Acuña
Por Sandra Cisneros
Publicado el lunes, 16 de mayo del 2022 a las 04:13
Acuña, Coah.- No hay dolor más grande en la vida de una mujer que perder a un hijo. Esto es lo que vivió María del Rosario González de Piña, “Chayito”, cuando sintió que un pedazo de su corazón se moría, al fallecer su hijo mayor José Antonio Piña a consecuencia de un paro cardiaco.
Su reloj se detuvo para siempre a la edad de 43 años, y con ello parte de la cordura de esa madre de 8 hijos, que no podía creer lo que la vida le deparaba, al ver sin vida a su primer hijo, al que se espera con mucho amor y que su llegada la convierte en madre por primera vez.
“ Yo no sabía de mí… estaba totalmente ida. También me quería morir. Me la pasaba dormida. A veces me salía a caminar, caminaba y caminaba, sin saber a dónde iba, y mis otros hijos me encontraban para regresarme a casa. Pero era, algo fuera de mí… no lo podía controlar.
Un día, un médico vino a verme y habló conmigo, diciéndome que le echara ganas, que tenía a mis otros hijos por quiénes vivir, a mi esposo, a gente que me quería. Pero yo seguía igual, en un sopor muy extraño.
Una noche en que estaba profundamente dormida, mi hijo vino a despedirse y hablar conmigo, me dijo -mamá, yo estoy bien. No te preocupes por mí-. Al despertar fue como si el alma volviera a mi cuerpo. Una paz, una tranquilidad. Y de ahí, empecé a hacer mis quehaceres, poco a poco. A integrarme otra vez a mi familia. No fue fácil, pero después de soñarlo es como si algo muy pesado por fin me fuera quitado de encima”.
Pasaron los años, y volvió a pasar… su hijo Jesús Piña González de 40 años, su segunda pérdida y también a consecuencia de un infarto. Dos hijos que están en el cielo y a quienes extraña muchísimo, un dolor con el que se aprende a vivir.
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