Arte
Por Grupo Zócalo
Publicado el martes, 7 de diciembre del 2021 a las 04:28
Ciudad de México.- Niño prodigio de la guitarra, el músico israelí Yotam Silberstein (Tel Aviv, 1983) creció con las bandas de rock hasta que, asegura, el “jazz lo encontró”.
Sus tempranas influencias fueron legendarios guitarristas, como Wes Montgomery, Jim Hall, Kenny Burrell y Django Reinhardt, principalmente.
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Aprendí de los grandes”, asegura en entrevista desde Nueva York, donde reside desde el 2005, cuando llegó a Estados Unidos becado para estudiar en la prestigiosa New School of Jazz, formándose, entre otros profesores, con Kurt Rosenwinkel.
El mismo año en que llegó a la Unión Americana quedó como finalista en la Thelonious Monk International Guitar Competition. La prensa especializada elogió entonces su precisión en sus líneas de bebop y su agilidad para improvisar.
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Cuando vienes a un país diferente, el comienzo es difícil, por la lengua y la cultura, incluso un clima distinto. Pero estoy contento de haberme quedado”, asegura el guitarrista.
Silberstein, quien se presentó en El Cantoral, en la Ciudad de México el sábado, comenzó con el instrumento a los 10 años, interesándose en la adolescencia por el jazz, o, como prefiere decirlo: el jazz se interesó en él.
Reconoce en su trayectoria la influencia de las tradiciones musicales de Medio Oriente, pero su arco musical cubre mucho más, como world music y blues y, en particular, la música brasileña, que considera como una mezcla “perfecta y hermosa” entre la raíz africana y los sonidos europeos.
El reconocido bajista estadunidense John Patitucci ha dicho de él que es una “enciclopedia” de la música de Brasil.
Con él, Silberstein grabó Irmaos de Fé, y los planes en conjunto prosiguen: lo acompañará en su gira europea en el verano del próximo año.
El guitarrista israelí acude a la tradición del jazz de incorporar de manera natural en su trabajo otros géneros, sin importar las etiquetas. Esa diversidad de sonidos ha quedado registrada en su discografía, a través de álbumes como Resonance, que lanzó en 2010, con Christian McBride, Gregory Hutchinson, Aaron Goldberg y el legendario trompetista Roy Hargrove como invitado, así como en Brasil, de 2011, con el clarinetista Paquito D’Rivera y, de nuevo, Hargrove en el Flugelhorn, o Fliscorno.
Entre sus álbumes también destacan The Village, de 2016, y Future Memorie, de 2019.
Ahora prepara un nuevo álbum para su lanzamiento en la primavera de 2022. Ya se metió en el estudio de grabación con su trío e invitados especiales.
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Estoy muy emocionado”, comparte. Y, aunque no revela mayores detalles, ni el nombre del disco, señala “que es el mejor que he hecho hasta ahora”.
Eso sí, deja en claro que en ese álbum plasmó la música que escribió durante el confinamiento.
“Al componer, lo que busco es escribir bellas melodías”, expresa.
Su mundo es ese, el de la composición y luego el escenario, a pesar de que no todo es color de rosa. Le cuesta lidiar, por ejemplo, con el negocio alrededor de su profesión, donde el músico, critica, está siempre al final de la “cadena alimenticia”.
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