Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el viernes, 23 de julio del 2021 a las 05:00
Ciudad de México.- Al considerar que actualmente hay más escritoras y, en general, más mujeres en posiciones importantes, la autora y periodista Elena Poniatowska confesó su apoyo por la actual Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en su intención por alcanzar la presidencia del país.
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La propia Claudia Sheinbaum, por ejemplo, que se dice que va a ser presidenta. Ojalá y sea. Bueno, yo la apoyaré corriendo porque me encantaría ver una mujer en la Presidencia de México”, expresó Poniatowska, conocida amiga y partidaria del presidente Andrés Manuel López Obrador, este miércoles en conversación con la lingüista mixe Yásnaya Aguilar Gil.
En el estreno de la segunda temporada de ConversAFondo, programa virtual de Nauyaka Producciones y Desinformémonos, la autora de La noche de Tlatelolco recordó que hubo muchas escritoras que no fueron reconocidas en su tiempo, como María Lombardo de Caso, Josefina Vicens o Guadalupe Dueñas.
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Estuvo Guadalupe Amor, que era tía mía; era prima hermana de mi mamá. Y era, ¡hijo! Ella salía al Paseo de la Reforma, traía un abrigo de mink, se lo abría y decía: ‘¡Yo soy la reina de la noche!’ Y hacía poesía también. En fin, hubo mujeres muy valiosas, pero se les consideraba un poquito como que les faltaban varios tornillos”, opinó.
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Incluso a Frida Khalo. Ahora es una santa, bueno, ahora es un ícono, pero en su época, en Coyoacán ella salía y era ‘la mujer de Diego Rivera’. Y simplemente le decían ‘la coja’ porque le fallaba una pata. Yo no creo que hubo mucho reconocimiento para las mujeres”.
La Premio Cervantes también hizo mención de creadoras como Antonieta Rivas Mercado o Nellie Campobello.
“En fin, esas mujeres eran como exhibidas, pues ‘¡por qué se habían atrevido a salirse del huacal?’, ‘¡por qué querían ser distintas?’”, rememoró.
Guiada por las preguntas de la escritora y activista mixe, Poniatowska abordó lo mismo su relación con su lengua materna, que no es el español, sino el francés, pues nació en París en 1932, que su amistad y relación intelectual con figuras como el dibujante y grabador Alberto Beltrán del TGP o el antropólogo Oscar Lewis.
Asimismo, su acompañamiento a diferentes causas desde la diversidad cultural, como a los pueblos indígenas, evocando el pasaje de cuando recibió el Premio Cervantes en 2013 usando un vestido de satín rojo que mujeres juchitecas le obsequiaron.
“Yo voy a pedir que me entierren con ese vestido, ya me falta poco. Pero si me saco algún otro premio, me lo vuelvo a poner”, compartió.
La escritora y periodista tampoco fue omisa respecto a cómo comenzó su carrera a partir de entrevistas y, sobre todo, cómo fue para ella compaginar las letras con la maternidad.
“Yo acostaba a mis hijos muy temprano, a las siete, siete y media. Protestaban un poquito, pero entonces ya podía yo escribir”, dijo.
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