Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el miércoles, 13 de noviembre del 2024 a las 03:54
Ciudad de México.- Con su primera ópera, Magos Herrera entra en la piel de Sor Juana.
Se trata de una comisión del Museo Metropolitano de Nueva York para escribir una ópera de cámara a partir del poema Primero sueño (1692), en colaboración con la compositora estadounidense Paola Prestini.
En la Carta respuesta a Sor Filotea de la Cruz, la monja jerónima asegura que “papelillo” que llaman El sueño es lo único que escribió por su propio gusto.
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Es mi primera ópera, es entrar debajo de la piel de Sor Juana”, dice en entrevista la cantante de jazz y compositora, quien desde hace año y medio trabaja con Prestini en el proyecto.
El libreto es una reducción del poema de 975 versos, una joya de la literatura barroca, cuyo tema fundamental es la sed de conocimiento del ser humano.
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Ella se metió a ser monja por la necesidad de conocimiento y para poder decir lo que quería. (En el poema) ella se duerme y el alma se desprende del cuerpo y comienza a elevarse a través de una pirámide, llega a la punta de la pirámide; sube para ver el gran todo”, sintetiza.
Para aproximarse a Primero Sueño, la cantante realizó dos residencias en México para asesorarse con un equipo conformado por Sara Poot Herrera, Alberto Ruy Sánchez, Mónica Lavín, Conrado Tostado y Alfonso Miranda.
Prestini es una compositora con experiencia en la ópera; le han encargado obras instituciones como la Sinfónica de Chicago, la Filarmónica de Los ¡ngeles y el Festival de Cannes.
En los discos de Herrera, todos los temas son suyos, o la mayor parte, desde aquel primer álbum, Orquídeas susurrantes (2000).
La organización Chamber Music America premió su trabajo en 2020 por su disco Dreamers (2018), con el afamado cuarteto de cuerdas Brooklyn Rider y joyas del cancionero iberoamericano, que asumió como el aval a su trabajo.
Fruto de ese galardón surgió Aire (2023).
Muchas de las piezas de este último disco carecen de letra, como “Papalote” o “Choro de Lua”, y ella las considera “más composicionales”.
“Eso me nutrió y me estimuló para abrazar esa definición (de compositora) con mayor certeza y aprendizaje también, porque cada definición exige un conocimiento”, responde con modestia.
Los versos de Sor Juana, por su propia musicalidad, marcaron el cauce a seguir: Herrera se encargó de la melodía y la armonía a partir del libreto y Prestini orquestó para las siete voces: la de la monja y seis más del ensamble alemán Sjaella.
“Queríamos que fuera muy acústica y minimalista. Mi voz es Sor Juana y las otras seis voces serán otras monjas del convento y también personajes de Primero sueño”.
A medida que avanzaban en la escritura, consideraron necesario ampliar la dotación instrumental, por lo que invitaron a Luca Tarantino, intérprete de la tiorba, instrumento barroco similar al laúd, y la guitarra española.
Al indagar en el México barroco descubrieron que gran parte de lo que se escucha con el son jarocho proviene de la época, por lo que decidieron contar con el arpista Celso Duarte, quien también interpreta la jarana y la quijada, además de otras percusiones.
El artista visual mexicano David Herrera se encargará de la elaboración de máscaras de alambre para representar a los personajes mitológicos a los que alude Sor Juana y que serán usadas en la obra.
Trasladan el tópico de la peregrinación del alma durante el sueño del poema a la ópera, puesto que Herrera y el coro alemán recorrerán las galerías del Met Cloisters, inaugurado en 1938 como sucursal del museo neoyorquino y dedicado al arte y la arquitectura de la Edad Media.
Es ahí donde se estrenará esta “ópera procesional” el 23 de enero de 2025, con tres representaciones consecutivas más.
Esta comisión del Met se desprende de la publicación del disco Con alma (2020), concebido como un “diario sonoro del confinamiento”, donde colaboraron Herrera y Prestini.
Creado y grabado de forma virtual durante la pandemia, la dupla convocó a una treintena de músicos, entre ellos el chelista estadounidense Jeffrey Zeigler, exintegrante del Kronos Quartet; el clarinetista sirio Kinan Azmeh, de Silk Road, y el mencionado conjunto Sjaella, además de la Orquesta Sinfónica de Minería.
“Ojalá podamos llevar Primero sueño a México”, expresa la cantante sobre el nuevo proyecto.
Con ese propósito han mantenido conversaciones con Carmen López Portillo, exrectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana.
Primero sueño forma parte de las celebraciones por los 25 años de discografía de Herrera, con once álbumes publicados a la fecha desde Orquídeas susurrantes, sin contar sus participaciones en grabaciones de otros músicos. En aquel primer disco ya se aprecia su preferencia por el uso de instrumentos acústicos, mucho más evidente en sus producciones más recientes con cuartetos de cuerda, ensambles de cámara y orquesta.
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Parte de la razón es que mi voz funciona muy bien en contextos acústicos por la tesitura de mi voz, por el tono, que es ‘maderoso’, y, además, hoy en día, a diferencia de cuando hice Orquídeas susurrantes, el color de mi voz está entre la viola y el violonchelo”.
Aunque su banda incluye batería, aclara, la aproximación es acústica.
‘Mi carrera no es de nostalgias’
El camino elegido por Herrera ha sido de una búsqueda constante.
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La mía no es una carrera de nostalgias, sino siempre hacia adelante, buscando mi voz, y la encontré”, asegura. “Por muchos años no miré hacia atrás porque yo estaba buscando mi identidad, en la que yo pudiera decir: ‘Aquí es donde quiero navegar’, y la encontré. “No estoy diciendo que llegué a ningún puerto sino que encontré un barco en el que me gusta navegar y sigo navegando”.
Para celebrar su trayectoria, se permite mirar atrás.
Por ello ofrecerá un concierto antológico con una selección de su discografía este miércoles a las 19:00 horas en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM junto a su banda y las cantantes Eugenia León y las hermanas Ingrid y Jennifer Beaujean. “Siempre he intentado encontrar mi propio vuelo, mi propia narrativa y las propias historias que quiero contar en cada producción, y que el marco donde las presento esté alineado con ciertos elementos del jazz que siempre me han gustado.
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Por un lado, cierta sofisticación armónica, la conversación entre los músicos cuando tocamos, y aproximar la voz como instrumento. Es decir, buscar texturas y variaciones, con improvisaciones, con líneas sin letras”.
Herrera lo resume en la unión de los mundos que le gustan en una identidad sonora, pero siempre con un pie en la identidad latinoamericana.
El concierto se enmarca en el Festival Cultura UNAM.
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