Arte
Por
EFE
Publicado el viernes, 7 de febrero del 2025 a las 04:01
Nueva York.- La primera gran retrospectiva en Estados Unidos del pintor emblemático del romanticismo alemán, Caspar David Friedrich, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, invita a explorar aquellos paisajes que despertaron una «explosión intelectual» con las emociones a flor de piel.
La exposición, titulada ‘El alma de la naturaleza’, homenajea al pintor en el 250 aniversario de su nacimiento e incluye 75 obras, entre ellas sus cuadros más famosos y enigmáticos, ‘Monje frente al mar’ y ‘Explorador sobre un mar de niebla’, que fueron presentados a la prensa este lunes antes de la apertura general el 8 de febrero.
El embajador alemán en EE.UU., Andreas Michaelis, que acudió al acto junto a representantes de varios museos alemanes que han prestado las obras, destacó al pintor Friedrich como símbolo del movimiento romántico y de la «explosión de pensamiento, filosofía, arte y literatura de finales del siglo XVIII y principios del XIX».
Como muchos de sus compatriotas, el pintor «enloqueció con la naturaleza» en una época turbulenta marcada por las Guerras Napoléonicas, y retrató las escenas de sus paseos con un manejo virtuoso de la perspectiva, la luz, el color y la atmósfera que le permitieron, en conjunto, plasmar también un estado de introspección.
Una de las comisarias de la muestra, Joanna Sheers Seidenstein, señaló que las obras, ordenadas cronológicamente, evocan «temas» según la etapa del pintor, como la melancolía y el anhelo; la espiritualidad y la fe; lo familiar y lo desconocido; la soledad y la compañía, o el ciclo de vida humano y las cuatro estaciones.
Por ejemplo, en ‘Monje frente al mar’, traída desde Berlín, la pequeña figura del religioso contempla, al borde de un acantilado, el «vacío infinito» un mar oscuro bajo una tormenta que ocupa casi todo el lienzo, mientras que en ‘Explorador sobre un mar de niebla’, el aventurero se alza, triunfal, sobre un panorama incierto.
Otro cuadro, ‘La luna sobre el mar’, en la que unas personas observan de lejos unos barcos en un horizonte bañado por una luz plateada, sugiere el concepto alemán de «Fernweh», que engloba el deseo de ir a lugares lejanos y experimentar lo desconocido, indica un letrero.
En su última etapa, con su popularidad en declive, el pintor Friedrich abordó «la mezcla del peligro y belleza que los románticos llamaban lo sublime, y finalmente, la mortalidad y el más allá», repasó la comisaria, temas que plasmó sobre todo en dibujos en papel y tinta, como el de un buitre sobre una pala clavada en una zanja.
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