Por trayectoria, experiencia y resultados, Miguel Felipe Mery Ayup tiene todo para continuar al frente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, siempre y cuando logre el consenso entre los magistrados. Bajo su presidencia, el Poder Judicial dio un salto de calidad: acercó la impartición de justicia a la ciudadanía y consolidó infraestructura en diversos distritos judiciales, fortaleciendo la presencia institucional en todo Coahuila. Se espera que las presidencias de sala queden en manos de magistrados con mayor antigüedad y conocimiento del sistema, mientras que los recién llegados se irán incorporando gradualmente al ritmo y dinámica del tribunal.
Este lunes será una jornada muy movida para el Poder Judicial de Coahuila. Por la tarde, alrededor de las 18:00 horas, se llevará a cabo la histórica toma de protesta de los magistrados y jueces electos en la elección judicial del pasado 1 de junio. Será la primera vez que los juzgadores acudan al Congreso a rendir protesta, con lo que se marcará un precedente en la conformación del Poder Judicial.
La sesión será encabezada por la diputada Luz Elena Morales, presidenta de la Junta de Gobierno; la diputada Olivia Martínez, presidenta de la Mesa Directiva; y como invitado central, el gobernador Manolo Jiménez.
Más tarde, alrededor de las 21:00 horas, está prevista la primera sesión del Pleno, que, de acuerdo con la Ley Orgánica, es el órgano máximo del Poder Judicial. En esa sesión se votará la presidencia y se definirá la distribución de salas.
Quienes han tenido acceso al proyecto legislativo para conformar el nuevo Poder Judicial señalan que se contempla una nueva integración de las salas. Con la reducción del número de magistrados, ahora se establecerán cuatro: una en materia penal, que podría presidir una mujer; una en materia regional —para garantizar que todas las materias estén representadas en la región Laguna, como ha sido una demanda constante—; una civil-mercantil; y una familiar.
Ricardo Monreal, el experimentado senador morenista, anticipó una fractura interna en Morena para 2027, cuando Claudia Sheinbaum enfrente su elección intermedia. Pero si en el plano nacional el agua anda turbia, en Coahuila de plano no se alcanza a ver el fondo. La ruptura en la 4T local es inminente de cara a la elección de diputados locales de 2026. De un lado está el grupo de Luis Fernando Salazar, con el control de la estructura partidista, los “puros” y el respaldo de las bases. Del otro, una debilitada senadora Cecilia Guadiana que todavía presume liderar algo más que su equipo de asesores —pésimos, por cierto—. Nadie se pone de acuerdo, nadie cede. Si así están ahora, falta ver cómo se van a despedazar cuando haya candidaturas de por medio.
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