Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el martes, 22 de junio del 2021 a las 05:00
Ciudad de México.- El hallazgo en Coahuila del cráneo casi completo de un dinosaurio que murió hace 72 o 73 millones de años ha permitido no solo identificar una nueva especie “platicadora”, la Tlatolophus galorum, sino también conocer más acerca del territorio donde herbívoros, como él, y también carnívoros, coexistían.
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Seguimos abonando en el conocimiento, porque años atrás, si uno busca en las reconstrucciones de cómo era México en el pasado, la mayoría de las veces lo representaban sumergido en el mar. Hoy estamos contribuyendo a aclarar parte del aspecto que tenía lo que hoy es el norte de México”, explica en entrevista Felisa Aguilar, quien preside el Consejo de Paleontología del INAH y es parte del equipo que identificó la especie del periodo Cretácico, la onceava descubierta en el país.
En realidad, la zona de la que forma parte el ejido Guadalupe Alamitos del municipio de General Cepeda –sitio del hallazgo– era una planicie de inundación, indica la experta.
Durante el Cretácico, esta región era una especie de pantano cercano a la costa, con ríos y riachuelos que formaban deltas, los cuales desembocaban en el antiguo mar de aguas litorales poco profundas, de acuerdo con el libro La biodiversidad en Coahuila, coedición de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y el Gobierno de la entidad.
El clima era mucho más cálido y húmedo lo que permitía la existencia de una vegetación como la que se encuentra en las costas del Golfo de México.
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Esas condiciones particulares permitieron establecer una serie de hábitat específico para los dinosaurios. Si tenemos esa diversidad, es posible que cada uno tuviera un tipo de alimentación en específico”, dijo.
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