Quién hubiese imaginado que con el dinero incautado por el Departamento del Tesoro en Estados Unidos a Héctor Javier Villarreal Hernández, y presuntamente devuelto a México, se podría mantener un país y todavía sobraría pa’ las cocas.

Al cierre de los Juegos Olímpicos y a escasas horas de la ceremonia de clausura, la representación de México ha obtenido 5 medallas en París 2024: tres de plata y dos de bronce, asegurando el lugar 65 de 93 países ganadores en la competición. Una cosecha similar a la de Río 2016, pero inferior a la de Pekín 2008, o Londres 2012.

Tomando en cuenta que las cuatro preseas de bronce logradas en Tokio 2020 le colocaron en el sitio 84, y que participaron entonces 162 deportistas en 29 disciplinas, así como 108 competidores en 26 deportes el presente ciclo, se configura un fracaso para el deporte nacional en el “Obradorato”.

Taekwondo, que dio medallas consecutivas de 2000 a 2016, pero no en 2020 ni 2024, es decir, con la cuarta transformación, es el ejemplo para medir el desempeño de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).

Ahora bien, centrémonos en el botín.

A nombre del gobierno de púlpito y chequera que representa, y pretendiendo sacar raja política como siempre, Obrador anunció días antes de comenzar la justa olímpica de verano que fueron reintegrados 579.5 millones de pesos, equivalentes a 32 millones de dólares, producto de la incautación a Villarreal en suelo estadunidense, y los recursos fueron depositados al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep).

Para “demostrarlo” exhibió el recorte fotográfico de un oficio, con fecha 10 de julio, un párrafo de texto, sin sellos ni firmas, con los apellidos de Héctor Javier ridículamente testados aunque no su cargo para mayor identificación: exsecretario de Finanzas del Estado de Coahuila.

Ese dinero supuestamente regresado a México sería utilizado para darles “un apoyo”, “una recompensa”, a los atletas que subieran al podio. Una especie de motivación, pues.

“Les va a tocar lo que nos devolvieron; una parte, todavía les falta (…) Por primera vez confiscan dinero y nos mandan lo confiscado (…) Se van a rayar, ya tenemos ahí apartado”.

Días después amplió el radio y por tanto el número total de hipotéticos beneficiarios: “Se les entrega a todos; a los que ganaron medalla un poco más (…) A toda la delegación, entrenadores, a todos los deportistas”. E inclusive prometió, ya entrados en gastos, “también para los paralímpicos”.

Inclusive, el año pasado había pedido a la Fiscalía General de la República -o por lo menos eso dijo durante una conferencia matutina de las que se caracterizan por el número de mentiras ahí vertidas- destinar esos recursos a la campaña para prevenir la drogadicción.

Los dos pesos de Bartola (Chava Flores, dixit) rinden para todo.

Tenemos por Presidente a un creador de contenido. Todos los días el equipo de comunicación social provee las herramientas para su stand up mañanero. Otros más, desde la ilegalidad, sirven como instrumento de apoyo e integran el aparato de propaganda y desinformación que fungen como esbirros en redes sociales para orientar la conversación, y denostar sistemáticamente la crítica.

La primera vez que usó el affaire con Villarreal fue durante la víspera del proceso electoral 2022-2023 para renovar la gubernatura de Coahuila. Casualmente, el 12 de abril de 2023. “A ese estado lo agarraron de caja chica”, dijo en su día. Incluso en los debates organizados por el IEC en la campaña estatal, dos de los cuatro candidatos a Gobernador replicaron la información, hasta entonces imposible de verificar, y se colgaron del tema: Lenin Pérez, de UDC, y Mejía Berdeja, del PT.

A la fecha, sin embargo, Obrador públicamente ha mencionado el asunto en nueve ocasiones más, dependiendo las necesidades del momento.

Cortita y al pie

Al grano: al día de hoy no existe prueba de que haya sido reintegrado ese dinero al Gobierno de México. Y la narrativa oficial, por lo demás, repite que no fue el Gobierno Federal, pese a que cuenta con presupuesto para ello, sino indirectamente Coahuila, quien financió a los atletas. No sólo a las arqueras de Saltillo y Ramos Arizpe. Nadie sabe para quién trabaja.

La última y nos vamos

No obstante, para fraseando a Kundera, la vida está en otra parte. Ayer Ismael “El Mayo” Zambada, a través de una carta difundida por su abogado, dirigida a la opinión pública y usando los medios de comunicación como caja de resonancia, explicó cómo sucedió su detención, ante las especulaciones iniciadas por el Gobierno de México y el silencio de los Estados Unidos.

Desde 2021, como contexto, se documentó la participación de la delincuencia organizada en la elección donde Morena ganó la gubernatura de Sinaloa con Rubén Rocha Moya. Éste ahora, en contubernio con una facción del Cártel de Sinaloa, según la versión del capo, le habría tendido una emboscada que, más allá de la repercusión internacional, revelaría la colusión del partido guinda con el crimen. O dicho de otra forma: un narcogobierno.

Así que quien pretende politizar con un tópico de Coahuila, recordando una trama de corrupción que ha sido superada ya múltiples veces en cuantía por otras perpetradas durante su sexenio (la lista es larga y el espacio se agota), tiene al elefante en la habitación.