Arte
Por
Christian García
Publicado el sábado, 10 de mayo del 2025 a las 04:25
Saltillo, Coah.- De cierto modo el ensayo es el hongo de los géneros literarios. Una espora se planta y comienza a crecer en una red de correspondencias que avanzan, retroceden, crecen y se cortan. Se separan y se unen. En cuestiones de ensayo, el tema es el micelio –la red de tejido que conforma el hongo y que puede extenderse por kilómetros bajo tierra–, mientras que el libro es la seta, su parte visible. Lo que creemos que es el hongo y el ensayo terminado.
Esa idea puede aplicarse al libro más reciente de Naief Yehya: El Planeta de los Hongos. Una Historia Cultural de los Hongos Sicodélicos (Anagrama, 2024). En este libro, que se presentará hoy en la Feria Internacional del Libro de Coahuila, el autor repasa por medio de la anécdota personal –“en la adolescencia me metí algunos viajes con hongos”, dice en entrevista–, el periodismo y el ensayo para escarbar, como si fuera un perro buscando una trufa negra, los puntos que convierten a la historia de los hongos en la de toda la humanidad.
Pero Yehya, para escribir este libro, se encontró en el mismo punto que todo buscador de hongos: ¿por dónde empezar más allá de su experiencia, intensa pero breve, en el mundo de la sicodelia? La respuesta fue, precisamente, ir hacia afuera, pues observó que desde hace algunas décadas “hubo una efervescencia súbita, un regreso de la cultura de los sicodélicos, un despertar a esto, una desprohibición, un gran interés mediático. Eso fue lo que me enganchó.
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Y una vez que empecé a pensar el hongo, la sicodelia en general, pero el hongo en particular, el texto se fue escribiendo solo, fue empezando a tener sus propias características, empezando a crecer por sí mismo, que es lo mejor que puedes pedir cuando estás haciendo un ensayo. Cuando no tienes ni que empujar, cuando realmente el texto te va jalando a ti. Y así fue. Hubo una serie de factores que se fueron entrelazando para que tuviera fluidez el regreso a esto”, dijo Yehya en entrevista con Zócalo.
Por ello, el autor terminó explorando también el mundo extraño del hongo. Hay en el libro una sensación de asombro ante la extrañeza del reino fungi: ¿es un animal, una planta, ambos o ninguno? Parece decir la atmósfera enrarecida que permea en el libro que ahonda en el uso sicológico, recreativo, científico y espiritual de los hongos.
Así, el libro se convierte también en un viaje bordeado por los dos caminos que han envuelto al hongo desde su contacto con el ser humano: el científico y el espiritual. Escéptico pero también provocador, Yehya aborda la relación de los sicodélicos con la creación de las religiones, el inicio de la espiritualidad, pero también con apropiación de esas ideas culturales para la masificación capitalista, la exploración medicinal que podría tener y hasta el uso militar que la CIA intentó darle al LSD, la droga destilada del hongo.
Para Yehya “los sicodélicos tienen esta cosa maravillosa o sospechosa, depende como lo quiera uno ver, de que juntan estos dos elementos. Igualmente podemos acercarnos al hongo como algo místico, mágico, como algo que la tierra produce, que tiene una conexión con culturas ancestrales, con otros mundos, con otras dimensiones, lo que uno quiera y también está el otro elemento, el elemento duro de la ciencia, de los neurotransmisores, los neurotransmisores fúngicos que se camuflajean en neurotransmisores animales y pueden hackear nuestro cerebro y podemos entenderlo ahora un poco más.
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Todo esto empieza a dar una serie de lecturas: por un lado tienes el elemento místico y por el otro lado el elemento técnico-biológico, pero también hay otras lecturas. Entonces de repente tenemos en un tiempo de renacimiento de la búsqueda mística, porque hemos transitado el siglo 20 por momentos de gran escepticismo y duda de las religiones, de gran cuestionamiento de si realmente hay un dios o algo divino, algo más y hemos entrado en olas en las que en unas es más común pensar que no y de repente es más común pensar que sí, o a veces es mejor ser ambiguo, dudar pero probar. Pero todos estos momentos que hemos vivido no nos han dado una respuesta definitiva, seguimos con las mismas dudas, seguimos siendo el mismo chango de las cavernas. Entonces creo que la mística ha estado ahí siempre lista para explotar”, señaló.
Y es esa experiencia místico-tecnológica un de los puntos más interesantes que explora Yehya en El Planeta de los Hongos. En este apartado aborda, por ejemplo, la forma en que los hongos se comunican por una red de transmisores químicos y eléctricos de una forma parecida a Internet. También explora las relaciones simbióticas que tiene con otros animales o, por el contrario, las parasitarias –ahora está de moda la idea gracias a la serie The Last of Us, apunta Yehya–, formas de las que los humanos podrían aprender.
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Lo místico siempre busca algún canal para reposicionarse, entonces de repente encontramos en la ciberdelia otra nueva forma de acercarnos a lo místico a través de las pantallas, a través de la experiencia digital, cibernética, impulsada, activada y detonada por sustancias sicodélicas, como fue un poco la experiencia que tuvieron quienes crearon Internet. Entonces ese acceso a lo ‘divino’ era imposible de ignorar, imposible de rechazar esa posibilidad de reconectarnos, de religarnos”, algo que el también autor de Mundo Dron aprendió del científico Terrence McKenna, quien hace algunos años estableció la hipotésis del “stoned ape” u “mono drogado”, la cual señala que fue el consumo de sicodélicos los que ayudaron a dar el paso definitivo para la consciencia.
Así, El Planeta de los Hongos es un libro consciente del crecimiento fungíco que posee, pero también de sus espacios los cuales tantea, rodea o saca la vuelta y que va desde la confrontación con hechos hasta dejar volar la imaginación, porque como dijo Yehya “para escribir este libro aprendí de Terrence McKenna cuando dijo, sobre uno de sus libros que el hongo le dijo cómo escribirlo y eso a mí me encanta porque tú McKenna era un tipo súper, súper científico, súper crítico y súper escéptico, pero a la vez podía jugar a ser el más crédulo, el más disparado, el más alucinado de todos. Creo que así deberíamos abordar el mundo de los hongos y la sicodelia, dejándonos llevar por el viaje”, concluyó Yehya
HOY:
El Planeta de los Hongos. Una Historia Cultural de los Hongos Sicodélicos
De Naief Yehya
Presenta Christian García
Anagrama
Sala Julio Torri
17:30 horas
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