacio que tenían casi la misma edad y que desde que cursaron la preparatoria en Saltillo, hasta que posteriormente ambos realizaron estudios en Francia, don Francisco y don Rafael, coincidieron en tiempo y espacio.

En ninguno de los textos en los que he investigado lo referente a don Rafael, se menciona directamente algún vínculo entre él y don Francisco I. Madero, sin embargo, al ir atando los cabos de sus actividades, nuevamente coinciden estrechamente, por ejemplo, don Rafael fundó, junto con Serapio Aguirre, Urbano Flores y Adolfo Huerta Vargas, el Club Antirreeleccionista de Saltillo; posteriormente, en 1908, para apoyar la candidatura a gobernador de Venustiano Carranza, funda, en 1908, el Centro Democrático Coahuilense.

Ese mismo año, Madero publicó su polémico libro, La Sucesión Presidencial en 1910, en el que expuso las principales cuestiones políticas que inquietaban al país, el cual tuvo mucho éxito, y en 1909 fundó el Partido Nacional Antirreeleccionista; apoyó económicamente la reanudación de la edición del periódico, Regeneración, en esa misma época Rafael Cepeda funda el periódico Reconquista.

Posteriormente, ya en 1910, ambos próceres coinciden en San Luis Potosí, donde el doctor Cepeda se había refugiado debido a que en Saltillo fue perseguido por sus ideales de cambio y su postura contra Porfirio Díaz. En San Luis Potosí fundó otro centro antirreeleccionista y cuando Madero visitó esta ciudad en su campaña, como candidato presidencial, este fue encarcelado bajo los cargos de conato de rebelión y ultraje a las
autoridades.

En algunos textos se relata que Cepeda también fue preso por alentar al pueblo Potosino a apoyar a Madero, y en otros artículos se dice que Cepeda junto con un grupo de ferrocarrileros, ayudaron a Madero a fugarse tiempo después. Ya sea que esa ayuda de Cepeda a Madero se haya efectuado desde adentro de la cárcel o desde afuera, todos los textos coinciden en afirmar que Madero huye a San Antonio, Texas, y Cepeda hace lo mismo, recalando en la misma ciudad de Estados Unidos.

Desde que tengo memoria, me gusta mucho leer; he relatado ya en este espacio cómo mi abuela paterna, doña Eva Peart Pérez, me enseñó a leer antes de entrar a preescolar, y de lo que más me ha gustado leer es sobre historia, al aprender sobre lo que sucedió hace miles o cientos de años, puedes comprender lo que sucede ahora, y también se podría prever que no volviera a suceder aquello que hizo daño a la humanidad o al planeta, sin embargo, lamentablemente al permanecer ciegos o sordos ante los hechos históricos, redundantemente la historia se repite a sí misma, dando pie al dicho que reza: “El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”.

Por supuesto que no soy un historiador, pero al estar investigando sobre el doctor Rafael Cepeda y su proceso de involucración en el movimiento contra el Porfiriato y el sistema político de reelección –practicado en esa época no solo por el presidente Díaz, sino por casi todos los gobernadores, como el caso de Miguel Cárdenas de los Santos, quien al puro estilo porfirista llevaba como Gobernador de Coahuila 15 años– he ido encontrando retazos vinculantes de nuestra historia patria, que no puedo dejar pasar, y debo compartir en este espacio, pues me parecen sumamente interesantes y trascendentes para poder comprender cabal e integralmente, lo que sucedió en nuestro país alrededor de 1920.

Esto que a continuación relataré, arroja una intensa luz esclarecedora guiada por la lógica y el sentido común, sobre acontecimientos que por lo menos para mí, permanecían en la oscuridad ante la falta de hilamientos coherentes entre los ¿por qué? ¿para qué? ¿cómo? y ¿cuándo? de nuestra Revolución Mexicana. Además, para precisamente no perder el hilo de la relación Madero-Cepeda, se comprenderá mejor cómo un doctor y catedrático, Rafael Cepeda de la Fuente, se convierte en general del movimiento armado y gobernador de tres estados.

Debido a que esta semana el espacio de esta columna ya me es insuficiente para compartir mis hallazgos, adelantaré como un preámbulo a la siguiente entrega lo que sigue: Hasta el día de hoy, al oír o leer sobre lo acontecido el 20 de noviembre de 1910, solo sabía que se tiene esa fecha como el inicio de la lucha armada contra el régimen dictatorial de Porfirio Díaz, pero por lo menos desconocía que ese domingo, cerca de las 6 de la tarde, Madero cruzó la frontera para asumir el mando de la rebelión, cerca de la entonces paradójicamente llamada Ciudad Porfirio Díaz, ahora Piedras Negras, Coahuila, esperando encontrarse y contar con más de 400 hombres armados, pero se llevó una fuerte decepción al ver solamente a su tío Catarino Benavides con apenas una docena de
seguidores.

Madero consideró que la Revolución había fracasado y regresó a Estados Unidos sin saber que varios grupos rebeldes se habían levantado en armas en varios estados de la República. Continuará…